Por: Víctor M. Zendejas Orozco*
Los ecologistas que pugnamos por la preservación y mejoramiento del parque urbano más importante de América Latina, Sierra de Guadalupe, recibimos 2024 con la penosa noticia de que en la Coordinación General de Conservación Ecológica (CGCE), dependiente de la Secretaria de Medio Ambiente del Estado de México, han llevado a cabo una serie de despidos, incluyendo guardabosques tan necesarios para esta temporada de sequía propensa a incendios forestales.
La gobernadora del Estado de México, maestra Delfina Gómez Alvarez, prometió durante sus giras de proselitismo como candidata por Morena al gobierno estatal que los trabajadores del gobierno de la entidad tenían asegurado su empleo, con lo que pretendió desmentir la estrategia de guerra sucia que se había hecho en su contra.
Durante una de sus giras asevero: “A todas y todos los que son servidores públicos quiero comentarles que no se angustien, que no se preocupen, sus empleos están seguros, en ningún momento voy a atentar contra algo que es sagrado para el ser humano como su empleo.”
Entonces precisó que habría reducción de sueldos para los altos funcionarios a fin de compensar a los empleados de base, a quienes consideró los verdaderos hacedores del trabajo cotidiano.
A los ambientalistas nos preocupa que se despida a personal de guardaparques debido a que en esta temporada de sequía las áreas naturales son propensas a ser incendiadas. El poco personal que queda en brigadas ha estado durante décadas mal equipado y con prestaciones muy por debajo de las que tiene un bombero urbano o un policía.
Hay casos de guardaparques que han sufrido lesiones graves durante el combate a incendios forestales que van desde un pie o brazo roto hasta lesiones graves que los han puesto al borde de la muerte.
Se requiere que la Secretaría de Medio Ambiente no solo no lleve a cabo despidos en ese sector sino, por el contrario, aumente el personal hasta llegar a los niveles que se tenían cuando había varias brigadas para cubrir las distintas necesidades de un área natural protegida, pues es triste ver cómo la falta de personal se resiente incluso los fines de semana o días festivos cuando una gran cantidad de familias, sin ninguna orientación, asisten a recrearse a las distintas reservas ecológicas.
*Presidente de la ONG Franature