Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)
Primero el GATT y, después la OMC, establecieron principios claros y lógicos que México no ha entendido.
El 7º principio de ambos organismos señalaba la posibilidad de que los países miembros firmaran Acuerdos Regionales con el objetivo de establecer esquemas de integración regionales que, sin duda, eran mucho más fáciles de lograr debido a la cercanía, las ventajas comparativas, a la complementariedad y a la posibilidad de desarrollar ventajas competitivas por regiones en nuestro planeta.
Ninguna región en el mundo se podía comparar con América del Norte, para lograr una integración comercial y productiva que generara beneficios enormes para sus integrantes pues, la dotación de factores de los tres países: Canadá, EEUU y México, era enormemente complementaria.
Al final de 1989, siendo yo Gerente de Promoción Internacional para Europa Occidental de BANCOMEXT, de parte de la Presidencia de la República me solicitaron información para preparar la presencia del Lic. Carlos Salinas de Gortari en el Foro Económico Mundial de Davos, en enero de 1990, siendo esta visita un elemento fundamental que generó una serie de ideas para que México se introdujera en el proceso de globalización mundial, fuera competitivo y llegara en condiciones a la negociación de un TLC con EEUU y Canadá.
Siendo yo el Consejero Comercial de México para Quebec y las Provincias Marítimas de Canadá con sede en Montreal, la Embajada de México en Ottawa, me solicitó organizar la visita del titular de SECOFI, Jaime Serra Puche, acompañado de varios funcionarios de alto nivel y de una misión de empresarios encabezada por el Presidente del CEMAI, Juan Morales Doria, misma que se realizó el 27 de septiembre de 1990,
La visita incluyó pláticas con funcionarios del Gobierno de Canadá y de Quebec, de representantes de diversos organismos empresariales y un encuentro con 250 empresarios, mayormente, miembros de la Asociación de Industriales de Quebec, así como otros organismos cúpula del resto de mi área de adscripción.
La propuesta del Dr. Serra era firmar un TLC con Canadá, ofrecimiento que los canadienses aceptaron gustosamente, pero, sólo si se pactaba como trilateral pues así, se evitaba que los beneficios del Acuerdo se concentraran en EEUU al ser un país muy competitivo y el único país que tuviera acceso preferencial a dos mercados, sobre todo, en materia de inversión
La negociación y la firma del TLCAN prosiguió, pero, su ratificación sólo se realizó después de incluir un Acuerdo Paralelo relativo a estándares en materia laboral que México debería de cumplir, principalmente en la maquila, lo que redundaría en mayor productividad, mayores salarios para los obreros y mayor bienestar para la sociedad mexicana.
También hubo un Acuerdo Paralelo en materia de medio ambiente, a través del cual se trataba de evitar el traslado hacia México, de empresas de Canadá y EEUU que buscaban legislaciones más laxas, así como para evitar que México se convirtiera en un basurero ecológico.
Comentarios
Se podría decir que, tal como se negoció el TLCAN, teniendo como base el TLC firmado entre Canadá y EEUU, era el marco ideal para el proyecto más importante para el desarrollo de México, sin embargo, los resultados han sido verdaderamente pobres pues, nunca se definió una estrategia para acceder adecuadamente al mercado norteamericano y posicionarnos en el mismo a través de una integración comercial y productiva, pero sobre todo, en materia de complementación manufacturera para aprovechar las ventajas comparativas y el hecho de ser el primer país de América Latina que tenía un acceso preferencial al mercado más grande y más rico del mundo; que éramos el país más cercano y que habíamos firmado un TLC que daba un trato preferencial a nuestros productos. Para utilizar unas palabras de moda, teníamos ventajas a través del nearshoring y “comfortshoring”.
Aunque al principio hubo cierto dinamismo en la economía y en las exportaciones mexicanas, los resultados, a partir del 2000, muestran un enorme retroceso para la región, pero, especialmente para México debido a que puso en práctica el axioma de la mejor política industrial es la que no existe.
Hacia el año 2021, México presenta una enorme disminución en la participación de la generación de riqueza mundial al caer de 1.967% a sólo 1.359%, en tanto que la población mexicana creció de 1.624% a 1.679%, es decir, más población entre la cual hay que repartir menos riqueza o más pobreza.
Deprimente resulta que, en estos 28 años, no han logrado la integración comercial y productiva que se proponía con Canadá y EEUU en el TLCAN, misma que generaría mayor valor agregado en nuestro territorio y en la región, así como mayor número de empleos y bienestar que evitaría los grandes problemas que actualmente enfrentamos en materia laboral con EEUU.
Así, ante la falta de empleo formal y oportunidades para grandes núcleos de la población en nuestro territorio, muchas personas se han incorporado a la informalidad, otras tratan de emigrar en busca del sueño americano y, muchas otras, simplemente han engrosado las filas de la delincuencia para satisfacer sus necesidades más básicas y las de su familia.
Hoy, para muchos columnistas, teóricos y burócratas relacionados con el comercio internacional, pareciera que se acaba de descubrir que Canadá y EEUU, están ahí, junto a México y que hay que aprovechar esa cercanía, por eso hablan de reshoring, nearshoring, friendshoring etc., como si fuera algo nuevo, como si esos países nunca hubieran estado ahí; y no hay duda de que hay que trabajar para aprovechar esos “shorings” pues, con la actividad incongruente que se ha desarrollado en materia de comercio exterior a la fecha, parece que se desconoce la operación real del comercio internacional y del comercio exterior de México.
Pareciera que se hubiera instrumentado un “farshoring” y un “rearshoring” ya que se ha favorecido la relación con países muy lejanos y, en cierta manera, han convertido nuestro país en el patio trasero de sus socios, a pesar de que, a través del TLCAN se creó una zona de confort y nos designaron socio estratégico, sobre todo, para desarrollar el sector manufacturero en la región y generar mayor valor agregado, más empleo y mejor bienestar.
A continuación, presento un cuadro resumen del intercambio comercial con el TLCAN, en el que destaca la decreciente participación de Canadá y EEUU, como proveedores de México, misma que se cifra en -31.53% en el periodo 1996/2021 debido a que, en nuestro país, no hubo una política para mejorar el marco sistémico ni una estrategia para lograr una integración comercial y productiva con nuestros socios; tampoco la hubo para captar mayor IED de las principales fuentes generadoras de flujos de inversión directa mundial: EEUU y Canadá.
Similar información incluyo sobre nuestra relación con Asia, sin embargo, los resultados son totalmente diferentes pues, del 10.25% que nos proveyó en 1998, pasó a 38.24% en 2021, es decir, un incremento de 28% que generó un déficit creciente en nuestra balanza comercial y, sobre el cual, decían nuestros altísimos funcionarios que no había problema pues, se trataba de importación de insumos que se utilizaban para reexportar a Canadá y EEUU, sin que se dieran cuenta de que ese era, precisamente, el problema.
Hace 28 años entró en vigor el TLCAN y los resultados dejan mucho que desear pues, independientemente de que destruyeron la estructura de promoción del comercio exterior que se concentraba en BANCOMEXT y, sin que su labor fuera excelente, marginalmente servía para algo.
Además, no ha habido una política de fomento industrial, aunque la SE ya anunció que para septiembre habrá terminado de diseñarla pues está esperando la información que requieren de NAFIN y BANCOMEXT.
Para colmo de los males, nuestros teóricos y funcionarios se pusieron a firmar TLC’s con 52 países adicionales, así como a implementar una desgravación unilateral totalmente ilógica con el resultado de que, con la mayor parte de ellos tenemos déficit comercial y, ahora, nuestros altísimos funcionarios se quejan de un piso disparejo que ellos propiciaron con esa incoherente desgravación
Peor es que ese problema, desgraciadamente, ahora quieren remediarlo con la firma de más TLC’s que, de seguro, tendrán resultados negativos como los que se han obtenido a la fecha y, de los cuales, el peor ejemplo es nuestra relación con los 6 nuevos socios del TPP-11 que, en sólo 3 años y medio de operación, nos ha provocado un déficit de -78,042 millones US.
También han firmado 32 APPRIS, de los cuales están vigentes 28, pero la proporción de la inversión captada por Mexico, desde que firmaron el TLCAN, ha descendido enormemente pues, del 4.3% del total de flujos mundiales de IED que captamos en 1994, en el año 2021, sólo captamos un ridículo 1.98%.
Pero, lo más más deprimente de los resultados propiciados por esos funcionarios, es la enorme caída de México como economía mundial pues, pasamos de ser la 8ª potencia económica en 2001, a la 16ª posición en 2021, independientemente de que el FMI ha señalado que, por el débil comportamiento de nuestra economía en los 4 años más recientes, confirma nuestra mediocre posición en el 16º lugar para el año 2022.
Por lo que se refiere al PIB Per Cápita, la situación es mucho peor pues, mientras la población de México crece, el PIB Total decrece y, consecuentemente, nuestro PIB Per Cápita cae aún más y desciende en la escala mundial.
En el periodo 2001/2021 pasamos del 47º al 72º lugar, habiendo sido superados por 35 países, entre los cuales se encuentran Uruguay, Chile, Panamá y Costa Rica, países a los que nuestros altísimos funcionarios, pomposamente designan como hermanos menores, pero, que parece que ya no tienen respeto alguno por su hermano mayor pues, todos ellos tuvieron mejor desempeño que México en esta variable de tal manera que, en todos los aspectos relacionados con este rubro, México quedó en último lugar, según se puede ver en el siguiente cuadro comparativo.
Así mismo, incluyo a China, un país que en el año de 1974 envió una Misión Comercial a México que, como Coordinador de Consejerías para Asia, Africa y Oceanía del IMCE me tocó atender.
Su objetivo era conocer a ese asombroso invento mexicano llamado maquila, el cual entendieron y adoptaron, de tal manera que con inteligencia, profesionalismo y seriedad nos han superado, por lo que China pasó de ser la 9ª economía mundial, en 1981, a la 2ª en 2021. En el mismo periodo, México cayó del 8º al 16º lugar.
Apuntes finales.
Los enormes retrocesos que presenta el PIB Total y el PIB Per Cápita de México en relación con otros países, nos dice que ellos han sido más hábiles para lograr su desarrollo económico pues, México, como potencia económica cayó de la 8ª a la 16ª posición en el periodo 2001/2021, en tanto que nuestro PIB Per Cápita, la caída fue del 47º al 72º lugar.
Varios de esos países utilizaron al comercio exterior como palanca de su desarrollo, con resultados muy positivos. México también adoptó este esquema de desarrollo, debiendo señalar que el dinamismo de la economía y las exportaciones mexicanas en el periodo 1994/2000, fue resultado de las reformas estructurales realizadas a finales de los 80’s y principios de los 90’s.
A partir del 2001, una vez agotados los beneficios de las reformas, se registró una caída de la economía, generada por el decreciente valor agregado en la producción de bienes orientados al mercado interno y al de exportación, por la salida de numerosas empresas norteamericanas de nuestro territorio a pesar de la cercanía y la existencia del TLCAN (nearshoring y comforshoring), debido a la caída de la competitividad del marco sistémico, generando un desplazamiento hacia al continente asiático, principalmente a China, Vietnam y Malasia (farshoring).
La presencia de la pandemia provocó enormes problemas en todos los países y agudizó los de México, que presentaba un dinamismo decreciente, mismo que hizo crisis en el año 2020, debido a la ausencia de políticas públicas que incidieran positivamente en la reactivación y el desarrollo de la economía, y que se han manifestado agresivamente en los 4 años más recientes.
Las propuestas del Gobierno de EEUU para reestructurar la economía de la región, en función de los numerosos problemas presentados por la escasez de elementos productivos, ha hecho necesario un nuevo planteamiento en el que México puede jugar un papel con enormes beneficios, sin embargo, en nuestro país no se ve una estrategia, con ideas que permitan crear programas y proyectos, con políticas públicas realistas que incidan adecuadamente en el relanzamiento de México, dentro de un concierto regional que sigue brindando enormes oportunidades de desarrollo.
Sin duda, habrá que pensar en un elemento que ha estado ausente desde que entró en vigor el TLCAN y que yo llamaría “brainshoring”, para estar acorde con los conceptos manejados en la actualidad y que, simplemente, es la Inteligencia Comercial, misma de la que han hecho gala de carencia nuestros altísimos funcionarios en este periodo pues, por ejemplo, no diseñaron una estrategia para ser victoriosos en el TLCAN, ni tomaron en cuenta la experiencia de Canadá con EEUU.
Como una referencia a este proceso, anexo remito el apartado relativo a Inteligencia Comercial del Informe de las Actividades que realice como Consejero Comercial de México para Quebec y las Provincias Marítimas de Canadá 1990/1993, en donde incluí información de vital importancia para la negociación de México con Canadá y EEUU, empezando por el Cuarto de Junto, mismo que los canadienses crearon para obtener mayor provecho de las negociaciones y para la implementación del acuerdo, y que parece ser el único elemento que mal copiaron los negociadores mexicanos pues, independientemente de las negociaciones formales, posteriormente aparecieron “las cartas paralelas” firmadas por funcionarios mexicanos.
La información que anexo, incluye una lista de 64 estudios sectoriales y programas a desarrollar por Canadá en función de las condiciones creadas por el marco del TLC con EEUU y el TLCAN, muchos de los cuales debieron haber sido tomados como referencia para diseñar algo similar en México, a fin de lograr introducirse en el mercado de nuestros vecinos y posicionarnos como el socio estratégico que ellos querían y necesitaban.
Especial mención me permito hacer al estudio Pulling together (30), a través del cual se habla de productividad, competitividad, incremento de los ingresos y la reducción la participación de Canadá en el comercio exterior; así como el Programa de estímulo a la industria quebequense Quebec Inc. (2); y, por los problemas que actualmente enfrentamos en materia laboral, el estudio Comparación de la legislación laboral de aplicación general en Canadá, EEUU y Mexico (6), cuyo objetivo era que, hace 31 años, se tomaran providencias a fin de lograr avances en la legislación mexicana que permitiera mayor productividad y beneficios para la clase trabajadora en México y para nuestro país, mismo que fue enviado a los negociadores y funcionarios mexicanos en el mes de marzo de 1991.
La buena disposición de Canadá y EEUU en relación con México ha sido enormemente desaprovechada y, muy seriamente, tendrán que trabajar nuestros funcionarios con el brainshoring, es decir, con inteligencia, para recuperar todo aquello que hemos perdido en este largo periodo y, muy especialmente, en los 4 años más recientes en que la economía mexicana muestra un decreciente dinamismo en relación con el concierto mundial y con nuestros principales socios comerciales.
Históricamente, el ejemplo más aberrante es la comparación con China, cuya posición como economía mundial era inferior a la mexicana, pero, que actualmente es la 2ª potencia económica, en tanto que, México cayó de la 8ª a la 16ª posición.
Otros ejemplos de esta terrible caída son los progresos alcanzados por nuestros “hermanos menores” que, en el periodo 2001/2021, rebasaron el PIB Per Cápita de nuestro país.
Para el empresariado mexicano, la situación será aún más difícil pues, el marco sistémico mexicano es cada día más deficiente y, porque un elemento que se considera determinante para poder definir con inteligencia, los programas y proyectos de desarrollo y promoción, es decir, las estadísticas del comercio exterior, ahora se consideran confidenciales por parte de la Secretaría de Economía.