Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: Hola, Simplicio, te veo preocupado, con poco ánimo para ser principio de año.
Simplicio: Precisamente, es la Cuesta de Enero que me tiene alarmado con los mayores precios y sobre todo los aumentos en las tarifas del sector público, que me traen cuesta abajo en la rodada, como dice el tango.
Diablo: ¿Qué ya no ves las Mañaneras? Ánimo, vamos bien…el súper peso está fuerte y la economía también.
Simplicio: Ojalá y así fuera, pero veo los incrementos de precios en 2022 y ahora en 2023, triste en la pendiente de mi empobrecido bolsillo, se esfuma toda la humilde alegría de mi pobre corazón y sueño con el pasado estable que añoro, el tiempo viejo que lloro de antes de la pandemia y que nunca volverá…
Diablo: Ya deja el tango, Simplicio, ni que estuvieras en Argentina. Allá tienen una inflación del 100 por ciento anual y no les quita que siguen felices por coronarse campeones del fútbol mundial…
Simplicio: Ni me recuerdes lo que gastamos en hacer el ridículo en Qatar con la Selección Nacional Mexicana…y la bola de turistas mexicanos que aprovecharon el dólar barato para ir a verlos perder.
Diablo: Pues Yo precisamente estoy muy contento, de hecho encantado porque el dólar barato me ayuda a fomentar diversas ocasiones para el pecado.
Simplicio: ¿Y eso, cómo?
Diablo: Por ejemplo, los viajes a la bien llamada Ciudad del Pecado, Las Vegas, salen más económicos para los mexicanos compradólares. Y si vieras cuánto se han incrementado los suscriptores al llamado “porno casero” por Internet, cuyas tarifas son en dólares porque usan plataformas extranjeras. La mayoría de esos “creadores, más bien creadoras de contenido”(imágenes con poca o nula ropa, por eso de la “austeridad “), suelen cobrar entre $9.99 y $19.99 dólares al mes. Hubo una creadora influencer regiomontana que quiso empezar cobrando 30 dólares mensuales por su “servicio” digital visual, pero con la intensa competencia de otras “influencers” tuvo que bajarle a 16 dólares para ser competitiva. Ah, el libre Mercado funciona muy bien, pues cada vez más jóvenes menores de edad utilizan esta plataforma para vender contenido erótico o sexualmente explícito a cambio de baratos dólares. Hasta una alcaldesa de Tamaulipas contrató a esa “creadora” el año pasado para que amenizara en persona el festejo -Sólo para Adultos- del Día del Padre, que ofreció la presidente municipal con dinero del erario público …así sí se ganan las encuestas…y las elecciones.
Simplicio: Maldito demonio, hasta de lo Bueno te aprovechas para incitar al Mal. En vez de ayudar al buen periodismo nacional tradicional que está quebrando mantienes el dólar barato para fomentar contenidos importados para difundir “porno” casero o enlodar aún más los procesos electorales.
Diablo: ¿Y Yo Por Qué? Yo no tengo la culpa de que la gente ya no quiera pagar por ver malas noticias, aunque suscribirse a un periódico digital vale la mitad o apenas una tercera parte de lo que cuestan las suscripciones de las influencers…
Simplicio: Es una pena.
Diablo: En realidad, esto se intensificó con el encierro por la pandemia y las mayores facilidades tecnológicas que propulsaron las grandes corporaciones; tú sabes, no todo es Home Office…
Simplicio: Sí, el ocio es la Madre de todos los vicios.
Diablo: Más bien Yo diría que el ocio es la Madre de una vida Padre. ¿Ya viste la presentadora argentina que se hizo viral por dar las noticias sin sostén? La conductora de la televisión argentina desató revuelo en las redes sociales cuando dejó poco a la imaginación durante una transmisión por televisión. Así, con las pompas al aire, ni quién se preocupe por la noticia de la hiperinflación en las Pampas…
Simplicio: Calla, maldito corruptor, qué bueno que el pueblo bueno no tiene internet para accesar a esas perversiones tuyas.
Diablo: Sí, Ya Sabes Quién les tiene prometido el Internet gratis…
Simplicio: Pero no se ha podido, por la llamada “Ley del más Rico”, que debería llamarse la Ley de los Súper Ricos…
Diablo: Sí, vengo de Suiza, de la Reunión anual de los Súper Ricos en Davos, pues a mí, a diferencia de Elon Musk, sí me invitan cada año.
Simplicio: Claro, Tú los creas y ahí se juntan los más malvados del mundo.
Diablo: No todos. A Musk, que era el más rico del mundo, no lo invitan porque siempre se hace el loco y a pesar de su fortuna casi no paga impuestos, al contrario, aprovecha todo lo que puede los subsidios gubernamentales y así se ha hecho súper rico, aunque ya cayó al segundo lugar por sus ilusos manejos al comprar recientemente Twitter en 44 mil millones de dólares.
Simplicio: Hasta al mejor cazador se le va la liebre…
Diablo: Sí, al muy zonzo se le ocurrió que podía cobrar a cada usuario 30 dólares mensuales por usar Twitter y se le cayeron drásticamente los ingresos (el fundador de los autos eléctricos Tesla, Elon Musk, ya no es el hombre más rico del mundo. Bernard Arnault le ha arrebatado la primera posición con un patrimonio superior a los 190 mil millones de dólares, vendiendo objetos de lujo para los ricos: la fortuna de Arnault se basa en su participación en el conglomerado de lujo francés LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy). Incluye moda, bolsos y complementos de lujo, la famosa Champaña, perfumería y cosmética, joyería, y también otros vinos y licores).
Simplicio: Pues era de esperarse, pues como señala el reciente Informe de Oxfam, el organismo no-gubernamental dedicado a la lucha contra la pobreza, el uno por ciento de la población más acaudalada del mundo ha acaparado casi dos terceras partes de la riqueza generada en la pandemia y la crisis inflacionaria, mientras más de 820 millones de personas, pasan hambre. Dice el Informe que la acelerada desigualdad es tal, que la fortuna de los multimillonarios aumenta dos mil 700 millones de dólares cada día, mientras los salarios de al menos mil 700 millones de trabajadores crecen por debajo de la inflación.
Diablo: Si, ya vi el famoso Informe Global 2023 de Oxfam (el nombre “Oxfam” proviene del Comité de Oxford para el Alivio del Hambre) que se publicó en el contexto del Foro Económico Mundial de Davos que tuvo lugar del 16 al 20 de enero de este año y se llama “La ley del más rico”, pero no me gustó nada.
Simplicio: Ya lo creo, porque demuestra que el sistema fiscal actual que promoviste a nivel global está diseñado para favorecer a los súper ricos. Por eso, Oxfam y sus aliados proponen un impuesto anual a la riqueza del 5 por ciento a las personas más ricas, lo cual permitiría aumentar 36 por ciento el presupuesto en salud.
Diablo: Abajo los impuestos.
Simplicio: Abajo los precios.
Diablo: Primero los ricos…
Simplicio: Primero los pobres…
Diablo: Viva el dólar barato.
Simplicio: Muera la “Ley del Más Rico”
Diablo: Viva la Muerte.
Simplicio: ¡Viva la Vida!
Diablo: Me doy…aghhhhh
Simplicio: Jajajajajajaja