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¿Mejoraría la economía mexicana con un TLC con Corea?/Arnulfo R. Gómez

Balanza México-Corea

Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)

Ellos se ríen de mi porque soy diferente

Yo me río de ellos porque todos son igualitos

Anónimo

El pasado 12 de septiembre, el Diario El Comentario publicó un artículo sobre la vídeo conferencia magistral “Epílogo: Las nuevas dimensiones de las relaciones entre México y Corea” del embajador mexicano en Corea, Bruno Figueroa Fischer, como parte de la X Jornada Académica Internacional sobre Corea que organizó la Universidad de Colima, y en la que comentó cómo ha crecido la relación entre México y Corea en los 60 años que llevan de relación oficial.

Uno de los principales objetivos de México, continuó el embajador … “es concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC), para el cual se reanudaron las negociaciones en marzo de este 2022”. De acuerdo con Figueroa Fischer, dicho tratado permitirá reducir las barreras arancelarias y no arancelarias, así como incrementar las exportaciones de productos agropecuarios mexicanos a Corea.

Mencionó que sin un TLC, los productos coreanos ingresan a México con una baja tasa de arancel, mientras que los mexicanos ingresan con una tasa alta; por ejemplo, la carne de cerdo paga 25 por ciento, la de res, el 40; los aguacates, el 30; plátanos, 30; cerveza, el 30; el limón persa que se produce en Colima y que es muy popular, paga el 68 por ciento: “Esto limita mucho nuestras posibilidades de crecimiento”, aseguró.

Por lo anterior, dijo, se busca establecer las bases institucionales mediante un tratado de libre comercio, para fortalecer e incrementar los flujos económicos y comerciales entre los dos países.

El Embajador Figueroa Fischer añadió … en los últimos años, la relación comercial se ha incrementado de manera sorprendente aún sin TLC; por ejemplo, en 2017 este país era el sexto socio comercial de México y cinco años después se colocó como su tercer socio, sólo por debajo de Estados Unidos y China”.

Conviene señalar que el Embajador Figueroa Fischer utiliza los conceptos que han aplicado en la SE en relación con la creación de un piso parejo, sin tener en cuenta que el problema del piso disparejo fue generado por la apertura comercial dogmática implementada por los funcionarios mexicanos, basada en una desgravación unilateral indiscriminada, misma que redujo el arancel de importación mexicano, sin que dichos funcionarios hubieran pensado en solicitar ni negociar algo a cambio.

El embajador mexicano, cuando habla del crecimiento del comercio bilateral, no toma en cuenta la estructura del comercio exterior de México, ni la evolución histórica del intercambio con Corea pues, cuando habla de que México es el tercer socio comercial de México, omite la dimensión y detalles del desarrollo de los intercambios con ese país mismo que, si en el año 1993, Mexico exportó 27 millones US, para el año 2021 fue de 6,712 millones US, en tanto que las importaciones pasaron de 837 a 19,055 millones US, situación que se traduce en un déficit creciente que pasó de 810 a -12,343 millones US, con un déficit acumulado de -221,911 millones US para dicho periodo.

Así mismo, hay que señalar que, su insistencia en la ganancia que México obtendría con la exportación de productos agroindustriales con un TLC, está fuera de contexto pues, de los 100 principales productos que nuestro país exporta a Corea, solamente 10 corresponden a este sector; también reitera que estos productos pagan aranceles altos, sin embargo, hay que hacer notar que, en términos generales, son productos de consumo necesario que naturalmente seguirán importando a pesar de los  aranceles y que, en el año 2022, los productos agrícolas solo constituyeron el 1.63% de la exportación mexicana con ese destino y, para el 2021, con cifras preliminares, fue de solo el 1.3%.

En este sentido, debo comentar que, aunque estos productos decuplicaran el valor de su exportación a Corea, no compensarían de manera alguna las pérdidas que México tendría por la creciente importación de productos coreanos misma que, como ya señalé, en el año 2021 generó un déficit de -12,916 millones US, con un total acumulado de -221,865 millones US. La exportación mexicana a Corea, en su mayor parte, está constituida por productos con reducido valor agregado entre los cuales ocupan el primer y segundo lugar, los minerales de plomo y minerales de zinc, que absorben el 20.71% del total. Demás productos netamente mexicanos son otros minerales, desperdicios de cobre y aluminio, carne de bovino y porcino, marcados con rojo en el cuadro siguiente; y el resto de la exportación está constituida por partes automotrices, electrónicas etc. que son objeto de comercio intrafirma, mayormente de empresas coreanas radicadas en nuestro territorio.

A continuación, incluyo un resumen de nuestra balanza comercial con los principales bloques regionales en donde se puede ver que, en el periodo 1993/2021, sólo tuvimos superávit con América del Norte y otras subregiones del continente debido a que, la “estrategia” diseñada por los funcionarios mexicanos está basada en importar temporalmente de otros orígenes para meramente ensamblar en nuestro territorio, y reexportar a Canadá y EEUU, con reducido valor agregado.

Por eso, nuestro saldo con el resto del mundo es negativo, especialmente con Asia en donde registramos un déficit -1,931,390 millones US en el periodo 1993/2021, el más alto de todos y, dentro de esta región, encontramos a los tres países con los que tenemos el saldo negativo más importante que son China, Japón y, en tercer lugar, Corea.

Así mismo, el embajador Figueroa Fischer omite decir que este enorme desbalance es originado por la nula competitividad del marco sistémico mexicano frente al de Corea pues, de las 19 variables que la miden, México sólo presenta ventaja en dos y una enorme desventaja en 17 de ellas, según se puede ver en el cuadro comparativo que elaboré con datos del Foro Económico Mundial (WEF), debiendo hacer la salvedad de que, aunque tenemos ventaja en la dimensión del mercado porque, en el año 2021, había 128 millones de mexicanos y sólo 52 millones de coreanos, nuestro nivel de ingresos y consumo era de 9,967 US, en tanto que el coreano ascendía a 35,196 US, es decir, el ingreso mexicano correspondió a 28% del coreano o, si lo prefieren, el ingreso coreano correspondió a un 253% del nuestro.

Importante es destacar que, el bajo nivel de competitividad, de acuerdo con el Foro Económico mundial (WEF), tiene su origen en la pésima calidad de  las instituciones públicas y de sus funcionarios, situación que incide negativamente en los engorrosos trámites y regulaciones que tiene que enfrentar el empresariado mexicano pues, aunque su planta sea muy productiva, se topa con un marco sistémico deficiente y caro, además de que, por su baja calidad, las instituciones y sus funcionarios son incapaces de definir una estrategia, con programas, proyectos y políticas públicas realistas que incidan positivamente en el desarrollo del país.

Teniendo como referencia estos datos, no hay duda de que el déficit con Corea, seguramente se incrementará, a pesar de que el embajador Figueroa Fischer señala muy entusiasmado que, con un TLC con Corea, mejoraría la economía mexicana.

Su insistencia en la firma de un TLC con Corea, parece que no toma en cuenta la realidad pues, como lo demuestran las cifras de nuestro comercio exterior desde el año 2001, en que han estado en vigor los TLC’s con 54 países con los que han firmado, la generación de riqueza y valor agregado en México ha disminuido y, de la 8ª posición de México, como potencia económica, cayó a la 16ª posición en el año 2021 y, con datos del FMI, para el 2022 nos ratifican esa ubicación debido al mediocre crecimiento de la economía mexicana.

Mucho peor ha sido la caída de nuestro PIB Per Cápita pues, la decreciente generación de riqueza se ha agravado por el crecimiento de la población de tal manera que, en el mismo periodo pasó de la 47ª a la 72ª posición.

Al respecto, incluyo un cuadro comparativo con 6 países que resultan emblemáticos y ejemplares para México pues, en ese periodo nos han superado y, México, se sitúa en el último lugar en valor, en incremento del valor y en incremento porcentual del valor.

No dudo que Bruno Figueroa Fischer sea un buen Embajador y que desempeñe sus funciones adecuadamente, sin embargo, su intervención en relación con el comercio exterior en esta conferencia no es muy afortunada pues, su análisis carece de un rigor que nos permita conocer la situación real y las posibilidades para impulsar los intercambios en favor de México, sobre todo, porque no considera en su análisis al bajo nivel de competitividad del marco sistémico, mismo que sólo provocará el incremento del déficit con ese país.

El hecho de que señale que … con un TLC con Corea, mejoraría la economía mexicana, resulta una quimera pues, el volumen de nuestras exportaciones a ese país apenas corresponde al 0.52% de nuestro PIB Total.

Su insistencia en la posibilidad de incrementar el reducido valor de las exportaciones agroindustriales de México puede ser cierto y exitoso, pero, de ninguna manera compensará el daño que la importación de insumos y productos manufacturados causará a la muy golpeada industria mexicana.

Su insistencia en un TLC con Corea, si se llega a firmar y ratificar, sólo engrosará la larga lista de países con los que registramos un déficit creciente, debido al liberalismo dogmático que exhiben los funcionarios encargados del “diseño” de la política de comercio exterior, así como de la promoción de la exportación y la inversión extranjera.

Repito, las deficiencias crecientes en nuestro marco sistémico, así como la simulación e improvisación que existe en el aparato burocrático del sector, han generado un esquema de comercio exterior muy simplista y dañino, basado en la creciente importación de insumos, para ensamblar en nuestro territorio y reexportar con reducido valor agregado, debido a la muy baja competitividad del marco sistémico mexicano, a la carencia de una política de fomento y de comercio exterior, así como a la ausencia de una estrategia de promoción de las exportaciones y la inversión extranjera directa que incluya programas, proyectos y políticas públicas realistas, más allá de la firma de TLC’s que se ha convertido en el instrumento preferido de los funcionarios mexicanos para promover exportaciones y lograr un “piso parejo”.