Dialogos en el Averno, Opinión

Diálogos en el Averno/El Diablo diagnostica a Simplicio con aguda “Postratitis sexenal”/Javier Ortiz de Montellano

Diálogos en el Averno

Por Javier Ortiz de Montellano 

Diablo: Hola, Simplicio, ¿cómo estás? Te ves medio desgastado, ojeroso y como trasnochado, ¿mucha pachanga celebrando el cierre del sexenio?

Simplicio: Nada de eso, malandro espectro. Como eres espíritu no sabes lo que es despertarse por la nicturia cada noche, tres o cuatro veces para ir al baño. Esto de la prostatitis es un fastidio. ¡No puedo dormir!

Diablo: ¡Prostatitis, dices! No, amigo Simplicio, lo que tú tienes no es prostatitis. Lo que tú padeces son los efectos de la postratitis sexenal.

Simplicio: Querrás decir prostatitis sexagenaria…

Diablo: No, mi Simply, digo exactamente postratitis sexenal.

Simplicio: ¿Qué demonios es eso? ¿Un nuevo mal que inventaste en el infierno?

Diablo: Pues no, hombre, es una condición más vieja que la Humanidad. La Postratitis empezó con los Ángeles sumisos que no me siguieron en mi gran rebelión contra Ya Sabes Quién…

Simplicio: Confundes la admiración con la adoración.  ¡Yo no me postro ante nadie! Mi admiración por Ya Sabes Quién es genuina, es un honor….

Diablo: Con todo respeto, pero de lo que padeces es de Postratitis, agudizada en estos años, pero que es un mal que traes tú y muchos mexicanos desde hace varios sexenios de acatar al machuchón en turno. Cambia el objeto de tu adoración, hay alternancia, pero ese mal te pasa por estar postrado ante la supuesta autoridad, siempre sirviendo, de rodillas y agachando la cabeza, sin pensar por ti mismo ni dudar. Tanto te has postrado, que ahora tu cuerpo lo refleja en tus necesidades fisiológicas. ¡Eso provoca nicturia, es servilismo puro!

Simplicio: Solo sufro una condición médica. ¡Me lo dijo el médico!

Diablo: Ah, el médico. Ese sí que te ha engañado bien. ¡No necesitas doctores, necesitas un poco de dignidad! ¿O crees que tu vejiga está protestando por sí sola? No, amigo. Eso es porque tu alma se rebela cada vez que te doblegas ante los poderosos.

Simplicio: ¿Me estás diciendo que mis viajes nocturnos al baño son… una especie de manifestación de mi espíritu?

Diablo: Exacto. Tu vejiga es como un esclavo que se ha cansado de ser explotado. Cada vez que cedes ante la autoridad, ¡pum!, te despierta a mitad de la noche, como un recordatorio de tu falta de valentía.

Simplicio: Bueno, nunca lo había visto así… pero… ¿cómo explicas que esto empezó después de los sesenta? ¿No será que la próstata… ya sabes, está más… sensible?

Diablo: ¡Ay, Simplicio, siempre tan ingenuo! La próstata es solo una excusa. Es como el mito del pajarito enjaulado: si lo acostumbras a estar encerrado, cuando lo liberas, afirman, ya no sabe volar. ¡Lo mismo pasa contigo! Toda la vida te has arrodillado ante presidentes, reyes. Y ahora tu cuerpo simplemente no sabe cómo actuar por sí solo. Tu vejiga te está gritando: “¡Rebélate!”.

Simplicio: ¿Y tú crees que con un poco de… rebeldía, esto se me curaría? ¿Funcionará también rebelándose contra Presidentas o Reinas?

Diablo: ¡Por supuesto! En la próxima asamblea o en la corte cuando te pidan que respaldes algo incondicionalmente a mano alzada, crúzate de brazos. Paro total. Nada de abrazos. ¡Verás cómo dejas de ir al baño cada rato!

Simplicio: Mmm… no sé si eso solucionará mi problema de próstata…

Diablo: ¡Postratitis, Simplicio! ¡El diagnóstico es postratitis, no prostatitis! Mira, lo único que necesitas es dejar de servir al de arriba, aunque se crea Dios o Ángel, o cualquier humano sea del género que sea. Cuando eso pase, tu vejiga te dejará en paz. Es más, tal vez hasta te agradezca con una de esas noches enteras de sueño profundo que tanto anhelas.

Simplicio: Bueno, quizás debería intentarlo. Total, no pierdo nada con un poco de rebeldía…aunque mi Ángel de la Guarda podría enojarse conmigo y no se diga El Gran Machuchón o próxima Machuchona…

Diablo: ¡Exacto! Recuerda, cada vez que te arrodillas ante alguien, tu vejiga dice: “¡Ah, otra vez Simplicio sirviendo! ¡Voy a despertarlo para que lo piense mejor!”. Deja de postrarte y, te lo aseguro, dormirás como un bebé.

Simplicio: Pero… ¿y si al final nada más era la próstata y con otro sexenio más se me pone aún peor?

Diablo: Bueno, entonces ve con el urólogo.

Simplicio: Caray, creo que de esta nicturia no me libra mi sumiso Ángel de la Guarda ni la Guardia Nacional, especialmente si pasa a depender de Ya Saben Quién…y adiós, rebeldes.