Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: ¡Saludos, Gilles Deleuze! ¿Cómo estás por aquí en el calorcito?
Gilles Deleuze: Pues parece que en la actualidad no hay mucha diferencia con la Tierra y su cambio climático, al menos aquí estoy a salvo de las inundaciones…
Diablo: ¿Y qué tal te va con tus teorías filosóficas?
Deleuze: ¡Oh, Diablo! Sigo inmerso en mis pensamientos sobre el capitalismo y su influencia en la brujería moderna.
Diablo: ¿Brujería capitalista? ¿Eso suena como un hechizo para convertir bitcoins en dinero?
Deleuze: ¡Ja, ja! No exactamente, Diablo. Más bien me refiero a cómo el capitalismo ha transformado la brujería en una mercancía, con tarifas por conjuros y descuentos en pociones los Viernes Negros o como le dicen allá en México, la barata del Buen Fin…
Diablo: ¡Vaya, eso es un giro inesperado en el mundo mágico capitalista! Supongo que ahora los brujos y las brujas usan tarjetas de crédito en lugar de calderos mágicos.
Deleuze: Exactamente. Y en lugar de aquellas reuniones secretas en el bosque, ahora los brujos y brujas capitalistas tienen conferencias de mercadotecnia sobre cómo “lanzar hechizos irresistibles para atraer clientes”.
Diablo: ¡Oh, cómo han cambiado los tiempos! ¿Y qué hay de los conjuros para el éxito empresarial?
Deleuze: Ah, esos son los más populares: “Invoca el espíritu de la ganancia neta” o “Encanta tu Ganancia de la Inversión con esta fórmula mágica”.
Diablo: Supongo que en lugar de vender su alma a Mí, ahora la entregan a cambio de métodos para conocer las tendencias del mercado.
Deleuze: En efecto, el capitalismo y la brujería realmente han tejido un hechizo inusual en nuestros tiempos.
Diablo: Pero, ¿realmente sirve de algo pensar en esto?
Deleuze: Siempre he sido un amante de las teorías desafiantes. Sigo explorando cómo la brujería y el capitalismo pueden entrelazarse en un torbellino de deseos y mercancías.
Diablo: Sí, por lo que me ha platicado tu seguidor más devoto, el filósofo Manuel DeLanda, entiendo que tú iniciaste este estudio de la Ontobrujería Capitalista.
Deleuze: Pues, sí, Diablo. En algunos de mis escritos plasmé algunos pensamientos sobre la brujería moderna y su influencia sobre el capitalismo y viceversa.
Diablo: Interesante relación. Supongo que con una de tus fórmulas se podría crear un hechizo que convierta las escobas voladoras de mis brujitas en drones y viceversa.
Deleuze: Sin embargo, debemos tener cuidado con la lógica del capital. Las brujas y brujos capitalistas podrían terminar siendo explotados por el “libre” mercado y convertirse en “brujas y brujos precarizados”.
Diablo: Pues no anda muy lejos de eso el Mercado de Valores de Wall Street, Deleuze, pues su embrujada Bolsa puede tronar otra vez en cualquier momento.
Deleuze: ¿Y cuál Gran Brujo del Mercado te predice eso?
Diablo: Los Brujos no predicen…adivinan.
Deleuze: Tienes razón, el futuro no se puede predecir, sólo adivinar. Eso nos lleva a la pregunta crucial: ¿quién será el Gran Brujo que adivine al Mercado? ¿Un economista al servicio de los Sumos Jerarcas Capitalistas o un hechicero sin jerarquías?
Diablo: ¡Oh, la lucha por el poder en el aquelarre corporativo es sin tregua! Y si falla, siempre podemos recurrir al hechizo de la reestructuración demoníaca…a la Trump: ¡Estás Despedido!
Deleuze: En última instancia, Diablo, la brujería capitalista revela la compleja conexión entre el deseo, el consumo y el control. Una comedia trágica y mágica en constante evolución.
Diablo: ¡Exacto! ¡Nada como una buena dosis de brujería para sacudir el mundo y mantenernos riendo de los absurdos de la economía!
Deleuze: Pero, Diablo, no olvidemos la dimensión del deseo. La brujería capitalista busca liberar los deseos reprimidos mediante el gasto irracional, transformando los productos en fetiches. ¿Un brujesco caldero lleno de iPhones, tal vez?
Diablo: ¡Ah, sí! Las seducidas masas de usuarios anhelarán los nuevos modelos de celulares como si fueran pociones mágicas que comunican milagrosamente. ¡El hechizo del consumismo está completo! Control total de los consumidores…de sus gustos, su ubicación, sus mensajes, etc.
Deleuze: Ah, Diablo, siempre hay una línea borrosa entre la multiplicidad del deseo y las formas opresivas de control. La brujería capitalista parece aprovecharse de esa ambigüedad, ¿no crees?
Diablo: ¡Exacto! Invocan espíritus para aumentar las ventas y utilizan hechizos de mercadotecnia para seducir a las masas.
Deleuze: Pero, ¿no es irónico que el capitalismo, que busca dominar y estandarizar, coexista con la brujería que valora la individualidad y la conexión con lo esotérico?
Diablo: ¡Oh, Deleuze, siempre haciendo preguntas filosóficas! Si hubieras vivido en México sabrías que ese país puede concebirse como un país brujo –no por nada Artaud, Leonora Carrington, Remedios Varo, y André Breton, entre muchos otros, han encontrado en esa tierra el alimento perfecto para desarrollar sus búsquedas artísticas-, por lo que cabe pensar que la cartografía mexicana ha sido objeto de múltiples experiencias de este tipo.Sólo tendrías que prestar atención a territorios como la Sierra Oaxaqueña –no por nada Manuel DeLanda visitaba a la chamana María Sabina con el objetivo, dice él, de “alcanzar estados mentales hipercreativos”.
Deleuze: Entiendo que después de mi muerte en 1995, mi obra ha sido abordada por destacados personajes como Manuel DeLanda desde el ámbito de los estudios sobre brujería y el hermetismo, con lo que llaman Ontobrujería.
Diablo: Sí, la Ontobrujería se estudia ahora como un campo de dominio de la ontología realista orientada a dar cuenta de las relaciones y usos de lo que se nombra objetos brujos. Esto, sin duda, ha desembocado en un gran torrencial de reflexiones y preguntas que han tratado de renovar este aspecto previsto por ti.
Deleuze: Pues ahí se los dejo de tarea a los jóvenes, porque yo ya después de esta agotadora platica contigo, Diablo, me regreso al descanso eterno.
Diablo: De acuerdo, Yo, más viejo que tú, no me canso de aprender y para ello tendré que entrevistar de nueva cuenta a DeLanda y otros como Mark Fisher y Matt Lee que escribieron el libro “Deleuze y la Brujería” en 2009 y el análisis interpretativo de la reciente tesis del filósofo inglés Joshua Ramey en “Deleuze Hermético”, de 2016, para dilucidar las posibilidades emancipatorias de los objetos brujos.
Gilles Deleuze: ¡Que te aproveche!
Diablo: ¡Oh, Gilles! Espero que tu Ontobrujería no haya dejado a todos un poco “deleuzionados” aquí en el Simposio. Espero que a tu regreso al infierno encuentres más respuestas claras que en tus teorías.
Deleuze: Ah, Diablo! Siempre amenazante con tu fuego y tus dementes juegos de palabras.
Diablo: Bueno, famoso filósofo Gilles Deleuze! ¿Te vas ya del Simposio de Comunicación? Ya sabes lo que dicen, “cuando un filósofo se va, los demonios hacen fiesta”. Jajajajajaja