Por Javier Ortiz de Montellano
En 2019, los precios internacionales del petróleo mantuvieron la tendencia bajista de años anteriores, pero en 2020 se conjugaron varios factores muy negativos para este producto.
Tres meses y medio después de que la expectativa fuera de relativa certidumbre debido al descenso en los inventarios de crudo de los Estados Unidos y que la OPEP y sus aliados habían mantenido recortes en su producción, los precios internacionales cayeron hasta 70%, ubicándose en 20 dpb (dólares por barril) en el caso del WTI .
La Mezcla Mexicana de Exportación pasó de promediar 53.9 dólares por barril en enero de 2020 a promediar 45.39, 23.26 y 12.23 dólares en febrero, marzo y abril, respectivamente. Este desplome de precios modificó las expectativas de ingresos gubernamentales que se habían presupuestado con un precio de 49 dólares por barril exportado.
Como es sabido los precios internacionales del crudo se derrumbaron en el mes de abril 2020 debido a la dramática caída en la demanda a raíz del confinamiento de personas y restricciones de viaje impuestas en todo el mundo para combatir la pandemia.
La situación se agravó cuando se rompió el acuerdo entre la OPEP (Organización de Productores y Exportadores de Petróleo) y Rusia para estabilizar los precios del crudo mermados por la reducción de la demanda de petróleo como consecuencia del coronavirus. Arabia Saudita propuso a la OPEP recortar 1.5 millones de barriles diarios adicionales al acuerdo vigente desde 2017, pero Rusia se opuso por razones comerciales y geopolíticas, que la habían llevado a perder participación de mercado frente a la competencia de Estados Unidos (cuyos productores de “shale oil” o esquisto, intensificaron la producción petrolera convirtiendo a Estados Unidos en el más importante productor de petróleo en el mundo). En respuesta a Rusia, Arabia Saudita anunció que elevaría su producción de 9.7 millones de barriles diarios hasta 12 millones, inundando el mercado mundial y haciendo caer los precios.
Esta combinación llevó a que el petróleo estadounidense WTI para entrega en mayo (referencia principal para la mezcla mexicana), perdiera todo su valor el 20 de abril con una caída estrepitosa que pasó de cotizarse a 18 dpb al inicio del día a un precio negativo de -$35.22 al cierre de dicha jornada (cuando el crudo o cualquier otro energético se vende por debajo de su costo de producción y llega a un precio negativo, significa que la empresa petrolera ya no puede almacenar más el hidrocarburo y debe pagar a otras compañías para que se lleven el petróleo de sus instalaciones).
En México la mezcla nacional de exportación siguió los pasos del petróleo de Estados Unidos y cayó en picada desde los $14.35 dpb del 17 de abril hasta un estrepitoso -$2.37 dpb el 20 de abril. Sin embargo, se contrató una cobertura petrolera que cubría un precio de 49 dpb a fin de protegerse ante la evidente fluctuación de los precios y así garantizar los ingresos del presupuesto gubernamental.
Pasada la turbulencia petrolera el crudo terminó promediando un precio de 39 y 36 dólares por barril en 2020, perdiendo una tercera parte de su valor promedio en 2019.
A medida que la economía mundial fue saliendo gradualmente del aislamiento se fue recobrando la demanda por petróleo, lo que propició la recuperación paralela de los precios del crudo, a 68 dólares en promedio para 2021 (65.80 para la mezcla mexicana).
Y en 2022 el precio medio del petróleo crudo fijado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ascendía a más de 85 dólares estadounidenses, un precio que representaba un importante ascenso con respecto a 2021. Sin embargo, estos valores no son comparables con el incremento experimentado durante los seis primeros meses de 2022, entre otros factores debido a la guerra entre Rusia y Ucrania. Así, a mediados de 2022, el precio del barril ascendía a 117 dólares en el mercado mundial aunque terminó en 95 dólares en promedio para todo el año de 2022 (89 dólares para la mezcla mexicana).
El sentimiento del mercado petrolero se volvió ligeramente bajista en 2023, ya que la fortaleza de la oferta distinta de la OPEP coincidió con una desaceleración del crecimiento de la demanda mundial de petróleo, registrando 78 dólares en promedio para 2023 (y 65.50 dólares para el crudo mexicano).
Es incierto que los precios internacionales del petróleo se puedan mantener alrededor de los 80 dólares el barril en 2024, según analistas que estiman que el débil crecimiento global limitaría la demanda, mientras que las tensiones geopolíticas podrían presionar los precios al alza. Otros analistas cuestionan si la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) serían capaces de mantener los recortes de suministro para respaldar el mercado, pues todos se ven presionados a aumentar sus exportaciones para cubrir sus presupuestos, especialmente en un ambiente influido por diversos conflictos bélicos.
Para fines del Presupuesto de Ingresos el Gobierno de México calculó un precio promedio de 56 dólares por barril para 2024.
Pemex: algunos datos relevantes
La actual Administración recibió Pemex en diciembre de 2018 con:
Reservas de petróleo crudo equivalente de siete mil millones.
Y durante esta administración se ha sostenido el 106 por ciento de la reposición de las reservas, el primer año 7.2, 74., 7.4 y en 2023 con una reserva probada de 7.4. Entonces, no sólo se evitó la declinación de la reserva, sino que se incrementó ligeramente.
Producción: se recibió en un millón 700 mil barriles, y en 2023 se logró subir a un promedio anual de un millón 876 mil. Un aumento de 355 mil que provienen de la actividad de los campos maduros y 567 mil de los campos nuevos.
Costo de producción: ¿Cuánto cuesta extraer cada barril de petróleo crudo equivalente? En el 2019, 12.1 dólares. Esta ha sido la evolución, hoy está en 11 dólares. Ha habido una disminución a la vuelta de cinco años de más de un dólar.
Deuda: con Peña Nieto la deuda de Pemex se elevó a casi 129 mil millones de dólares. Y en la actual Administración ha disminuido a 107 mil millones de dólares, 17.4 por ciento de disminución que equivale a 22 mil 500 millones de dólares, una reducción sumamente importante en esta Administración; no sólo no se incrementó, sino que hubo una disminución muy importante.