Especiales, Opinión

México: una modesta propuesta atrevida y decorosa/Javier Ortiz de Montellano

Constitución-EUM

Por Javier Ortiz de Montellano 

Una modesta proposición (A Modest Proposal) es un ensayo obviamente satírico escrito por el irlandés Jonathan Swift en 1729. El ensayo propone resolver el problema en su país de los campesinos que no pueden alimentar a sus hijos porque los propietarios que les arriendan las tierras son inflexibles sobre el pago. 

Después de discutir el problema, sugiere una solución nueva: los padres deben vender sus hijos a los terratenientes ricos para que se los coman. A muchos contemporáneos de Swift les pareció de muy mal gusto la mordaz y burlona intención de su cruel ensayo cuyo título completo era : “Una modesta propuesta para evitar que los hijos de los pobres sean una carga para sus padres o su país, y para hacerlos útiles al público”.

Sin duda, una solución similar para nuestro país no sería viable actualmente simple y sencillamente porque la clase dominante en México no ha tenido que recurrir a esos extremos de tal ferocidad canibalista capitalista y ha encontrado una mejor solución al problema campesino. 

Primero, mediante el reparto de tierras tras la Reforma Agraria, y cuando ésta ha sido insuficiente, mediante la migración a encontrar el sustento en el vecino país de Estados Unidos; incluso el secuestro de infantes por la boyante delincuencia organizada ha sido predominantemente para la venta para adopción por parte de extranjeros estériles o simplemente para exigir rescate a pudientes padres afligidos del país.

Nada de extremos canibalismos como soluciones, sino mucho más moderadas propuestas como el control de la natalidad a graves problemas como el excesivo crecimiento demográfico, para evitar las hambrunas y reducir la pobreza alimentaria que los deficientes programas gubernamentales no alcanzan a eliminar. 

Por lo demás, la clase propietaria nacional afortunadamente ha demostrado ser demasiado remilgosa como para comer escuálidos infantes del campo mexicano, en todo caso están acostumbrados a comer alimentos exquisitos o refinados y preparados en el exterior, como el caviar, el foie-gras, etc y si por la guerra en Rusia contra Ucrania resultan más caros y escasean por su súbito encarecimiento como el maíz y el trigo del cual México es gran comprador mundial por su insuficiencia agrícola y ya esos lujosos platillos no pudieran encontrarse en las tiendas especializadas de delicatessen para gourmets, de ser necesario las élites locales conscientes del problema preferirían importar a sabrosos gorditos tiernitos criados en el exterior en vez de devorar los inocentes productos
nacionales.

¿Qué hacer entonces con nuestros pobres, que aun con las benditas remesas de los migrantes mexicanos no atinan a salir de pobres? 

La modesta propuesta decorosa que nos atrevemos a sugerir para solucionar ese problema es que los mexicanos sencillamente cumplan con: 

GUARDAR Y HACER GUARDAR  LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS…MEXICANOS Y LAS LEYES QUE DE ELLA EMANEN.