Opinión

México y el TLCAN: enorme improvisación, simulación y frivolidad/Arnulfo R. Gómez

Comercio exterior evolución

Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático de comercio exterior)

Adiós inútiles: Paquita la del Barrio

Ellos se ríen de mi porque soy diferente

Yo me río de ellos porque todos son igualitos

Anónimo

Después de la II Guerra Mundial, la organización de las relaciones mundiales se estableció sobre la base de la cooperación, sustituyendo al libre arbitrio de los estados por el arbitraje de los organismos internacionales. El rol asignado a la ONU, en lo político, se adjudicó en los intercambios económicos a 3 organismos:

  1. Fondo Monetario Internacional con el objetivo de mantener la estabilidad de las tasas de cambio en las diferentes divisas
  2. Organización Europea de Cooperación Económica que tuvo como como origen el Plan Marshall, establecido para llevar a cabo la reconstrucción económica de Europa y sus objetivos eran presentar los programas de los países beneficiarios, promover la abolición de las restricciones cuantitativas y desarrollar los intercambios entre los países miembros 
  3. Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT), con el objetivo lograr que los estados miembros renunciaran entre ellos a todas las protecciones que no fueran tarifarias, es decir: la eliminación de las barreras no arancelarias, así como la reducción de aranceles basándose en la cláusula de la Nación Más Favorecida.

El fin último era liberalizar el comercio mundial y darle una base estable, previsible y no discriminatoria que inspirara confianza para poder comerciar y realizar inversiones que contribuyeran al desarrollo económico mundial. Sus funciones eran establecer normas para el desarrollo del comercio internacional y ser el foro de negociación para la reducción de obstáculos al comercio y medidas que distorsionen el comercio internacional

El GATT se convirtió en la piedra angular del Sistema Multilateral de Comercio a través de un conjunto de normas jurídicas negociadas multilateralmente que, tiene por objeto establecer disciplinas, derechos y obligaciones para los países parte del Acuerdo.

Sus principios fundamentales eran:

  1. Comercio sin discriminación
  2. La protección sólo se puede dar mediante la aplicación de aranceles
  3. Creación de una base estable y previsible para el comercio internacional
  4. Promoción de la competencia leal
  5. No a las restricciones cuantitativas
  6. Excepción y adopción de medidas de emergencia
  7. Acuerdos comerciales regionales
  8. Solución de controversias

Especial importancia reviste para México el séptimo principio relativo a los Acuerdos comerciales regionales pues, favorece el establecimiento de esquemas de integración regionales ya que se constituye como una excepción a la cláusula de la Nación Mas Favorecida NMF, establece la eliminación de los aranceles y de las barreras no arancelarias que comprendiera a la mayoría de los flujos comerciales recíprocos;  prohíbe que se adopten barreras frente a terceros países y que no se apliquen mayores restricciones a las existentes.

En 1995, el GATT se convirtió en la Organización Mundial de Comercio, OMC, misma que se concibió como el marco institucional para el desarrollo de las relaciones comerciales entre sus Miembros, administrador de los acuerdos e instituciones creadas en la Ronda Uruguay y un foro de negociación. Sus objetivos son incrementar la producción y el intercambio de bienes y servicios, lo cual permitirá aumentar el empleo y el ingreso per cápita en todos los países. 

México ingresó al GATT en 1986 y, teniendo como base los elementos incluidos en su marco normativo y después en la OMC, definió una serie muy importante de reestructuraciones y políticas públicas que nos convirtieron en un país muy competitivo, lo que nos permitió introducirnos en el proceso de globalización, especialmente a partir de 1990, después de la participación del Presidente Carlos Salinas de Gortari al Foro de Davos en enero de ese año, a través de la elaboración de su Programa de Modernización de la Industria y del Comercio Exterior 1990-1994, basado en 5 ejes:

  1. Internacionalización de la industria mexicana mediante su adecuada inserción en el proceso globalizador a través de una adaptación continua al cambio; 
  2. Desarrollo de la tecnología e incremento de la productividad y la calidad
  3. Desregulación de sectores. 
  4. Promoción de las exportaciones 
  5. Fortalecimiento del mercado interno y mejora del nivel de vida de la población

Especial atención se procuró al proceso de desregulación para crear y mantener un marco regulatorio competitivo y eficiente que, protegiendo la salud, el medio ambiente y el interés de los consumidores, fomentara la creación de más y mejores empleos mediante las siguientes estrategias:

  • Eliminación y simplificación de trámites empresariales
  • Revisión y mejora de proyectos de disposiciones legislativas y administrativas 
  • Elaboración de propuestas de reformas legislativas y reglamentarias

El objetivo final era tener un marco sistémico que permitiera producir bienes y servicios en un nivel competitivo, por lo que el proceso incluyó reformas y políticas públicas con visión de largo plazo, entre otras, en relación con:

  • Autotransporte federal de carga, de turismo y de pasajeros 1989-1993
  • Patentes y marcas 1991
  • Reformas al artículo 27 constitucional en materia de propiedad de la tierra
  • Cogeneración y autoabastecimiento de energía eléctrica 1992-1993
  • Inversión extranjera 1989 y 1996
  • Medicamentos genéricos 1997-1999
  • Eliminación de controles de precios 1992-1999

Las mejoras realizadas en el marco sistémico, incrementaron la competitividad y la posibilidad negociar un Tratado de Libre Comercio, misma que se inició el 26 de septiembre de 1990, con la visita de Doctor Jaime Serra Puche a la ciudad de Montreal, para invitar a los canadienses a firmar un TLC, lo que ellos aceptaron con la condición de que fuera trilateral a fin de evitar la concentración de beneficios en EEUU, pensando en que así, las ventajas se repartirían equitativamente entre los 3 miembros de lo que sería el TLCAN, con los siguientes objetivos generales: 

  • Establecer un área de Libre Comercio en América del Norte, en lo que era el mercado más grande del mundo, con una población de cerca de 400 millones de personas, con un Producto Regional Bruto de más de 9 billones US (1994), mediante la integración comercial y productiva de los tres países a fin de generar mayor valor agregado en la región
  • Aprovechar las ventajas comparativas de cada país en la producción compartida
  • Incrementar la competitividad en la producción de bienes y servicios en el mercado regional e internacional
  • Incrementar los flujos de la inversión extranjera directa hacia la región
  • Generar empleos y elevar la calidad de vida de la población, lo que en México redundaría en mayores beneficios reduciendo la informalidad, la emigración y la delincuencia.

Comentarios

Las condiciones para llevar a cabo una integración comercial y productiva con Canadá y EEUU se habían dado con las reformas y políticas públicas adoptadas a finales de los 80’s y principios de los 90’s, principalmente en el periodo presidencial del Lic. Carlos Salinas de Gortari, y eso favorecería la aplicación del 7º principio del GATT y la OMC relativo al establecimiento de esquemas de integración regionales teniendo en cuenta la cercanía que había entre los socios y su complementariedad, sin embargo, estas condiciones no fueron aprovechadas por México pues, durante el mediocre periodo de Ernesto Zedillo, no hubo una estrategia con programas, proyectos y políticas públicas que nos permitieran aprovechar las ventajas comparativas y, menos, desarrollar ventajas competitivas en relación con nuestros vecinos.

En su lugar, antes de que entrara en vigor el TCAN, Jaime Serra y su equipo, “diligente y obtusamente”iniciaron la negociación de TLC’s con Bolivia, Colombia, Venezuela y Costa Rica, mismos que entraron en vigor en 1995, por lo que no hubo tiempo para definir una estrategia para ubicar y posicionar a México en el mercado más grande del mundo, el más cercano, con un acceso preferencial al mismo, con un nivel elevado de ingresos, además de que era el principal país importador a nivel mundial.

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Por el contrario, desde 1991, Canadá realizó numerosas actividades de inteligencia comercial a fin de preparar a sus empresarios para afrontar las condiciones creadas por el nuevo marco del TLCAN, entre los cuales puedo mencionar: 

  • Pulling together: productivity, Innovation and Trade; 
  • Quebec and The North American Free Trade Agreement; 
  • Comparison of Labour Legislation of General Application in Canada, The United States and Mexico; 
  • Programme d’Action Quebec-Mexique, 

Además, elaboraron otros programas plasmados en más de 60 documentos de inteligencia comercial que, siendo yo el Consejero Comercial de México para Quebec y las Provincias Marítimas de Canadá, envié a los negociadores mexicanos para que los tomaran como guía para desarrollar una estrategia que, infortunadamente, nunca llegó en los 33 años más recientes, es decir, desde que se inició la negociación del TLCAN. 

Desgraciadamente, la firma compulsiva de otros 48 TLC’s debilitó nuestras fortalezas y atomizó nuestros esfuerzos, además de que se adoptó una desgravación arancelaria unilateral que creó una competencia desleal para la planta productiva nacional. 

Dentro de esta serie de numerosos y terribles desaciertos, el peor y más dañino ha sido el TPP-11, paradójicamente propuesto por los altísimos funcionarios y algunos diplomáticos que estuvieron acreditados en Asia que, en su mayor parte, pasaron a ser burócratas habilitados como expertos en comercio internacional. A continuación, incluyo el ejemplo del Embajador Mexicano en Corea, Bruno Figueroa Fischer, quien propuso la firma de un TLC con ese país sin que, al parecer, tuviera conocimiento alguno del comercio exterior mexicano, así como otros dos estudios en relación con el TPP-11, que nos muestran las grandes deficiencias de México alrededor de este Acuerdo.

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La ilógica desgravación arancelaria, fue promovida grandemente por nuestros altísimos funcionarios pues señalaban que, si no se producían insumos en un nivel competitivo en nuestro país, había que importarlos ya que así, los precios internos se alinearían con los externos para ser competitivos, sin tomar en cuenta que, el problema de falta de competitividad para la planta productiva nacional era la carencia de condiciones adecuadas para producir en un clima de confort y con menores costos, debido a la pésima calidad del marco sistémico creado por dichos funcionarios y, si pareciera que nuestra exportación a Canadá y EEUU se mantiene en niveles altos, esto es con base en una integración insana de bienes importados de fuera de la región, principalmente de Asia, con quien nuestro déficit creciente ha sido propiciado irresponsablemente.

Mis señalamientos sobre este problema, fueron respondidos cándida y obtusamente por nuestros altísimos funcionarios en el sentido de que el déficit no era negativo pues, el 60% o 70% de la importación procedente de Asia era de insumos para reexportar a Canadá y EEUU, lo que ya denunciaron ambos países aseverando que México, en lugar de ser un socio estratégico como ellos lo habían designado, se ha convertido en el patio trasero por el que ingresan los productos asiáticos, región con la que nuestro déficit, en el periodo 1993/2024, alcanzó -2,546,364 millones US, equivalente al 88% del supuesto “superávit” que tuvimos con el T-MEC en el mismo periodo, repito, provocado por la nociva y dañina “integración” de insumos de fuera de la región. 

En el cuadro siguiente se puede ver gráficamente la mediocridad que ha caracterizado a nuestro comercio exterior en los 31 años más recientes, situación que se traduce en escasa y decreciente generación de riqueza debido a la simulación e improvisación en la gestión y promoción del comercio exterior mexicano, generando enormes déficits, especialmente con Asia y el TPP-11.

De una manera más sintética, la debacle del sector se puede ver en el siguiente cuadro sinóptico pues, el déficit de México es creciente y con mayor número de países con los que tenemos un TLC, así como con los que no los tenemos.

Apuntes finales.

La ventaja de tener un TLC con el bloque económico más grande del mundo fue desperdiciada de manera frívola, buscando firmar TLC´s con cualquier país que se dejara, al parecer, queriendo ser los campeones del libre comercio

El mismo principio de la OMC, que favorecía la integración comercial y productiva regional, por ser un proceso más adecuado y más fácil de lograr, con enormes beneficios para sus socios, fue miserablemente desechado por “los funcionarios, teóricos y expertos mexicanos” dirigentes de nuestro comercio exterior en los 31 años más recientes.

Su afán por mostrar “eficiencia”, firmando TLC´s al por mayor, se coinvirtió en enorme frivolidad con resultados deplorables para México pues, simplemente, del año 2001 en que éramos la 8ª economía mundial, caímos a la 16ª en 2022 y, nuestro PIB Per Cápita, en los mismos años pasó de la 49ª a la 75ª posición. 

En dicho periodo, el Valor de Contenido Nacional de la “exportación mexicana” cayó de 58.8% a sólo un estimado de 38% a 40% y, en el caso de la emblemática industria automotriz, principal rubro de exportación mexicana, el VAN declinó de 35%, en 1993, a sólo 26% en 2019.

Sin duda, un panorama muy diferente al que nos presentan los gurúes y conductores del comercio exterior mexicano al que, el cambio reciente de Gobierno en la Unión Americana ha introducido mayor incertidumbre en las relaciones con EEUU, por lo que el Gobierno Mexicano deberá actuar con enorme inteligencia para definir una estrategia realista que permita mejorar nuestra endeble situación.