Por Javier Ortiz de Montellano
El llamado trilema de Rodrik expone que no se pueden alcanzar sino dos de tres objetivos planteados, por ejemplo, en términos políticos, se puede aspirar a:
1. Globalización y democracia política, pero a costa de una relativa cesión de la soberanía nacional (más o menos el caso de la Unión Europea o del México actual;
2. Se puede aspirar a mantener plena soberanía y democracia política, pero sin integrarse en el mundo, encerrados en la autarquía (ningún país importante lo hace hoy);
3. Integrados en la lógica de la globalización económica, manteniendo un alto nivel de control político interno, pero sin plena democracia política (China).
En términos sociales, esta proposición podemos intentar extrapolarla a México al observar la evolución de tres fenómenos:
1. Corrupción,
2. Homicidios y,
3. Narco
Aunque es difícil medir con exactitud la evolución de estos complejos fenómenos, pues las cifras son cuestionadas (usted tiene otros datos o su propia percepción de los mismos), en el sexenio que está por terminar podría suponerse que la corrupción y la criminalidad se han disminuido relativamente, en tanto que la actividad del Narco (muy difícil de medirse) ha aumentado o eso se deduce de la información general.
Corrupción: México subió cuatro lugares en el ranking del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) al comparar en su edición 2019 mejoró dos puntos al pasar de tener una calificación de 29 en el 2019 a 31 en 2024 en una escala de 0-100 en la que 0 es igual al nivel más alto de corrupción. De acuerdo con el IPC, realizado por Transparencia Internacional, México pasó a ocupar de la posición 130 (2019) a la 126 (2024) entre los 180 países evaluados.
Criminalidad: Medida solamente por la tasa de homicidios anual en México cayó a 22 por cada 100,000 habitantes en 2023, después tener un índice de 29 durante 2018.
Mayor presencia del crimen organizado, no significa un aumento en cifras de asesinatos. Según el “Informe global sobre Homicidios 2023” publicado por la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), no existe una relación lineal entre la violencia y la presencia del crimen organizado en una comunidad, pues se destaca que en el caso de México, un país con altos niveles de delincuencia organizada, ofrece un ejemplo de cómo una mayor presencia de delincuencia organizada no siempre se traduce en más homicidios.
Narco: Y es que luego de analizar datos a nivel municipal, la organización mundial destacó que datos de encuestas sobre la percepción de seguridad de los ciudadanos, la confianza en las instituciones públicas y la victimización por delincuencia en México, sugieren que cuando la presencia del crimen organizado alcanza cierto nivel (más del 32% de las personas declaran haber visto bandas en la comunidad) el homicidio empieza a disminuir.
Corolario
A grandes rasgos, el esquema de Rodrik se aplica en la sociedad mexicana actual, con dos fenómenos (corrupción y homicidios) relativamente a la baja, pero con una evidente alza en la actividad del narcotráfico.
Ya que estamos en vísperas de elecciones, puede usted elucubrar sobre un “Rodrik” electoral en el cual tres factores suelen ser decisivos:
1. Estabilidad macroeconómica (inflación relativamente baja, tipo de cambio peso-dolar estable, deuda solventable, tarifas de gobierno moderadas),
2. Crecimiento económico y empleos bien remunerados,
3. Respaldo mayoritario a un partido
Dos positivos (estabilidad macroeconómica y respaldo mayoritario), pero no gran crecimiento de la economía ni suficientes empleos.
¿Será suficiente para ganar la Presidencia?