***Música en territorio Puma, en las FES Acatlán
Valle de México, a 7 de septiembre del 2022.- El cuarteto de cuerdas Los Tushé deleitó al público universitario y general que se dio cita en el Auditorio Miguel de la Torre de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, como parte del programa Música en territorio Puma, con un repertorio que abarcó géneros clásicos como contemporáneos de grandes autores.
Integrado por Valentín Mirkov en el violonchelo, Miguel Alcántara en la viola, Benjamín Caori y Carlos Arias en los violines, la agrupación inició el recital con Sonata para pianos, de Wolfgang Amadeus Mozart, no sin antes señalar que su proyecto se caracteriza por tocar géneros distintos, tanto clásicos como contemporáneos, “no hacemos distinciones, nuestra misión particular es abrir las puertas de la tolerancia y dejar atrás esa cultura de división, ya que la música es para unirnos”.
Con La Pavana de Fauré, los asistentes se deleitaron con el sonido de las cuerdas, mezclado con la elegancia de la melodía y su armonía fue un viaje musical con mucha paz; después de ese clásico, dieron un brinco más actual con Hallelujah, de Leonard Cohen, recordada en la cinta Shrek. Después, una vez más se hizo un viaje al pasado, en la época de los grandes compositores impresionistas como Jacques Offenbach, del cual interpretaron La barcarola, extraída de Los cuentos de Hoffmann, una ópera en tres actos, con prólogo y epílogo.
Los Tushé surge de la iniciativa de cuatro músicos mexicanos que forman parte de la Orquesta Filarmónica de la UNAM; algunos tocan con la Sinfónica de Minería y la Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional. Realizaron estudios musicales en México y otros países de América y Europa.
Los une el interés por experimentar y desarrollar un sincretismo entre la música popular y la académica.
El repertorio continuó con el Segundo movimiento del cuarteto americano, de Antonín Dvořák, compositor checo más destacado del siglo XIX. Su estilo concilia el formalismo germánico con algunos rasgos idiosincráticos del folclore bohemio, para pasar al Vals del emperador, de Johann Strauss en 1889, y para finalizar con dos tangos, uno contemporáneo. El Tiempo y Por una cabeza, de Carlos Gardel, con la que se despidieron con la promesa de regresar pronto a la Facultad.