Conurbadas

Tras inundaciones, la emergencia sigue en La Laguna de Chiconautla, en Ecatepec

La emergencia sigue

Bajo el agua, inundados con aguas negras que se desbordan de las fosas sépticas, habitan por lo menos 24 mil familias en la colonia la Laguna de Chiconautla, en un sitio cercano a la comunidad Jardines de Morelos, en unos terrenos propiedad de ejidatarios del poblado de Santa María de Chiconautla, quienes a sabiendas de que al ser una tierra donde hace años había una laguna, sería muy difícil introducir servicios públicos.

Al día de hoy más de 500 viviendas permanecen con el agua residual dentro tras las inundaciones y las últimas precipitaciones pluviales, que han impedido el desalojo del líquido de manera adecuada; la desesperación de sus moradores se conjunta con la impotencia, la tristeza y el coraje de ver a sus seres queridos padecer al vivir de esta manera cada temporada de lluvias, que durante los últimos años se han vuelto más extremas por el cambio climático.

Y a pesar de lo inhumano que resulta vivir entre aguas negras, ahí siguen, porque hace más de 26 años muchos de ellos compraron los lotes en donde fincaron sus casas de buena fe, esperanzados a que con el paso del tiempo las autoridades gubernamentales los apoyarían con la introducción del drenaje, del agua, de la electrificación y la pavimentación de su colonia.

Muchos de los habitantes de este lugar, que parece una tierra de nadie, conservan una carta finiquito, un contrato de compra venta y una carta de posesión, expedidas por el ejidatario que les vendió, y que puntualmente entregaba en la fecha pactada con el comprador el pagaré o los pagarés que se firmaban para hacer efectiva la venta.

Los pobladores de la Laguna de Chiconautla no solo padecen las anegaciones al interior de sus casas cada que llueve muy fuerte, también carecen de agua que tienen que adquirir con los choferes de pipas particulares, y aun más no tienen cerca los servicios de salud, porque aunque sus credenciales del Instituto Nacional Electoral marcan que pertenecen al municipio de Ecatepec, las autoridades no lo consideran así.

Es decir que el Instituto de Salud del estado de México los sacó de la jurisdicción de Ecatepec y los enviaron a la comunidad Las Brisas en Acolman, en donde no hay un centro de salud, sino únicamente dos consultorios que son insuficientes.

La situación de insalubridad que viven a diario porque sus fosas sépticas están al tope se mezclan con otra problemática la de la llegada hace muchos años de un grupo denominado Antorcha Campesina, hoy conocido como Antorcha Popular, agrupación ligada al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y reconocido por ser “el brazo armado” de este instituto político.

El arribo de personas adheridas a esta organización enrareció todavía más el ambiente, pues como este grupo se ha dado a conocer por invadir terrenos, lo que contribuyó todavía más a la irregularidad que ya existía en este sitio.

Y aunque autoridades municipales y estatales en algún momento iniciaron trabajos para introducir el drenaje de aguas negras y pluvial, todo se quedó inconcluso, porque los hijos de los ejidatarios que fraccionaron interpusieron un amparo ante la Procuraduría Agraria alegando que son terrenos de cultivo de su propiedad que han sido ocupados de manera ilegal.

Apenas hace cuatro años los ejidatarios iniciaron de nuevo un proceso de supuesta regularización, exigiendo el pago a cada familia de 6 mil pesos para supuestamente permitir la continuidad de los trabajos de introducción de servicios; acción que tampoco logró buenos resultados, porque mientras algunos habitantes pagaron, otros no.

El caso es que hoy los habitantes siguen sin servicios, y algunos vivales continúan con la venta de las franjas que todavía se encuentran libres, mientras la autoridad se da cuenta y lo permite.

Los colonos claman ayuda de los tres niveles de gobierno, pues hasta ahora sólo el gobierno local de Ecatepec los ha apoyado con un vactor para intentar desalojar las aguas negras de las casas, y con una bomba, trabajos que han resultado insuficientes para resolver esta problemática social que mantiene a las familias en la marginación, sin que se reconozcan sus derechos humanos.