***Para evadir pago de impuestos, en el 2022 las grandes empresas trasladaron 5 mil millones al extranjero: Gabriel Zucman; propone cobro de impuestos a multimillonarios y a multinacionales y así, México podría ganar tres beneficios: reconstruir la confianza de su población en el gobierno, disminuir la desigualdad y generar al menos 3.5 mil millones de dólares anuales para invertirlos en educación, salud, transición climática e infraestructura.
***Los impuestos al trabajo y al consumo aportan 75 por ciento de ingresos tributarios; los impuestos corporativos sólo el 20 por ciento
Valle de México, a 13 de enero del 2024.- Los mexicanos ultrarricos ocultan más de 200 mil millones de dólares en el extranjero, esto es, el 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación, y tan sólo en el 2022 “las grandes empresas trasladaron 5 mil millones de dólares de las ganancias que hicieron en el país a los paraísos fiscales, lo que representa el 11 por ciento de la recaudación que el gobierno cobró por impuestos corporativos”.
Lo anterior, de acuerdo con la investigación del economista francés Gabriel Zucman, difundida en la Revista de la Universidad de México (UNAM, número 905, febrero del 2024), titulada “Combatir la evasión fiscal para aliviar la desigualdad en México”, con traducción de Diego Merla.
El texto forma parte de un “dossier” con temas de desigualad y evasión fiscal, con artículos como “la (ir) responsabilidad fiscal de las élites” (Carlos Brown Solá y Máximo Jaramillo Molina), “Apología de la sustracción” (In Kali Jean Bofane), “Un sistemde justicia de cabeza: justicia y desigualdad en México” (Ana Laura Magaloni), “México: los anales de la desigualdad” (Diego Castañeda), “Chiwik Ta Sal: cómo enfrentan las artesanas Mahseualmeh la desigualad social”, entre otros, incluido un fragmento de Balún Canán (rosario Castellanos), entre otros textos de investigadores, entre economistas, politólogos, biólogos, escritores, periodistas y otros.
Gabriel Zucman, profesor de la Universidad de California y la Escuela de Economía de París, director del Observatorio Europeo de la Fiscalidad, es autor de libros como “La riqueza oculta de las naciones, cómo funcionan los paraísos fiscales y qué hacer con ellos” (Siglo XXI Editores, 2015) y “El Triunfo de la Injusticia, cómo los ricos eluden impuestos y cómo hacerles pagar” (Taurus, 2021) esto en coautora con el también economista Emmanuel Saez, catedrático también en la Universidad de California e investigador de temas fiscales y de desigualdad.
En su texto, Zucman refirió que “La espiral hacia el fondo también ha exacerbado la desigualdad en México: el 1 % más rico acapara el 26 % del ingreso total y posee el 46 % de la riqueza. A su vez, los impuestos al trabajo y al consumo aportan el 75 % de los ingresos tributarios del país, mientras que los impuestos corporativos solo representan el 20 %”.
“Esta desigualdad no es irremediable. La evasión fiscal es el resultado de las decisiones políticas que toman u omiten los gobiernos. Las naciones pueden decidir hacerle frente y poner fin a esta espiral siniestra”, expresó el catedrático-investigador, haciendo alusión a “la conclusión más importante del Informe global de evasión fiscal, publicado por el Observatorio Europeo de la Fiscalidad. Este documento resume el trabajo de más de cien investigadores del mundo que analizan el impacto de la lucha contra la evasión tributaria a nivel internacional durante la última década. También proporciona una serie de recomendaciones de políticas para combatir con más determinación la evasión de impuestos de las grandes empresas y las personas más ricas”.
En el documento, Gabriel Zucman aseguró que no obstante los esfuerzos internacionales por cerrarle el paso a la economía y finanzas de ultramar, es decir, paraísos fiscales, “los ultraricos siguen ideando vías de escape. Simplemente cambiaron las rutas para eludir al fisco” (en el caso de México y de todo el mundo).
“En todos los países de los que hay datos disponibles, los multimillonarios pagan menos impuestos, en proporción, que el resto de los habitantes. En promedio, las tasas impositivas efectivas están entre el 0 % y el 0.5 % de su riqueza neta. No nos causa sorpresa: las personas que están en el estrato más alto son muy hábiles para estructurar su riqueza de modo que no genere ingresos a los que se les podría cobrar gravámenes. La proliferación de exenciones fiscales en su beneficio les ha permitido evadir impuestos, a veces por completo. Y ni siquiera necesitan esconder su dinero en paraísos fiscales”, remarcó.
“El nivel mínimo de tributación debe fijarse al menos en una tasa del 2 % de la riqueza de los multimillonarios”, propuso el investigador, y sostuvo que “Esta medida es completamente viable en términos técnicos. Gracias al progreso en el intercambio automático de información bancaria, hoy en día las administraciones tributarias tienen más información sobre las fortunas de los ricos en el extranjero. Muchos gobiernos tienen experiencia en el cobro de impuestos sobre algunas formas de riqueza como los inmuebles, las herencias, las donaciones y las sucesiones. Aunque estos ejemplos son una suerte de impuestos a la riqueza, no siempre se dirigen a los más ricos; con frecuencia, gravan a las personas de ingresos medios”.
El economista francés afirmó que “Hay personas a las que les parece radical esta idea, pero lo mismo se dijo hace quince años sobre la propuesta de cuestionar el secreto bancario y la de fijar un impuesto mínimo para las corporaciones. Juntos, el impuesto mínimo del 2 % a los milmillonarios y el impuesto mínimo mejorado a las multinacionales, podrían recaudar 500 mil millones de dólares adicionales al año en el mundo; es decir, un monto equivalente al financiamiento público que requieren los países en desarrollo para adaptarse al cambio climático”.
“México debería apoyar los esfuerzos internacionales que buscan combatir de manera efectiva la evasión fiscal. Desde luego, las soluciones globales deben ser el objetivo final porque lograrían cerrar las lagunas legales en el mundo. No obstante, debido al interés de algunos países y actores económicos en preservar el statu quo, insistir en un acuerdo global como única solución limita el terreno de lo posible”, destacó Zucman.
Agregó que “La historia nos enseña que este tipo de acuerdos, como el impuesto mínimo a las corporaciones multinacionales o el intercambio automático de información, se alcanzaron a partir de los movimientos unilaterales que hicieron ciertos países clave. Si los gobiernos no logran un acuerdo global, México podría implementar estas dos medidas de forma unilateral o con una coalición de naciones afines. Al hacerlo, el país podría ganar tres beneficios: reconstruir la confianza de su población en el gobierno, disminuir la desigualdad y generar al menos 3.5 mil millones de dólares anuales para invertirlos en educación, salud, transición climática e infraestructura”.
El texto de Gabriel Zucman y el dossier completo se puede consultar aquí: https://www.revistadelauniversidad.mx/releases/ca4788a8-fe0e-4a1a-b9d7-fa7830c96b3a/desigualdad