Por Javier Ortiz de Montellano
Es una lástima que la tragicómica crónica que hizo el conocido escritor José Agustín (Ramírez Gómez) de La vida en México de 1940 a 1994, presentada en una serie de tres volúmenes: I: 1940 a 1970, II: 1970 a 1982 y III: 1982 a 1994, no se haya continuado para abarcar hasta 2018.
Ciertamente se requeriría del singular sentido del humor de José Agustín para contar también en forma de tragicomedia, la tragedia que le ha sucedido al país desde 1995 hasta la fecha.
La labor que hizo el literalmente renombrado literato José Agustín (que renegó de sus apellidos y lo de José seguramente lo puso para que no lo confundieran con San Agustín, jeje) es un trabajo serio que también puede leerse como un relato muy ilustrativo de los principales acontecimientos de esas épocas, tanto los verdaderamente trágicos del México Profundo, como los cómicos tras bambalinas y los que trascendieron a los controlados medios del periodo post revolucionario.
Por su lado trágico, José Agustín continúa a su manera la también serie del titulado Libro Rojo, escrito por Manuel Payno y Vicente Riva Palacio en 1870, que arranca desde la muerte de Moctezuma hasta el fusilamiento de Maximiliano y que luego a manera de continuación cerca de trescientos autores -historiadores, cronistas, narradores y artistas visuales- compendian en una suerte de antología abreviada, por su horizonte inabarcable, de crímenes ocurridos desde el encontronazo de Moctezuma con Hernán Cortés hasta 1993 (lo de Colosio en 1994 no se incluye todavía, pero José Agustín sí menciona el tema).
Bajo la coordinación de Gerardo Villadelángel Viñas, se han publicado por el Fondo de Cultura Económica cuatro tomos más de El libro rojo: continuación: I. 1868-1928, II. 1928-1959, III. 1959-1979 y IV. 1980-1993.
Pero el irreverente José Agustín destaca en estas frívolas pero magistrales crónicas más por el lado cómico e incluso supera por la claridad de su humor al fallecido cronista oficial de la Ciudad de México, el maestro de la obscura ironía crítica, el inefable Carlos Monsiváis y al finado fino poeta y pomposo súper oficialista ingenioso cronista también oficial Salvador Novo, ambos amos de coloridas crónicas rojas, negras, amarillas y hasta rosas.
Mucha sangre roja y tinta negra ha corrido desde entonces en nuestro país, como se analiza en libros como el de Roger Bartra La Sangre y la tinta (1999) y Prensa Negra de José Martínez (2007) y tantos otros que denuncian y analizan la violenta y a la vez frívola vida nacional.
Hay en este pasado por reseñar sucesos de muchas publicaciones de otros colores, como la prensa amarilla, tricolor, azul, verde, naranja, rosa y más recientemente la prensa Pantone (el color oficial de MORENA, simbólicamente, formado por una mezcla de colores que da un solo tono).
Pero lo que falta hoy, hoy, hoy es una continuación del Libro Rojo que abarque de 1994 hasta el cierre de 2018 y un volumen o dos más de la Tragicomedia Mexicana, de 1995 a 2018.
Estas nuevas crónicas deberían incluir la multitud de acontecimientos trágicos y cómicos desde la primera pérdida de la Presidencia por el partido tricolor, la alternancia con Fox (y, por supuesto, la increíble pareja presidencial), el cuestionado triunfo ¨haiga sido como haiga sido¨ de las camisas azules, manos negras del PAN (como las calificó en su libro de ese nombre Ana Lilia Pérez, experta en denuncias de huachicoleo y narcotráfico).
Por supuesto, las nuevas crónicas incluirían belicosos episodios y el fracasado intento de permanencia de los brujos ¨azules¨.
Por último, y no menos importante, el fugaz retorno sexenal de los brujos tricolores al arrebatarle la Presidencia al PAN y recuperar la silla del águila en el 2012, hasta perderla de nuevo en 2018 por el tremendo descontón de ya saben quién…
Y para el volumen futuro, del 2019 al 2024, por supuesto, tendremos que esperar, pero no va a ser complicado en esta época de la transparencia y la enorme difusión de los acontecimientos públicos y privados, recopilar material trágico y cómico, pues ya apenas iniciado el sexenio abundan dichos sucesos.
Esperemos que viva muchos años más José Agustín y nos brinde su perspectiva de uno más de los tragicómicos episodios nacionales. Y tal vez el popular y populista nuevo director del Fondo de Cultura Económica lo publique antes del cierre del presente sexenio.
*Este artículo fue escrito por Javier Ortiz de Montellano y difundido el 10 de febrero de 2019 en el portal de noticias Digitalmex. Con la autorización del autor, Monitor Financiero lo retoma.