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México: ¡terrible, terrible …!/Arnulfo R. Gómez

Arnulfo-Per cápita

Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)

Ellos se ríen de mi porque soy diferente

Yo me río de ellos porque todos son igualitos

Anónimo

Durante el periodo 2000 – 2021, el deterioro del bienestar de los mexicanos ha sufrido enormes retrocesos y, para mostrarlo de una manera gráfica, utilizaré como referencia una comparación con los países miembros de la Unión Europea, con sus dos socios del T-MEC y con el ingreso promedio per cápita mundial. En el año 2000, México presentaba un ingreso per cápita superior a 8 países miembros de la Unión Europea y su PIB Per Cápita; también era superior en 21% al del promedio mundial, situación que he marcado con amarillo en el cuadro que se incluye a continuación.

Para el año 2021, la situación resulta deplorable pues, Mexico fue superado por esos 8 países y, su ingreso per cápita, se ubicó en el último lugar de los 29 países incluidos en el cuadro comparativo, inclusive, su PIB Per Cápita cayó -19% por abajo del PIB Per Cápita Mundial.

En el mismo periodo, México se desplomó de la 8ª posición como economía mundial más importante, a la 15ª; sin embargo, en los dos años más recientes, la situación ha sido deplorable pues hemos sido remitidos hasta la 16ª, en tanto el  desplome en relación con su PIB Per Cápita es peor pues cayó del 42º al 76º lugar.

En materia de comercio exterior, lo que aparentemente es muy positivo, porque muestra un enorme superávit con Canadá y EEUU, resulta ser la muestra más clara de la incapacidad de México y de sus funcionarios para aprovechar las oportunidades que presentan esos dos países pues, para poder proveerles productos en un nivel competitivo, nuestras altísimas autoridades  han generado un proceso de la importación creciente, de partes e insumos para procesarlos o ensamblarnos en territorio nacional, y reexportarlos con reducido valor agregado.

Como consecuencia, el número proveedores y el déficit que registramos con otros países de fuera de la región se ha incrementado de una manera verdaderamente grosera y dañina en el periodo 2000/2021 en que, prácticamente, han estado en vigor los TLC’s que firmaron a partir de 1994 con otros 52 países, adicionales al TLCAN, así como los 33 APPRIS que, supuestamente, iban a convertir a México en un país desarrollado, así como que iban a generar más y mejores empleos, así como mayor bienestar para sus habitantes.  

Conviene señalar que, en el año 2000, el ingreso per cápita de Canadá y EEUU fue 269% y 430% superior al de México y que, para el año 2021 se incrementó a 442% y 596%, hecho que muestra la reducida generación de riqueza que hay en nuestro país, así como el enorme distanciamiento de las variables económicas más elementales entre México y nuestros socios más importantes, pero, mucho más preocupante resulta el enorme empobrecimiento de grandes núcleos de la población mexicana en el supuesto proceso de integración que nuestros altísimos funcionarios dicen que están llevando a cabo para “consolidar un área libre comercio”.

Desgraciadamente, algunos funcionarios hablan de superar los problemas de México a través de la creación de una Unión Aduanera, sin embargo, parece que ignoran que, a esa etapa superior del proceso de integración, sólo se puede acceder cuando se ha logrado concretar un área de libre comercio; es decir, cuando se ha cumplido con ciertos parámetros y hay convergencia en las variables económicas.

En el caso, de Canadá, EEUU y México, como hemos visto en el párrafo anterior, solamente en relación con el PIB Per Cápita, nuestros socios crecen mucho más y generan más bienestar para sus habitantes, en tanto que México presenta una situación decadente en los aspectos macro y micro de nuestra economía, situación que se traduce en una terrible miseria para gran parte de los mexicanos.

En breve, presentaré un análisis más detallado de este proceso, en donde se podrá apreciar de una manera muy clara la terrible involución de México a partir de 1994, pero, especialmente en los 21 años más recientes, en que nuestros funcionarios han trabajado con un esquema más dogmático, alejado de la realidad, y basado en una enorme improvisación y mayor simulación.

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