Aunque se han difundido inconformidades de nuevos gobernadores de algunos estados respecto de la situación de las finanzas públicas, habría que analizar con cuidado dónde está el problema pues todo indica que una buena parte de los mandatarios salientes no sólo no incurrieron en más pasivos de largo plazo, sino que incluso redujeron lo que recibieron.

Lo anterior, quizás no por falta de ganas o necesidades, sino porque de alguna forma la ley de Disciplina Financiera, que entró en vigor en el 2016, amarró las manos a quienes asumieron gobiernos estatales a finales de ese año.

Entonces, parece que los problemas están en las deudas de corto plazo, con proveedores, instituciones públicas, Hacienda, IMSS, Infonavit y otras,  a los que sin duda se les tiene que pagar porque es parte del ejercicio del gobierno.

Porque en lo que se refiere a pasivos de largo plazo contratados con la banca comercial, resulta que varios de los los ahora ex gobernadores redujeron los pasivos que recibieron cuando asumieron el poder.

Aquí se enumeran los casos reportados hasta el momento:

1.- Chihuahua, entre los más endeudados con 47 mil 619.5 mdp al corte del segundo trimestre del 2021. ¿Cómo llegó Javier Corral? El panista recibió una deuda de 49 mil 408 millones de pesos a finales del 2016; es decir, la bajó poco más de 2 mil millones.

Pero Maru Campos, también del PAN aunque de grupos contrarios, dijo que cuando Javier Corral no se pudo endeudar más, empezó a vivir de prestado. Se quejó de que hay un gran número de proveedores a los que hay que pagar. Pues sí.

2.- Zacatecas: La deuda está en la plaza 18 del país con 7 mil 200 millones de pesos. Los pasivos estaban en 8 mil 400 millones de pesos a principios del 2017. Es decir, bajaron 1,200 millones.

Pero llegó David Monreal, de morena, en lugar del priista Alejandro Tello y dijo que no encontró recursos para pagar la nómina de maestros, están desechas las finanzas. No hay para proyectos carreteros ni del campo.

3.- Sonora: a principios del 2017 la deuda era de 29 mil millones de pesos. Actualmente está en 27 mil 600 millones de pesos. Llegó Alfonso Durazo, de morena, en lugar de Claudia Pavlovich, del PRI. Se redujo 1,400 millones de pesos la deuda de marzo plazo.

4.- San Luis Potosí:  los pasivos en el 2017 eran de 4 mil 100 millones de pesos. Actualmente la deuda está en 4 mil millones de pesos. Se redujo 100 millones de pesos.

Pero llegó el pevemista Ricardo Gallardo en lugar del priista Juan Manuel Carreras y dice que recibió una herencia maldita, con una deuda de 16 mil millones de pesos, que la deuda de 4 mil 700 millones de pesos sólo era la punta.

**5.- Nayarit: la deuda a principios del 2017 era de 6 mil 100 millones de pesos. Actualmente está en 6 mil 300 millones de pesos. Aumentó 200 millones.

Pero llegó el morenista Miguel Ángel Navarro en lugar del panista Antonio Echevarría (invitado por el Presidente formar parte de su gobierno) y lanzó un SOS al gobierno federal para pagar nómina y pagos de salud. Aparte de eso, deben 3 mil 450 millones a la Universidad Autónoma de Nayarit, y 9 mil millones con el IMSS, SAT e Infonavit.

**6.- Campeche: tenía una deuda de 1,700 millones de pesos a principios del 2017. Al segundo trimestre del año presentó un saldo de 2 mil 700 millones de pesos. Aquí sí, la deuda aumentó mil millones de pesos. 

Salió el priista Miguel Ángel Aysa González y llegó Layda Sansores, de morena, quien denuncio además una falta de pago de 700 millones de pesos a Hacienda.

Como se puede ver, hay que ver con cuidado dónde están las problemas y corregirlos en vez de sólo exigir más recursos al gobierno federal (estirar la mano) pero uno de los más grandes de los estados es su dependencia de los recursos federales, es decir, registran una grave falta de recaudación, principalmente, para evitar el enojo de la “clientela electoral”.

Porque ciertamente llegar al gobierno no significa administrar la abundancia, como diría el clásico, sino todo lo contrario.