Por Vidal Ibarra Puig[1]
El miércoles 15 la Reserva Federal de Estados Unidos, la Fed, que es su banco central, decidió incrementar en 0.75 puntos su tasa de referencia, para dejarla en los niveles de entre 1,5 por ciento y 1,75 por ciento. Esta tasa de referencia es la Federal Funds Rate (FFR, tasa de interés de fondos federales), y es una tasa de interés bajo la cual instituciones financieras privadas (principalmente bancos) prestan dinero en la Reserva Federal a otras instituciones, generalmente de un día para otro. Esta tasa es fijada por la Fed. A partir de esta tasa se establecen las de los créditos hipotecarios, las de las tarjetas de crédito, los préstamos bancarios, etcétera.
Ahora bien: ¿por qué se dio este incremento tan fuerte?
El argumento principal que dio la Fed fue que la inflación reportada a mayo fue demasiado alta, y vale recordar que la Fed tiene dos mandatos: contener la inflación y estimular el crecimiento (aquí en México, solo se establece al Banxico el mandato de controlar la inflación, no de estimular el crecimiento, lo que creemos que debe de ser corregido).
En este contexto, el razonamiento que lleva a subir de las tasas es que el incremento de los precios se debe a un aumento en la demanda, por lo que, elevando las tasas de interés, los consumidores decidirán ahorrar y con esto bajará la demanda, con lo que disminuirán las presiones inflacionarias. Esto es lo que se denomina ‘enfriar’ la economía.
Pero en nuestra opinión el diagnóstico es más complejo: los aumentos salariales que se dieron desde finales del año pasado estimularon la demanda. Por ejemplo, en el Distrito de Columbia, el salario mínimo es de 15.20 dólares la hora, y en California es ya de 14 dólares, pero se espera que sea de 15.50 en enero del año próximo.
Por otro lado, la fuerte baja en las tasas de interés durante la pandemia, comenzando por la FFR, motivada para estimular la economía afectada por la pandemia, impulsó el consumo y el crédito pues las tasas estaban muy bajas. Este aumento en el consumo estaría generando también presiones inflacionarias.
Pero hay también otro aspecto que afecta la inflación y este es por el lado de la oferta: la crisis afectó el funcionamiento de las cadenas globales de valor, o sea la producción globalizada, que es la que se da cuando un bien es producido por partes elaboradas en diferentes lugares del mundo y se arman en otro lugar, para poder así ser vendidas a nivel global. Y México participa en estas cadenas con el sector maquilador.
Al romperse estas cadenas mundiales de producción (recordará usted por ejemplo la falta de microchips en el sector automotriz), la escasez de algunos productos originó que se incrementara su precio; pero de manera adicional, los problemas de transporte también impiden, aún a la fecha, que muchas mercancías salgan de los puertos de EEUU.
¿Cuáles son las implicaciones para México?
De por sí, el incremento en las tasas de interés en EEUU obliga al Banco de México a elevar sus tasas de interés, a fin de evitar que continúe la salida de capitales que se viene dando desde hace ya más de dos años; y que aprovecharán esta alza en las tasas en el vecino país para lograr una mayor rentabilidad.
Pero de manera adicional, las señales que reciben los mercados financieros en México son cada vez más preocupantes: las caravanas de camionetas del crimen organizado que circulan con total impunidad; la falta de algunos productos, derivada de la inseguridad, como sucede actualmente con el pollo en Chilpancingo; y la violencia social que vive el país, como los crímenes violentos y los feminicidios al alza; los asesinatos de periodistas, etcétera, conforman un marco macroeconómico de inestabilidad creciente. Y recordemos que no hay nada más nervioso que un millón de dólares.
¿Cuáles son las perspectivas para el mundo y para México?
En primer lugar, al enfriar la economía en EEUU, se corre el riesgo de que se dé una fuerte baja en la actividad económica que podría llevar a una recesión. Esto sería así, pues al subir las tasas de interés, se incrementarán los pagos de todo tipo de préstamos: créditos al consumo, hipotecarios, industriales, con lo que la gente dispondrá de menos recursos para gastar y esto podría hacer que las expectativas de crecimiento se vayan a la baja.
De hecho ya la Reserva Federal disminuyó sus expectativas de crecimiento, pues creen que el aumento del producto interno bruto disminuirá al 1,7% este año, frente a la proyección de una expansión del 2,8% realizada en marzo.
Esto afectará el ritmo de crecimiento de México, pues los Estados Unidos son el destino de más del 80 por ciento de nuestras exportaciones. Adicionalmente, al no disponer de más dinero, los estadounidenses reconsiderarán sus viajes a México, donde además se encuentran con la violencia que afecta a varios destinos turísticos como Cancún y la Riviera Maya; o incluso otros, como al caso reciente de San Cristóbal de las Casas, donde en días pasados se pasearon impunemente miembros de la delincuencia organizada con rifles de alto poder, mientras que el ejército nunca llegó a pesar de los llamados que se les hicieron y a pesar de encontrarse a solo 10 minutos del lugar de los hechos.
El alza en las tasas de interés en México, que ya se anunció que podría ser también de 0.75 puntos, afectará también los bolsillos de los mexicanos, pues aumentarán los pagos de las tarjetas de crédito, los de los créditos hipotecarios y los derivados de préstamos para la industria, pues ahora serán más caros. Todo esto llevará a que los consumidores nacionales se verán presionados financieramente, a lo que se suma la inflación, la cual a pesar de los esfuerzos gubernamentales, no cede y sigue al alza.
Como hemos venido diciendo: cuide su salud y cuide mucho, mucho, su dinero.
Use cubrebocas, pues los casos de Covid están teniendo un repunte según estadísticas disponibles.
[1] Profesor en el Departamento de Economía, UAM Azcapotzalco, [email protected]