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QATAR 2022, CATAR…SIS: la paradoja nacionalista del fútbol en la globalización/Javier Ortiz de Montellano

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Por Javier Ortiz de Montellano 

Como todo mundo sabe, le guste o no el deporte del balompié, hoy Catar como país y Qatar 2022, la competición internacional de fútbol, son el centro de atención mundial. Cuenta con dos etapas principales: un proceso clasificatorio en el que participaron más de 200 selecciones nacionales, más que la ONU que registra solamente 193 países, y la fase final disputada por 32 equipos que se está realizando este año por primera vez en Oriente Próximo, en un país árabe y de mayoría musulmana.

Si existe algún deporte global es el fútbol. Por eso, el libro EL MUNDO EN UN BALON: LA GLOBALIZACION A TRAVES DEL FUTBOL, de Franklin Foer, publicado en 2004, es más vigente que nunca hoy (es autor también de Mundo sin mente: la amenaza existencial de las grandes tecnologías, que fue nombrado en 2017 uno de los 100 libros notables del New York Times).

El talentoso Franklin Foer utiliza su pasión por el fútbol para explicar la globalización, los fanatismos religiosos y el nacionalismo. Así, el deporte más popular del mundo sirve para exponer las enormes diferencias culturales entre los aficionados y las particulares reacciones ante este singular deporte. Es uno de los fenómenos sociales más importantes para la humanidad; no sólo en lo deportivo, sino en lo geopolítico y económico.

Este deporte forma parte de un campo de disputas sociales, políticas y económicas internacionales contemporáneas. Hoy el Soccer no solo es un deporte, es una herramienta política y económica que funciona como un poder blando, paradójicamente impulsado por gobiernos nacionales y corporaciones multinacionales.

Foer, más que explicar la globalización, descubre sus límites. Su paseo por el mundo arroja vívidas anécdotas acerca de la importancia política y cultural del Soccer, que han sido reflejo de la situación de los países contendientes, incluyendo los escándalos y conflictos de todo tipo que rodean al deporte.

Más recientemente, Foer en Twitter nos remite a su artículo en la revista The Atlantic: “Un espectáculo de sinvergüenzas, La Copa Mundial de Qatar 2022 puede ser la más detestable del torneo hasta el momento. Estaré pendiente de todos modos”.

En El Mundo En Un Balón el autor combina su pasión por el fútbol con la política internacional, utilizando ejemplos de equipos y países diferentes para explicar fenómenos fundamentales del mundo globalizado: la corrupción gubernamental, el nacionalismo, el choque entre culturas, los fundamentalismos religiosos, etc. El autor afirma que la expansión internacional del deporte ha ocurrido casi simultáneamente a la globalización. El libro cubre las principales áreas del mundo donde el fútbol tiene influencia, y llega a la antigua Yugoslavia, a Irán e Irak, a las repúblicas de la antigua Unión Soviética, a Barcelona, etc.

Hoy Rusia no está en Qatar 2022, por decisión de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) de prohibir a su selección participar en las competiciones internacionales. Ucrania no clasificó para el Mundial Qatar 2022 (fue derrotada por Gales), pero el hecho de que la FIFA no haya dejado participar a Rusia es considerado por el pueblo ucraniano como una victoria sobre ese país, que del soviético materialismo histórico socialista ha pasado al expansionista materialismo histérico tan capitalista como cualquiera de los imperios anteriores y los que hoy son o buscan serlo.

Además de la excepción de Rusia, son de destacar en relación con el fútbol dos casos geopolíticos importantes como son Estados Unidos y China. Estos gigantes no han tenido, históricamente, éxito en el Soccer, excepto en el femenino (es de destacarse el exitoso crecimiento del Soccer femenino en Estados Unidos, campeonas de 2019. La primera edición de la Copa  Mundial Femenina de la FIFA fue realizada en 1991 en China, edición en que las seleccionadas de los Estados Unidos alcanzaron la victoria. De ocho veces que ha sido realizada la mitad las ha ganado Estados Unidos. La próxima Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023, que se celebrará del 20 de julio al 20 de agosto del próximo año). 

Según la FIFA el fútbol (CUJU) ya se practicaba hace más de 2300 años en la ciudad de Lin Zi como deporte militar que servía para entrenar las tropas y comprobar el estado físico de los soldados. Existian dos formas de CUJU: diversión ,que era más de demostrar la técnica y destreza. Servía para entretener y jugaban incluso jugadoras femeninas acompañándose normalmente con música. Y CUJU de competición, dónde se instalaban varias porterías en ambos lados del campo con porteros y se intentaba marcar los máximos goles para ganar, con normas y arbitrajes aunque estaba permitido empujarse y golpearse.

Para enmendar la muy retrasada situación del fútbol en China (no ha clasificado al mundial en 20 años), de más de 1400 millones de habitantes, el deseo hegemónico del Gobierno es convertir  el fútbol “en una cuestión de Estado”,  de tal forma que “el desarrollo paulatino en los siguientes años les lleve a transformarse en una nación competitiva a nivel internacional”. Todo ello con la visión puesta en ordenar un Mundial para 2030 o 2034.

Además del fútbol profesional que está formado por clubes de Superliga y League 1, el talento está distribuído entre fútbol federativo (representado por Chinese Footbal Association /CFA) y fútbol escolar donde se apuesta por una fuerte formación de maestros de Educación Física y la creación de la cultura de fútbol en que el balompié se convierte en asignatura en las escuelas.

Mejor suerte ha tenido Estados Unidos, que viene superando su rezago futbolístico desde que Kissinger buscó impulsarlo desde finales del siglo pasado. Cuando muchos en Estados Unidos miraban al soccer (el término ‘football’ sigue y seguirá reservado al fútbol americano) como un pasatiempo casi exótico, Kissinger -por entonces Secretario de Estado de EU, supo captar el poder intrínseco del fútbol como arma política. 

Henry, no sólo sigue vivo a punto de cumplir 100 años, sino que sigue opinando sobre la política exterior estadounidense, en especial sobre su “guerra del Soccer contra Irán”, que se manifestó en su asistencia al partido de Estados Unidos en que éste eliminó 1-0 a los iraníes. El fútbol como reflejo de la geopolítica mundial.

No siempre es así, pues la selección de fútbol de Israel -fuerte país geopolíticamente- no clasificó para este Mundial, por lo que México 70 seguirá siendo, al menos por otros cuatro años, la única participación de Israel en el máximo torneo del balompié. Lo cual al menos evitó un posible conflicto entre árabes e israelitas.

Paradoja y Moraleja: La Globalización no acaba con los Nacionalismos. Pero al menos el fútbol sirve de CATARSIS.

Trivia: ¿Cuál es el país que más veces ha sido sede del Mundial? Aunque usted no lo crea, es México. Fue el organizador en 1970, 1986 y hará lo suyo en 2026, en conjunto con Canadá y Estados Unidos.

¿Y el fútbol en México? De la patada…