(“Rey Midas” Musk compra Twitter. Tik Tok es la Reina de las redes sociales y YouTube sigue siendo el Rey de las transmisiones . Google y Facebook son “necesarios”)
Por Javier Ortiz de Montellano
Hoy prácticamente todos los procesos productivos y también los destructivos, como los procesos bélicos y de Defensa en general, están mediados por la informática. La incorporación de la informática a la economía ha facilitado la globalización y se hace evidente en el actual desarrollo del Complejo Militar-Industrial, en donde los recursos energéticos globales mantienen un papel relevante como se observa en el actual conflicto entre Rusia y Ucrania que tiene repercusiones mundiales.
La informática, intensificada por la digitalización, juega un papel cada vez mayor, asimismo, en el campo financiero y en el área de las comunicaciones, incluyendo crecientemente el aspecto de las nuevas formas digitales del espectáculo y el entretenimiento (y de la desinformación). En realidad, en la actualidad todos estos aspectos se interrelacionan.
De esta manera, la invasión rusa a Ucrania está acompañada de alteraciones en la disponibilidad y precios de los energéticos, a lo cual los diferentes países afectados responden a su vez con represalias comerciales y financieras contra Rusia. Ésta, como parte de la OPEP+ (16 miembros de la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo más otros 10 países aliados) acordó reducir sus exportaciones en 2 millones de barriles diarios (Mexico fue el único país que no se comprometió a reducirlas).
La tecnología de la información ha tomado parte de múltiples formas en el conflicto, pero destacadamente con el apoyo del sistema Starlink que Elon Musk, el hombre más rico del mundo, habilitó en Ucrania inmediatamente después de que empezó la invasión rusa. A Ucrania ha destinado alrededor de 15.000 routers y antenas de Starlink, lo que ha contrarrestado a las fuerzas rusas que a medida que avanzaban en Ucrania iban cerrando los servicios de internet ucranianos e intentando bloquear sus redes sociales.
Esto es un ejemplo destacado de lo que los expertos llaman “Tecnopolaridad”: esto es, que las grandes empresas tecnológicas se han convertido en sus propios soberanos, a la par de los Estados-Nación y, como resultado, un nivel de influencia cada vez más mayor sobre los asuntos internacionales. Con los gigantes tecnológicos acumulando crecientes niveles de predominio sobre los asuntos globales, se están transformando en una especie de actor geopolítico, con consecuencias inciertas a largo plazo.
Nuevamente, el ejemplo más destacado son las preocupantes intervenciones de Musk sobre sus esfuerzos para influir en el conflicto entre Rusia y Ucrania a través de su propuesta de un “plan de paz” pro-Rusia, por la que fue muy criticado y posiblemente sea el motivo de su reciente exigencia de que Ucrania y sus aliados paguen por el acceso a Internet para Ucrania a través de la mencionada red satelital Starlink.
La reciente adquisición de Twitter por parte de Musk, con sus 345 millones de usuarios, reaviva las interrogantes sobre la influencia de la clase multimillonaria y el poder de la tecnología sobre la vida política en el mundo. También ha intervenido en los conflictos geopolíticos entre China y Taiwán. La adquisición de Musk ciertamente tendrá ramificaciones internacionales.
Además, se espera que Musk relaje la moderación del contenido de Twitter, lo cual podría tener consecuencias geopolíticas. Twitter, con su brevedad inicial de 140 caracteres y su posterior ampliación, ha quedado establecida como la marca de la libertad de expresión, de estar al tanto, de opinar, de decir lo que se quiera. Pero Twitter no se ha convertido en una máquina de hacer dinero en sus 16 años de existencia. Aunque es el único que realmente tiene significación política; lo que no necesariamente significa que tenga peso político. Pero, ciertamente, como ha sido operada, no ha significado una forma de ganar dinero.
Aunque Elon Musk parece Midas. Convierte en oro todo lo que toca. Hasta los viajes al espacio y los autos eléctricos, que eran poco más que una excentricidad antes de que fundara Tesla. O PayPal, que se anticipó dos décadas a las billeteras electrónicas y otras creaciones e inventos que hoy son ampliamente aceptadas.
A pesar de Elon Musk, la estrella del momento no es Twitter, sino TikTok que está acaparando las pantallas y se posicionó como la tercera red social más popular del momento. La plataforma china está acaparando las pantallas y se posicionó como la tercera red social más popular del momento, después de Facebook (primera lejos, pero estancada) y de Instagram, que le pertenece a Facebook. TikTok ya superó a Snapchat, por ejemplo.
En números, Facebook tiene más de 2000 millones de usuarios (su crecimiento de suscriptores se estancó); Instagram, casi 1300 millones; TikTok anda en los 750 millones y creciendo (no paran de acertar con el gusto de las nuevas generaciones), y allá lejos, atrás de todo, se arrastra Twitter, en el cuarto lugar, con poco mas de 345 millones de usuarios; está detrás incluso de Snapchat.
TikTok es la teórica campeona de esta batalla, pero está a un paso de que el Gobierno de Estados Unidos la limite o la prohíba con acusaciones de ser un arma de espionaje masivo del Gobierno de China, donde la red social tiene a su empresa madre, ByteDance.
En el “streaming” (transmisión), YouTube sigue siendo el rey (pertenece a Google), basado en sus innumerables contenidos que proveen los
youtubers. En esta clase de servicios el único rey es el contenido. Netflix perdió más de 200.000 suscriptores en este año, al anunciar que quería cobrar por compartir señales.
Meta, la empresa propietaria de Facebook e Instagram, acaba de presentar pérdidas de nuevo en su difícil camino hacia el metaverso y su batalla con TikTok. YouTube ganó menos de lo esperado, quizá debido al anuncio de añadir publicidad de Netflix. Snapchat presenta su crecimiento más lento debido al parón publicitario.
Estas nuevas tecnologías digitales son disruptivas porque no es posible prever qué van a hacer los competidores viejos o nuevos o sus propios usuarios. Yahoo! desapareció por no comprender esta dinámica. Google nunca pudo entrar con las redes sociales, porque su cultura corporativa hunde sus raíces en una internet muy diferente de la de hoy.
La buena noticia para Google y Facebook es que sus productos hoy son necesarios. TikTok todavía no es necesario aunque sí entretenido. Pero la economía capitalista de plataformas, de momento, depende de Google y Facebook. Y de lo que haga Elon Musk…
Si alguien ha resultado disruptivo es Elon Musk. Su biografía y su biología lo predisponen. Él mismo reveló hace más de una década que tiene el Síndrome de Asperger, que es un trastorno del comportamiento que afecta la capacidad de socializar y comunicarse con efectividad. El Asperger es un trastorno del espectro autista que suele ser menos grave, aunque puede durar años o toda la vida. Las personas que padecen este trastorno pueden tener un comportamiento social inusual y un interés profundo en algunos temas específicos.
Así que, en este instante, tratándose de Elon Musk, tratan de imaginarse las otras compañías que participan del negocio de las redes sociales qué va a pasar con ellas. Es decir, con Facebook, Google, Snapchat y TikTok, entre otras. Porque Musk quiere renovar Twitter y ha esbozado algunas ideas como que introduciría videos (¡cuidado, YouTube!).
A pesar de las críticas que recibe, Musk tiene a su favor que no hay actualmente una alternativa a Twitter. No hay dónde ir para ver un servicio parecido. Mastodon es compleja y minoritaria. Parler y Truth Social (la red de Trump) son para ultraconservadores. TikTok e Instagram no son para informarse. Facebook no es para noticias de última hora.
Será interesante ver en la práctica las ideas que Musk tenga para Twitter, para atraer a nuevos usuarios sin perder a los habituales.
Twitter debe transformarse y generar dinero…o tenderá a desaparecer, sustituida por otras plataformas.
En la era del capitalismo digital de plataformas, la noción misma de poder se pone en disputa y requiere ser pensada nuevamente. Las compañías tecnológicas toman decisiones basadas en el lucro y ejercen poder sobre el código, los servidores y las regulaciones. Por eso, lo primero que hizo Musk al completar la compra de Twitter fue ordenar a sus ingenieros de Tesla de tomar control del código fuente de Twitter para revisarlo.
La palabra en inglés “twitter” significa piar o llamado corto de un pájaro y fue el nombre que escogió su creador Jack Dorsey que al inicio en 2006 estaba limitado tecnológicamente a mensajes breves de no más de 140 caracteres. Dorsey ha explicado el origen del título “Twitter”: …nos encontramos con la palabra “twitter” y fue perfecta. La definición fue “un breve estallido de información intrascendente” y “chirridos de pájaros”. Y eso es exactamente lo que era el producto.
Los avances tecnológicos han superado esa limitación y Musk ha declarado que en el nuevo Twitter se “hablará libremente dentro de los límites de la ley”.
Musk cambio su descripción en Twitter a “Jefe Twit” y su primer mensaje fue “El pájaro es liberado”. Es interesante cómo Elon juega con los múltiples significados y sonidos de un vocablo. Twit por supuesto suena igual que tweet y evidentemente hace alusión a los mensajes de Twitter, pero al firmarse como Chief Twit significa también Jefe Tonto o Jefe Molesto o Jefe Bufón…
Efectivamente, al entrar al cuartel general de la empresa en San Francisco Musk iba cargando un lavamanos y twitteó: “ Entering Twitter HQ – let that sink in! pic.twitter.com/D68z4K2wq7“ (Entrando al cuartel general de Twitter, asimílalo“, escribió Musk en un tuit en el que incluyó un video en donde se le ve sonriente mientras carga un lavamanos e ingresa a las oficinas de Twitter). La palabra sink significa en inglés Pila o recipiente con llave de agua y desagüe que sirve para lavar la vajilla y los utensilios de la cocina (fregadero). Probablemente, los altos Ejecutivos que despidió Musk nada más entrando pensaron en la acepción general de limpiar algo restregándolo sino en la coloquial expresión mexicana de “Ya nos fregó éste…con su puntada de 44,000 millones de dólares”.
El súper multimillonario Elon Musk, también propietario de la agencia de aeronáutica Space X y de las fábricas de autos eléctricos Tesla, visitó recientemente Nuevo León y se reunió con el gobernador. ¿Otra puntada del Rey Midas-Elon?