Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático en comercio exterior)
Ellos se ríen de mi porque soy diferente
Yo me río de ellos porque todos son igualitos
Anónimo
La firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, fue la culminación del proceso de desregulación interna y externa que México inició en los años 80’s, con el fin de crear un marco sistémico competitivo para participar adecuadamente en la globalización mundial, con el fin último de crear un competitivo y próspero bloque económico con Canadá y EEUU, al concentrar sus esfuerzos en el intercambio de bienes y servicios en los cuales poseían una ventaja comparativa, así como generar un intercambio más intenso y productivo entre los tres socios.
Así, se definieron sus objetivos generales que comprendían:
- Establecer un área de Libre Comercio en América del Norte, en lo que sería el mercado más grande del mundo, con una población cercana a 400 millones de personas, lo que generaría un Producto Regional Bruto de más de 9 billones US (1994) mediante una integración comercial y productiva teniendo como base el
- Aprovechar las ventajas comparativas de cada país en la producción compartida transfronteriza
- Incrementar la competitividad en la producción de bienes y servicios en el mercado regional e internacional
- Aumentar la captación de flujos de la inversión extranjera directa hacia la región y
- Generar más y mejores empleos a fin de elevar la calidad de vida de la población y, en el caso de Mexico, reducir la creciente migración hacia EEUU.
En 1993, México tenía 86.6 millones de habitantes, con una Población Económicamente Activa de 33.7 millones, de los cuales, sólo 12.4 millones tenía un empleo formal, lo que daba como resultado que el déficit en este rubro era de 21.3 millones de personas, equivalente a 59.74% de la PEA.
Para el año 2023, después de 30 años de vigencia del TLCAN y el T-MEC, la población total ascendió a 131.1 millones de habitantes, con una PEA de 61.6 millones y un déficit en la creación de empleos formales de 38.6 millones, equivalente al 62.68% de la población total, sin duda, una cifra que incumple lejanamente con las promesas realizadas por los negociadores del TLCAN, a pesar de que ellos mismos se catalogan como el mejor y más experimentado equipo negociador de TLC’s del mundo.
Comentarios
Con los resultados obtenidos en estas 3 décadas de vigencia de los instrumentos firmados con Canadá y EEUU, la conclusión es que ninguno de los objetivos propuestos se ha cumplido pues, en principio, no hemos logrado la integración comercial y productiva propuesta con nuestros socios ya que, si bien pareciera que nuestras exportaciones hacia esos dos países se han sostenido en un nivel adecuado de 85.71% en 1993, a 85.7% en 2023, ha sido a costa de una esquema nada rentable para México, basado en la creciente importación de insumos originarios de otros países de fuera de la región, para maquilar y reexportar con reducido valor agregado.
Al mismo tiempo, se presenta una paradoja pues, la importación de bienes e insumos procedentes de nuestros socios del TLCAN ha disminuido a partir de 1996 en que nos suministraban el 77.43%, en tanto que, en 2023, sólo nos proveyeron el 44.87%, contrariamente a lo que se espera en un proceso de integración comercial y productiva como el que pretendíamos crear con Canadá y EEUU.
Adicionalmente hay que señalar que, si en el año de 1993, el valor agregado en nuestras exportaciones en general y hacia nuestros socios era de 58.8%, en 2023 apenas ascendió a 38% ya que, debido a la nula competitividad del marco sistémico mexicano, estamos importando insumos de otros países, principalmente de Asia, para maquilar o simplemente ensamblar a fin de poder exportar en un nivel competitivo a nuestros socios del T-MEC y hacia otros países, principalmente nuestros vecinos de América Central y del Sur, así como de El Caribe, con reducido valor agregado en nuestro territorio.
Esto, debido a que nuestros funcionarios no han sabido ni podido aprovechar las ventajas comparativas de México, a pesar de que Canadá y EEUU nos consideraron un socio estratégico por la supuesta “destreza y habilidad” que habíamos desarrollado en la industria manufacturera a través de la maquiladora pues, independientemente del decreto maquilador que norma a esta industria de manera genérica, esos funcionarios no pensaron en la elaboración de programas complementarios serios, inteligentes y consistentes que permitieran añadir valor en nuestras operaciones de maquila ni prosperar en el desarrollo de ventajas competitivas en este incipiente proceso de industrialización -mismo que idealmente resultaba complementario con la estructura industrial de nuestros socios- motivo por lo que no ha podido evolucionar adecuadamente nuestra industria y, mucho peor, estamos dejando de ser maquiladores para convertirnos en simples ensambladores.
Aún en el caso de la industria automotriz, que se considera emblemática por constituirse en el principal rubro de exportación industrial mexicana, nuestro valor agregado ha descendido de 35% que tenía en 1993, a solo 26% en 2020, de acuerdo con datos de BANCOMEXT, situación que se corrobora en el documento Secretaría de Economía 2024 -2030 publicado recientemente, en donde la dependencia señala las enormes distorsiones de nuestra “exportación” pues, prácticamente, el 80.49% del total de la exportación mexicana está ligado a la importación de insumos extranjeros. Tampoco hemos logrado ser más competitivos debido a que, sin pensar en crear un marco sistémico adecuado que permita a la industria mexicana trabajar en un clima de confort, nuestros expertos y teóricos del comercio exterior han diseñado “su estrategia” de competitividad teniendo como referencia un liberalismo dogmático basado en una desgravación arancelaria unilateral y en la firma de numerosos TLC’s que a la fecha alcanzan a 54 países, pensando en que si los insumos no se producen en México a precios competitivos, que se importen.
La consecuencia más gráfica de este aberrante proceso es un mayor número de países con los que registramos un creciente déficit comercial mismo que, en 1993 era de 109 países con -15,674 millones US; en 2023 de 147 y con -254,783 millones US y, en el periodo 1993/2023 de 151, con un saldo negativo acumulado en el periodo de -3,385,776 millones US, cifra equivalente al 189% del PIB Total de México en el año 2023.
Apuntes finales
La idea original de EEUU de firmar un TLC con México motivó a que Canadá propusiera la firma de un acuerdo trilateral pues, bajo estas circunstancia, se crearía una situación ideal en la que las ganancias del proceso se podrían ampliar por la cercanía y una mayor dimensión del mercado, se crearían economías de escala, se incrementaría la competitividad y sus beneficios se repartirían más equilibradamente evitando una concentración que, eventualmente, beneficiaría mayormente a los Estados Unidos pues, bajo estas circunstancias, sería el único de los tres países que tendría acceso preferencial simultáneo a dos mercados.
A través de un TLC trilateral, los beneficios a generar se repartirían más equilibradamente y México, que había sido designado socio estratégico de este proyecto, supuestamente se vería mucho más beneficiado por la destreza que había adquirido en el sector manufacturero a través de la industria maquiladora que, grandemente, era demandante de mano de obra.
México: globalización tóxica abril 24, 2024
Desgraciadamente, se careció de una estrategia adecuada para mantener el nivel de competitividad generado por las reformas estructurales realizadas a fines de los 80’s y principios de los 90’s, así como tampoco hubo una estrategia orientada a aprovechar las ventajas adquiridas a través del nuevo marco de acceso al mercado norteamericano.
Siendo el objetivo fundamental del TLCAN añadir valor en nuestro territorio y la generación de empleos, puedo señalar que ambos elementos no se cumplieron pues, el porcentaje del valor agregado nacional registró un decremento enorme al pasar de 58.8% en el año de 1993, a 38% en 2023. Como consecuencia de esta enorme distorsión, como lo dice la SE, el 80.49% de nuestros productos de exportación están condicionados a la importación de insumos extranjeros.
Así mismo, debo de señalar que, si en el año 1993 el déficit de empleos formales era de 21.25 millones, equivalente al 59.74% de la PEA, en el año 2023, ese déficit alcanzó a 38.63 millones de personas y el 62.68% de la PEA, sin duda, datos que nos hablan de retrocesos del empleo en México, en números absolutos y relativos.
La recomposición que ha registrado la economía mundial en los años más recientes, nos está brindando una nueva oportunidad para lograr el desarrollo de nuestro país con elementos como la relocalización industrial o nearshoring, lo que implica el desplazamiento de procesos productivos industriales y el redireccionamiento de flujos de inversión extranjera directa que, eventualmente, llegarían a nuestro país y mucho nos beneficiarían creando empleos, sin embargo, en los 30 años más recientes, nuestro país tampoco ha sido capaz de lograr mayor captación de flujos de IED, a pesar de las numerosos ventajas comparativas que posee, por lo que del 4.16% de la IED Mundial que captó en el 1994, en el 2023 sólo captó el 2.64%.
Sin duda, una serie de retrocesos que, desgraciadamente, hablan de un mal manejo de nuestro comercio exterior y la carencia de una estrategia integral que incluya competitividad, fomento industrial, promoción de exportaciones e inversión extranjera, con políticas públicas realistas.
Funcionarios mexicanos en la Luna agosto 19 de 2019
Siendo el comercio exterior de México un elemento fundamental para el desarrollo económico de México, la mediocridad que ha prevalecido en su conducción ha provocado que, durante el periodo 2000/2022, en que han estado en vigor los TLC’s que han firmado con 54 países y en que se ha realizado una desgravación arancelaria unilateral, han generado que la economía mexicana caiga del 8º al 16º lugar, en tanto que su PIB Per Cápita cayó del 47º al 78º lugar mundial.