Por Claudia E. Sánchez**
Hace unos meses durante la visita de Olimpia Coral Melo a nuestro municipio Coacalco de Berriozábal en el Estado de México, conocimos a Monse, una vecina que como muchas otras mujeres de nuestro país había sido víctima de violencia digital.
“Sólo platicaba con una amiga, porque tenía tanto miedo y vergüenza para hablarlo con alguien más. Pero me decía que denunciara, que ahora había una ley para esto y que no debía dejar que todo quedara así, porque mientras él estaba tranquilo de la vida, yo sentía que el mundo se me caía encima”.
Monse llegó pidiendo apoyo porque cuando se decidió a denunciar, las autoridades no la atendieron. Su carpeta se hallaba como muchas otras en el olvido y su estabilidad emocional se encontraba destruida. “Fueron seis eternos, desgastantes y dolorosos meses, llenos de miedo, desesperación y depresion”.
Cómo Círculo de Mujeres Renaciendo la abrazamos conmovidas. Nos comprometimos a apoyarla y a acompañar su caso de manera legal. Con el acompañamiento de Sandra Lomelí, una de nuestras abogadas, pudimos revivir su carpeta y hacer que el asunto avanzara.
Hay que recordar que gracias a la Ley Olimpia hoy en día se castiga en todo el país a todoaquel que exponga, distribuya, difunda, exhiba, reproduzca, transmita, comercialice, oferte, intercambie y comparta imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una persona sin su consentimiento.
Después de unos meses de batalla legal, el agresor reconoció su culpa y tuvo qué reparar el daño.
Hace unas semanas pudimos cerrar la carpeta y tras varios meses de acompañamiento psicológico y psiquiátrico, nuestra amiga Monse se encuentra mucho más estable, tranquila y nos ha comentado que a partir de su caso se ha allegado de otras personas que también han sufrido la misma violencia.
A partir del encuentro con Olimpia, y por las fotos que circularon por la red donde salía con la ponente y el grupo, sus amistades se enteraron por lo que pasó. Eso permitió que al día de hoy, conozca a otras ocho chicas que lamentablemente pasaron por esto.
“Sé que hay muchísimas mas que como yo, al inicio tenían miedo y vergüenza, y que no siguieron el proceso porque sabrían que serían juzgadas y que quizá no se haría justicia. Hoy siento bonito saber que al conocer mi caso sepan que sí se puede y se animen a hablarlo, a perder el miedo, y que gracias a que se está visibilizando este problema, sepan cómo actuar, que sepan que no tuvieron la culpa y que su valor no se pierde por situaciones así”.
El caso de Monse pudo ser uno más abandonado en las carpetas de la Fiscalía del Estado de México. Pudo ser incluso un expediente que nunca llegó a ser.
Hoy por hoy le extiendo un reconocimiento en primer lugar a ella por la valentía de denunciar, reconozco también a las mujeres que cuando la conocimos la abrazamos con empatía y amor.
Ojalá que ninguna persona tuviera que sufrir por lo que ella pasó. Ojalá que nadie tuviera miedo de denunciar. Ojalá que las autoridades fuesen más empáticas. Ojalá qué ningún servidor o servidora pública fuese tan indolente para juzgarlas.
Hoy 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres queremos alzar la voz para que sepan que no están solas. Para que en caso de sufrir esta misma violencia sepan que cuentan con un círculo de confianza para sobrellevar sus casos tanto de forma legal como de manera anímica.
Hoy quiero decirle a todas las mujeres que no están solas. Hoy quiero agradecer a Olimpia Coral Melo por sobrellevar este largo camino de revictimización, de linchamiento social, pero también por la maravillosa lucha junto a muchísimas mujeres más.
Hoy la sororidad cobra sentido cuando entre todas nos apoyamos y nos unimos para ponerle un alto a la violencia.