Por Arnulfo R. Gómez
(Catedrático Comercio Internacional)
La Integración económica regional es un proceso a través del cual se establecen normas y regulaciones que favorecen el comercio y la cooperación económica entre dos países o un grupo de países, para lograr su desarrollo económico y generar mayor bienestar para sus habitantes.
Como consecuencia de este proceso, normalmente, la actividad económica de esos países con el exterior presenta un cambio en dos sentidos.
En primera instancia, se genera un incremento del comercio entre los miembros de ese grupo de integración económica pues, la supresión de las barreras comerciales entre esas naciones hace más fácil y barato el intercambio entre los mismos, motivo por el cual empiezan a concentrar sus esfuerzos en los bienes y servicios en los cuales poseen
ventajas comparativas y competitivas. Así, se inicia un intercambio más intenso de productos y servicios en la región, generando una integración comercial y productiva que se traduce en mayor valor agregado en el bloque.
Por otro lado, se presenta una desviación del comercio pues, los miembros de un grupo de integración económica reducen su comercio con otras naciones de fuera del bloque, debido a la concentración de la relación en los países miembros ya que las barreras comerciales les hacen más difícil y costoso comerciar con los países no miembros.
Al realizar un análisis de la evolución del comercio de México con sus socios, que fueran del TLCAN y, ahora lo son del T-MEC, así como con los países de Asia, se presentan importantes contradicciones que, normal y lógicamente no deberían suceder.
Durante el periodo enero- octubre, cabe destacar que las exportaciones mexicanas hacia nuestros socios del T-MEC, presentaron una creciente participación en nuestros envíos de 1993 al año 2000, al pasar de 85.33% a 90.76%, sin embargo, a partir de este último año, la participación es decreciente hasta llegar a 83.14% en 2021.
En valor, nuestras ventas en 1993 fueron de 36,316 millones US, en tanto que en el año 2021 alcanzaron la cifra de 333,346 millones US
Por lo que se refiere a las importaciones, en el periodo 1993/1997, se registró una participación creciente, misma que pasó de 71.37% a 76.62%, debiendo señalar que, a partir de este año, la participación es decreciente para llegar a 46.24% en el 2021, lo que nos dice que lo que sería un creciente intercambio de bienes entre países que firmaron un acuerdo de integración no se está cumpliendo.
En relación con el intercambio con Asia, resulta paradójico que, sin que haya un acuerdo de integración, se presenta un ligero incremento en la participación de las exportaciones mexicanas con ese destino al pasar de 2.67% a 5.94%, en tanto que, en las importaciones, los porcentajes pasaron de 11.08% a 37.63%.
Comentarios.
La exportación mexicana pareciera que sigue un proceso lógico de crecimiento hacia el TLCAN e, inclusive, la pequeña reducción en la participación del T-MEC en nuestras ventas al exterior, se puede considerar consecuencia de una sana diversificación pues, el decremento de 7.62% no es significativo; sin embargo, en el caso de las importaciones procedentes de la región presenta un enorme decremento de -31.37%.
Esta pérdida de participación en el suministro de bienes e insumos procedentes de Canadá y EEUU ha sido resultado del pésimo marco sistémico que prevalece en el país, generando que nuestros procesos productivos resulten menos competitivos al ser más caros que en otros países.
Así mismo, es importante señalar la carencia de una estrategia para ubicarnos y consolidar nuestra posición en América del Norte, sobre todo por el acceso preferencial que logramos al mercado más grande del mundo, con enorme poder adquisitivo, con el que nuestra producción resultaba complementaria y somos el país más cercano, motivo por el cual nuestros socios del TLCAN nos designaron como un socio estratégico.
Como consecuencia de estos problemas, numerosas empresas maquiladoras de nuestros socios norteamericanos ubicadas en nuestro territorio trasladaron sus procesos manufactureros fuera de la región, principalmente a Asia.
Mucho peor resulta que algunos procesos manufactureros que se realizaban en Canadá y EEUU, también han traslado sus operaciones a Asia, de tal manera que ahora importamos bienes e insumos producidos en ese continente, por empresas de nuestros socios del T-MEC que se trasladaron a esa región, al no poder cumplir con la función de socio estratégico que Canadá y EEUU le concedieron a nuestro país.
Así podemos ver que ese 31.37% de bienes que dejamos de adquirir de nuestros socios norteamericanos, el 27.56%, ahora lo importamos de Asia, lo que resulta totalmente ilógico y en detrimento de la generación de riqueza en la región que supuestamente está en proceso de integración.
Apuntes finales
Sin duda, un elemento decisivo en esta movilización de procesos manufactureros de la región a Asia es la decreciente calidad del marco sistémico mexicano, que no permite producir mayor número de bienes en un nivel competitivo y añadir valor en la región.
La industria automotriz es el sector más importante en la exportación mexicana a nuestros socios del T-MEC, sin embargo, en el año 2013, un alto directivo de Nissan ya señalaba que los fabricantes de autopartes en México tienen un mercado de mil 500 millones de dólares anuales en compras de herramentales (equipo e insumos) que las armadoras importan de otros países para fabricar sus vehículos.
Así mismo, comentaba, actualmente, Nissan compra sólo 10 por ciento de los herramentales requeridos para la manufactura de sus vehículos a proveedores mexicanos, mientras que 41 por ciento se importa de China y el resto de países de bajo costo como Corea y Portugal.En 2016, la AMIA señalaba los problemas que la industria automotriz mexicana presentaba: tenemos un déficit de personal especializado en temas automotrices, tanto en capacitación como en innovación ante las necesidades que la industria tendrá en los próximos años: elaborar vehículos que contribuyan a minimizar el impacto del cambio climático y la inclusión de nuevas tecnologías para la movilidad.
Gráfica
En pocas palabras, no hay competitividad para realizar más procesos productivos en nuestro territorio y, no hay una estrategia, como tampoco hay la visión de futuro que se requiere, especialmente, para un sector tan dinámico y especializado en el cual, inicialmente, logramos una destacada participación pero que, la pésima calidad de las instituciones públicas y el bajo nivel de sus funcionarios, no ayudaron a desarrollar a pesar de las condiciones tan favorables que se presentaban a la entrada en vigor del TLCAN.