Por Arnulfo R. Gómez
En numerosas ocasiones advertí sobre la estructura de los intercambios comerciales con China, misma que en los años precedentes, arrojaba un creciente déficit para México, sin embargo, nuestros representantes en ese país y los encargados del comercio exterior mexicano señalaban que no había problema pues, en un 65%, era de insumos que generaban reexportaciones a EEUU y Canadá, y mantenía a la planta productiva nacional en operación.
Las consecuencias son verdaderamente aterradoras pues, el desconocimiento, por parte de esos funcionarios mexicanos, de la operación real del comercio internacional y de nuestro comercio exterior, se ha traducido en un déficit de terribles dimensiones que, en el primer semestre de 2024, ha alcanzado una cifra récord de 56,148 millones US mismo que, sin duda alguna, ha dañado enormemente a la planta productiva nacional.
Desgraciadamente, el problema no sólo es con China sino, prácticamente, con todos los países asiáticos y, más especialmente, con los del TPP-11, que nuestros “expertos” pugnaron por firmar hasta desgarrarse la camisa.
Para ellos, pareciera que no había antecedentes de la pésima situación que se vivía en el intercambio comercial con los 6 nuevos socios de Mexico del TPP-11 mismo que, en los primeros 5 años de operación han sido mucho más terribles con un déficit de 118,933 millones US.
Esta advertencia en relación con China, señalando que no había una estrategia con ese país, la realicé en mi tesis profesional hace 49 años.
Desgraciadamente, parece que vivimos en el país de “no pasa nada”.
Lo que sigue, es una información publicada el 21 de julio de este año en El Economista, donde se da cuenta de la situación:
Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, dijo el fin de semana que México planea hacer un cambio en la política de inversiones y de atención a la inversión extranjera, para así producir más y depender menos de otros países, incluyendo la potencia asiática.
México duplicó su déficit en el comercio de productos con China en los últimos cinco años, desde 30,075 millones de dólares en 2018 a 62,707 millones en 2023, de acuerdo con datos de la Administración General de Aduanas de China.
México ha mantenido la misma cuota en el total de importaciones chinas de productos, con una media de 0.7% de 2018 a 2013. Al mismo tiempo, la participación de México como destino de las exportaciones chinas subió de 1.8% en 2018 a 2.4% en 2023.
Si bien China vende productos a México, sobre todo insumos, materias primas y bienes de capital que aumentan la competitividad de los productos mexicanos, la tendencia de la balanza comercial entre ambos países arroja un saldo negativo creciente para México.
En 2023, México exportó al mercado chino bienes por un valor de aduana de 18,794 millones de dólares y sus importaciones desde China fueron de 81,501 millones. Tanto estas importaciones mexicanas como el déficit de México en la balanza comercial bilateral batieron récords en 2023.
Según las más recientes cifras disponibles del Banco Mundial, del total de importaciones mexicanas desde China, las de bienes de capital pasaron de 17% en 1994 a 66% en 2021.
Tomando en cuenta esa misma relación, las importaciones mexicanas de bienes de consumo disminuyeron de 62 a 22% y las de bienes intermedios se redujeron de 21 a 12 por ciento.
Revisión de comercio con China
En una conferencia de prensa en San Luis Potosí, Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público y quien fue designado para continuar en ese mismo cargo en el próximo sexenio por la virtual nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró este sábado que México debe hacer una revisión sobre su comercio con la economía china.
“México tiene que hacer su propia revisión, porque nosotros compramos a China 119,000 millones de dólares por año y vendemos a China 11,000 millones y no nos compra (sic). Y eso no es un comercio recíproco”, dijo el funcionario, considerando la estadística de la Secretaría de Economía, que difiere con la de la Administración General de Aduanas de China.
En esta relación bilateral, en las importaciones mexicanas destacan teléfonos, módulos de pantalla plana, autos, autopartes, monitores y proyectores, computadoras, llantas y transformadores eléctricos.
En sentido contrario, México exporta al mercado chino principalmente cobre, circuitos electrónicos integrados, aparatos e instrumentos médicos, minerales y concentrados de metales preciosos, autopartes, petróleo, teléfonos y aparatos de radar, aparatos de ayuda a la navegación por radio y aparatos de control remoto por radio.
Menor dependencia
Rogelio Ramírez de la O apuntó que en México se está planteando hacer un cambio en la política de inversiones y de atención a la inversión extranjera, para así producir más y depender menos de otros países, como China.
Explicó que esto no se da sólo en México, sino también en los países que firmaron el T-MEC: Canadá y Estados Unidos, lo cual ha conducido a “un sentimiento de proteger más” a las industrias de los tres países.
Mientras la tensión comercial y geopolítica entre Estados Unidos y China está aumentando, en México estamos ocupados en hacer nuestra labor y nuestro trabajo para traer la industria de regreso, industria que se nos fue”, declaró.
Dijo que las ventajas de China “ya han desaparecido”. Por ejemplo, las tarifas de fletes marítimos de Asia a Norteamérica han explotado al alza, mientras que hay un tema respecto a los contenedores que están atorados por la cadena de suministro, conteniendo productos que se necesitan en México, como los semiconductores. (Con información de Belén Saldívar).