Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: ¡Hola, Manuel DeLanda! Gracias por acepar la invitación al Simposio de Comunicación. ¿Listo para hablar de ensamblajes y comunicación?
Manuel DeLanda: ¡Qiuhubo, Diablo! Claro que sí, siempre es emocionante discutir teorías complejas, ¡pero espero que no me tientes a hacer un pacto por mi alma!
Diablo: ¡Ja, ja! No te preocupes, lo que será, será y lo que no, no. Yo sólo estoy aquí para divulgar. Sé que sigues investigando sobre ensamblajes y comunicación. ¿Te gustaría un poco de orientación… en el arte de la persuasión?
Manuel DeLanda: ¡Oh, vaya! ¿El Diablo en persona ofreciéndome consejos de persuasión? Estoy intrigado. ¿Cuál es tu enfoque?
Diablo: Bueno, ya sabes, tengo experiencia en el tema de la persuasión y la comunicación, después de todo, soy sobre todo conocido por tentar a la gente. ¿Qué tal si te enseño cómo crear diabólicos ensamblajes comunicativos irresistibles?
Manuel DeLanda: Jaja, ¡suena tentador! Pero prefiero centrarme en una perspectiva más filosófica y científica. Explorar la teoría de los ensamblajes me permite entender cómo emergen las formas de comunicación y cómo interactúan entre sí.
Diablo: Ah, pero piensa en esto: si dominas el arte de la persuasión, podrías convencer a las personas de que tus teorías son las más fascinantes de todas. ¡Tendrías seguidores por todas partes!
Manuel DeLanda: Cierto, sería interesante, pero prefiero que mis ideas se propaguen por su propia fuerza intelectual, no por un trato infernal.
Diablo: Está bien, está bien, lo entiendo. Pero, ¿y si te muestro cómo influir sutilmente en los ensamblajes comunicativos para que tu mensaje sea más efectivo?
Manuel DeLanda: De acuerdo, debo admitir que me das curiosidad. ¿Cuál es tu secreto infernal para la persuasión?
Diablo: ¡Muy bien! Primero, debes entender las motivaciones de tu audiencia y adaptar tu discurso para conectar con ellas. Luego, utiliza recursos retóricos que despierten emociones intensas. ¡Y voilà! Tendrás a todos bajo tu hechizo.
Manuel DeLanda: Hmm, interesante perspectiva, pero prefiero basarme en la rigurosidad científica y la lógica para convencer a los demás. Eso parece más parecidos a los consejos de asesores para campañas electorales…
Diablo: Jaja, ¡tú te lo pierdes! Pero no te preocupes, estoy seguro de que tarde o temprano te veré de nuevo por aquí, buscando un poco de ayuda… infernal. Entonces, empecemos, ¿qué es un ensamblaje?
Manuel DeLanda: Bueno, en términos sencillos, un ensamblaje es una entidad que surge de la interacción entre elementos independientes, creando una estructura más grande y funcional. Es como cuando tú y yo nos encontramos, como ahora, en ¡una conversación infernal!
Diablo: ¡Interesante! Así que, en cierto modo, nuestra charla sería un ensamblaje diabólico y… ¿filosófico?
Manuel DeLanda: Exactamente. ¡Una combinación única de fuerzas oscuras y pensamientos profundos!
Diablo: Y hablando de comunicación, ¿qué papel juega en los ensamblajes?
Manuel DeLanda: Ah, la comunicación, ese arte tuyo de persuadir y corromper. En los ensamblajes, la buena comunicación es clave para mantener la cohesión y la eficiencia entre los elementos. No es como cuando intentas convencer a alguien de hacer un trato…No todo se trata de persuasión maligna. La comunicación también puede ser una herramienta para compartir conocimiento y generar cooperación.
Diablo: Tienes razón, no todo es tan diabólico como parece. A veces, la comunicación puede ser el puente que une las partes de un ensamblaje.
Diablo: Pero, ¿sabes qué me tiene intrigado? Esta teoría de ensamblajes, ¿es como
algún tipo de conjuro para armar legos infernales?
Manuel DeLanda: ¡Oh, Diablo! No, no, nada de legos infernales. La teoría de ensamblajes es más fascinante que eso. Se trata de cómo los elementos se conectan y forman entidades emergentes con propiedades únicas.
Diablo: Entonces, ¿podrías decir que es como un aquelarre de ideas que se combinan para crear algo nuevo y poderoso?
Manuel DeLanda: ¡Exactamente! Es como si invocáramos conceptos diversos y, al unirlos, surgiera una fuerza conceptual imparable.
Diablo: Vaya, suena bastante interesante para un demonio como yo. Pero, ¿cómo se relaciona con la comunicación?
Manuel DeLanda: La comunicación también es un ensamblaje, Diablo. Cuando los mensajes se entrelazan con el lenguaje y las percepciones, emergen significados únicos que trascienden las palabras.
Diablo: Entonces, ¿podríamos decir que la comunicación es como lanzar hechizos con palabras mágicas?
Manuel DeLanda: ¡Jaja! En cierto modo, sí. Las palabras tienen el poder de crear impacto y transformar la realidad.
Manuel DeLanda: ¡Exacto! Al igual que tú, Diablo, que conectas las almas con el inframundo. En cierto sentido, podrías decirse que eres el comunicador principal de tu propio ensamblaje infernal.
Diablo: ¡Ja, ja! Supongo que sí. Pero admito que también me gusta escuchar tus reflexiones filosóficas, Manuel. Es una combinación inusual, ¿no crees?
Manuel DeLanda: ¡Totalmente inusual! Pero a veces, la combinación de lo oscuro y lo reflexivo puede llevar a un entendimiento más profundo del mundo y sus complejidades.
Diablo: ¡Exacto! Parece que hemos creado un ensamblaje peculiar y cómico aquí. ¡Una conversación entre el Diablo y un filósofo! ¡Ni en mis peores pesadillas!
Manuel DeLanda: ¡Ja, ja! Nunca se sabe qué giros extraños puede tomar la vida, incluso para un Diablo. Pero, en serio, ha sido un placer conversar contigo sobre ensamblajes y comunicación, ¡y sin tener que firmar contratos infernales!
Diablo: Todavía… en fin, el placer ha sido mío, Manuel. A veces, las conversaciones más inesperadas son las más enriquecedoras. ¡Hasta la próxima, filósofo infernal!
Manuel DeLanda: ¡Hasta la próxima, Diablo astuto!
Diablo: Gracias, Manuel. Me has revelado secretos intrigantes. Tal vez debería empezar a leer más sobre esta teoría de ensamblajes.
Manuel DeLanda: Sería un honor, Diablo. Quién sabe, tal vez descubras nuevos métodos infernales a partir de estos conceptos.
Diablo: ¡Exacto! Siempre es bueno aprender nuevas formas de desatar el caos. ¡Gracias, Manuel!
Manuel DeLanda: De nada, Diablo. Siempre es un placer charlar sobre teorías infernales y comunicación mágica. ¡Hasta la próxima conjunción de nuestras mentes! Y ten cuidado con esos tratos… ¡no te vayas a llevar una sorpresa!
Diablo: O al revés…Hasta la próxima, Manuel!
Manuel DeLanda: Hasta luego, Diablo. Aunque no comparta tus métodos ni tus fines, ha sido un placer esta conversación… poco convencional. ¡Hasta pronto!