Por Vidal Ibarra Puig[1]

Hace algunos años me invitaron a participar en el 3er Encuentro Internacional de la Universidad Abierta de Dakhla, de la cual me honro ahora en ser miembro de su Consejo Asesor Científico. Preparé entonces una conferencia con este título, de la cual me permito tomar algunos párrafos[2].

“El periódico Financial Times define los mercados emergentes como un término que utilizan los inversionistas para describir un país en desarrollo, donde la inversión extranjera directa, IED, debe alcanzar rendimientos más altos, pero acompañado por un aumento en el riesgo. A veces se incluyen en este tipo de países a economías de categoría relativamente ricas, cuya economía ha sido considerado siempre como no desarrollada desde el punto de vista normativo. Los mercados emergentes se ubican entre los mercados desarrollados – por ejemplo, los Estados Unidos, Reino Unido, Europa Central y Japón – y ‘los mercados de frontera’, que son todavía menos desarrollados que los países emergentes.

Por otro lado, la empresa Bloomberg anotaba que para el análisis, los países también se clasifican en áreas de particular interés para los inversionistas extranjeros: facilidad de hacer negocios, el nivel de percepción de la corrupción y la libertad económica”.

Una vez hecha esta aclaración metodológica, señalábamos la diferencia entre los países BRICs (Brasil, Rusia, India y China), considerados países emergentes, y los países MINT (México, Indonesia, Nigeria y Turquía). Los primeros descritos en el ya famoso artículo de 2001 “Building Better Global Economic BRICs“[3]; posteriormente, en una entrevista que concedió a la BBC de Londres en 2013, el autor O’Neill mencionó a los países “Menta” (MINT), que son México, Indonesia, Nigeria y Turquía. Sobre de ellos comentaba que “…Si México, Indonesia, Nigeria y Turquía son capaces de poner la casa en orden, algunos podrían alcanzar el crecimiento anual de dos dígitos que China experimentó entre 2003 y 2008”.

¿Qué ha pasado con estos países y cuál es su porvenir?

En lo que toca al ambiente para hacer negocios, consultando las publicaciones del Doing Business del Banco Mundial, se tiene lo siguiente en cuanto al lugar que ocupan estas naciones para las facilidades para hacer negocios en ellas (2020 es el último año disponible de este tipo de estudios).

Como vemos, los países MINT están muy lejos de acercarse a los BRIC (como puede verse, en el caso de Rusia, la evaluación fue hecha previa a la guerra en Ucrania). Y en el caso de México, nuestro país ha perdido posiciones: del lugar 57 en que se ubicaba en 2015, ha pasado al 60 en 2020.

En este contexto, en un diagnóstico que nosotros hicimos de la situación de la economía mexicana a fines de 2018 (artículo que ya tiene más de 11,000 visitas en internet[4]), señalábamos que “Es necesario instrumentar políticas tendientes a deshacer los nudos económicos que actualmente ahogan a la economía mexicana…Nosotros en diversos foros hemos mencionado la necesidad de una estrategia integral de desarrollo que, partiendo de un Plan de Gran Visión de largo plazo, aprobado por el Congreso de la Unión (facultad que se establece en el artículo 25 de nuestra Carta Magna) incluya metas, objetivos y responsables, en un corte tridimensional: región (entidad federativa), fechas, responsables, y que sea el marco general para proponer políticas económicas de estado sustentables, utilizando como base los actuales Programas de promoción sectorial, Prosec”.

Pero hay otros varios elementos a considerar. El IMCO hace de manera regular una evaluación de la competitividad de los estados de la República mexicana, y en su reporte de 2022, las diez primeras posiciones fueron las siguientes.

Hemos escrito esta nota, estimado lector, estimada lectora, pues ayer se comunicó oficialmente que la nueva planta de TESLA, con una inversión de USD 10,500 millones de dólares, se instalará finalmente en Nuevo León, donde desde un principio quería la empresa. La alternativa que ofrecía el presidente era cerca del AIFA, pero ninguno de los estados cercanos ofrece lo que sí le permite a Nuevo León seguir atrayendo inversiones.

Estas son, en otras palabras, decisiones de negocios.

Según lo visto líneas arriba, estamos perdiendo competitividad para hacer negocios a nivel mundial, y los elementos que consideran las empresas, sobre todo en esta nueva etapa del “nearshoring”, es una gran oportunidad para México, siempre y cuando se den garantías de seguridad a la inversión extranjera; se respete el estado de derecho; se de seguridad de que no habrá cobros de piso, ni  secuestros; que no haya corrupción, etcétera. Pero sobre todo, que no se atraviese la política en estas decisiones de inversión. Nos faltan, pues, varias cosas para ser considerados un país emergente, tipo BRIC.

Insistimos: México tiene una gran oportunidad, y ya varias empresas extranjeras, no solo del sector automotriz, se están viniendo a México (por eso están entrando tantos dólares), pero deben de tener un ambiente de seguridad jurídica y social para garantizar su permanencia. De otra manera, nos arriesgamos a que no vengan.

Cuide su salud, cuide su dinero.

Use cubrebocas, por favor. Seguimos siendo un país muy expuesto al coronavirus.

[1] Profesor en el Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.

[2] El texto completo está a disposición en el libro “Les nouveaux territoires économiques”, Clerc Ph., Guerraoui D. et Richet X. (+), Comps. Ed. L’Harmattan, París, Francia (2017).

[3] Goldman Sachs, Global Economics Paper No: 66, 30th November 2001; nótese que originalmente Sudáfrica no estaba incluido, razón por la cual en nuestro análisis tampoco lo hicimos.

[4] https://www.digitalmex.mx/opinion/story/10359/diez-problemas-economicos-nacionales,