Finanzas Públicas

Sólo diez estados pagan con ingresos propios a servidores públicos

***De las cinco entidades con más deuda, sólo dos recaudan lo suficiente para cubrir el gasto de su nómina

***Recaudación llega a ser nueve veces menor al pago de nómina en algunos estados

***Notables los casos de Querétaro y Quintana Roo: sus ingresos superan casi por cuatro veces el gasto en burocracia

Valle de México, a 23 de noviembre.- El presupuesto del año próximo estableció alrededor de 100 mil millones de pesos más en el Gasto Federalizado para distribuirlos entre las 32 entidades y los más de 2 mil 446 municipios y las 16 alcaldías de la Ciudad de México; sumarán poco más de 2 billones, de los poco más de 7 billones autorizados, y obviamente se espera que aligeren un poco la carga para las haciendas públicas estatales y municipales.

Sin embargo, uno de los problemas que enfrentan los gobiernos estatales, además de las pesadas deudas de largo y de corto plazo, es la baja recaudación de ingresos propios. 

Su dependencia de los recursos federales alcanza casi el 88 por ciento de sus presupuestos, o más, y son pocos los casos de autoridades estatales que logran ingresos propios, incluso para pagar la nómina.

Gráfica: Monitor Financiero con datos de la SHCP.

Con base en cifras de la Secretaria de Hacienda, la recaudación total de los estados durante el año 2019, es decir, por cobro de agua, derechos impuestos y predial, fue de 295 mil 795 millones 625 mil 160 pesos, y luego en el 2020, año marcado por la pandemia Covid-19, cayó unos 8 mil millones de pesos, quedando en 287 mil 324 millones 501 mil pesos.

Esta recaudación es poco menos de la mitad de la deuda de las entidades, que al segundo trimestre del 2021 registró 622 mil 179 millones 800 mil pesos.

De los cinco estados con las mayores deudas, tres recaudan lo suficiente para pagar su nómina: la Ciudad de México, que recauda con solvencia; Nuevo León también y Chihuahua también.

Elaboración: Monitor Financiero con datos de la SHCP.

Casos contrarios son los del Estado de México y Veracruz, donde en el primero su pago de nómina es casi dos veces mayor a lo que recauda, y en el segundo su nómina representa casi seis veces lo que logra de ingresos propios.

A estos dos estados hay que sumar otros que, con excepción de Tlaxcala, que no registra deuda, enfrentan además pasivos de corto y de largo plazo.

Los casos más notables son los de Aguascalientes y Tabasco; en el primero su nómina es casi ocho veces mayor que sus ingresos locales, mientras que en el segundo el pago de servidores públicos es casi nueve veces más la recaudación estatal.

Situación Financiera
Elaboración: Monitor Financiero con datos de la SHCP.

Otras entidades con proporciones considerables son Durango, Michoacán y Zacatecas; en estos estados la nómina representa más de seis veces la recaudación de sus ingresos locales.

En Chiapas y Puebla el pago a la burocracia significa casi cinco veces más la recaudación por agua, derechos, impuestos y predial, mientras que en Yucatán cuatro veces mayor.

Entidades cuya nómina significa tres y dos veces más que la recaudación son Campeche, Guanajuato, Nayarit, Coahuila, Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosí y Tamaulipas.

Los diez estados que recaudan lo suficiente de ingresos propios para pagar su nómina son:

1.- La Ciudad de México

2.-  Chihuahua

3.- Baja California

4.- Baja California Sur

5.- Hidalgo

6.- Morelos

7.- Nuevo León

8.- Querétaro

9.- Quintana Roo

10.- Sinaloa

Recaudación local Edos.
Elaboración: Monitor Financiero con datos de la SHCP.

Son notables los casos de Querétaro y Quintana Roo, pues en ambos casos sus ingresos les permitirían cubrir casi por cuatro veces el gasto de su nómina.

Sonora presentó cifras casi de empate, con 8 mil 142 millones 623 mil 295 de recaudación por 8 mil 290 millones 447, mil pesos de nómina, igual que Colima, con Mil 742 millones por mil 829 millones, respectivamente.

En tales condiciones, los gobiernos de los estados tendrían que reforzar sus acciones de recaudación local para no depender tanto ni de los recursos del gasto federalizado ni de la contratación de pasivos pues, si bien estos no son malos por sí mismos, al final se convierten en una carga para la ejecución de obras y programas, cuando no en impuestos que finalmente tendrán que pagar los ciudadanos.