Por Vidal Ibarra Puig[1]
Ante la escasez de capitales para invertir en un país o en una región, la Inversión Extranjera Directa, IED, cobra especial relevancia. Es de notar que la importancia de la IED no es solo por la creación de nuevos empleos (cuando no sea el caso de la adquisición de empresas nacionales ya instaladas), y la probable transferencia de tecnología, sino que la IED significa también nuevas formas organizacionales de la producción, tendientes en la mayoría de los casos a una mejora de la producción y la productividad, además de que se espera una mejor utilización de los recursos.
De esta manera, cuando se revisan los datos de estos flujos hacia la región africana, uno se encuentra que tradicionalmente las inversiones hacia el continente han sido bajos, en monto y porcentualmente comparados con lo que se destina hacia otras regiones.
En los cuadros 1.a y 1.b se aprecian los flujos de IED hacia el mundo y hacia África en lo particular, para los años 2019 a 2021, los dos últimos especialmente difíciles para la región, pero en 2019 ya se aprecia la baja cantidad de IED que se recibía.
La inversión de China en África ha llamado la atención de los analistas en los últimos años, y en un principio esta inversión parecería ser muy relevante, pues China es ahora el principal socio de inversión y de comercio de la región. Sin embargo, los montos que en la realidad invierte China en el continente son relativamente pequeños, comparados con lo que invierte en otras regiones, como se observa en la gráfica 2 siguiente[2].
Es de notar que doce países africanos ricos en recursos -Sudáfrica, RD Congo, Zambia, Etiopía, Angola, Nigeria, Kenia, Zimbabue, Argelia, Ghana, Tanzania y Mozambique- albergaron casi tres cuartas partes de la IED china por stock en 2020[3].
La IED China en África se ha concentrado entonces en los países que poseen riquezas naturales y que son a su vez necesarias para el desarrollo y crecimiento chino. Pero también se han dirigido a los sectores manufactureros y, en épocas recientes, a los servicios (no olvidemos que la inversión en infraestructura es mayoritariamente considerada como inversión en el servicio de la construcción).
Tal como han señalado otros estudios, China ha creado 25 zonas de cooperación económica y comercial en 16 países africanos y ha seguido invirtiendo fuertemente a lo largo de todo el continente durante la pandemia por la COVID-19, de acuerdo con un informe del Gobierno chino sobre los vínculos económicos y comerciales con África. Las zonas, registradas en el Ministerio de Comercio de China, han atraído a 623 empresas con una inversión total de USD 735 mil millones a finales de 2020, según el Informe Anual de Relaciones Económicas y Comerciales entre China y África 2021. Y no obstante la pandemia, el Informe sostiene que la inversión china en África ha aumentado. China invirtió en África USD 2,96 mil millones el año 2020, 9,5% más que en 2019. Casi el total de esta suma —USD 2,66 mil millones— corresponde a inversión directa no financiera[1].
China y África están, desde hace años, estableciendo relaciones económicas con visión de largo plazo, bajo un esquema de ganar-ganar o, cuando menos, no tan perjudicial a los intereses africanos como las inversiones anteriores provenientes de otras regiones del globo.
Cuide su salud, cuide su dinero. Use cubrebocas, por favor, pues la pandemia no se elimina por decreto, sino con vacunas; y en México falta mucha gente de tener todas las dosis o, en su caso, no tiene el refuerzo anual que otros países ya aplican.
[2] Agradezco al Dr. Enrique Dussel el haberme facilitado esta información.
[3] Ze Yu S. (2022) “What is China’s investment end game in Africa?”.
[4] IISD “Inversión China en África Aumenta Mientras el Valor de Proyectos y el Comercio Bilateral Decrece”.
[1] Profesor en el Departamento de Economía UAM Azcapotzalco, [email protected]