Por Eduardo Ibarra Aguirre
Un interesante recuento periodístico del colega Fernando Camacho Servín ilustra con pelos y señales que en la composición de la LXVI Legislatura en la Cámara de Diputados existen hombres y también mujeres que hasta hoy permanecen más de dos y hasta tres décadas en diversos cargos que debieran ser encargos legislativos de la ciudadanía en el Senado, la Cámara de Diputados y los 32 congresos estatales, debido a que la legislación vigente permite terminar un periodo en alguna de esas instancias y ser postulado a renglón seguido a otra cámara federal o local.
“De esta manera es común ver que una persona que termina su periodo como diputado federal, por ejemplo, puede ser ‘lanzado’ después como candidato a senador o parlamentario local, y al terminar ese encargo se convierte nuevamente en diputado. Lo anterior ha dado lugar a que diversos personajes se hayan ‘enquistado’ en el sistema político nacional”; es la respetable conclusión del reportero del periódico La Jornada.
Y todo porque la iniciativa de reforma –a punto de ser ley– de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para eliminar el nepotismo en el ámbito electoral y que, finalmente las dirigencias legislativas aplazaron su aplicación hasta 2030 en lugar de 2027 como propuso la física, no contempla terminar con un sistema todavía vigente en nuestro país.
La cuestión a reflexionar es si el voto ciudadano no es suficiente para castigar o premiar el buen desempeño de los legisladores, por supuesto que en elecciones fuera de toda sospecha y sobre persona físicas concretas y no las listas plurinominales de las dirigencias de los partidos que al principio eran indispensables para que las minoritarias oposiciones –panista, comunista y socialista– accedieran a San Lázaro, Xicoténcatl y Donceles. Después sirvió como camino para que políticos sólidos llegaran por la vía plurinominal y éstos se desempeñaran en los liderazgos legislativos. Y se presentara la notable contradicción más que evidente de que los no electos directamente (los plurinominales) por los ciudadanos fueran los grandes y decisivos actores en el ámbito legislativo.
Solamente que desde hace tiempo, 28 años para ser exactos, los espacios plurinominales sirven para promocionar a dirigentes partidistas, a incondicionales de las dirigencias y para tener bufones y bufonas –igualdad de género– que le ponen sabor al caldo parlamentario, pero en términos sumamente deplorables, como por ejemplo las senadoras del Partido Acción Nacional Lilly Téllez y Kenia López quienes por supuesto ahora no ganan una elección.
Pero de que la vida parlamentaria y política de la nación requiere de parlamentarios con amplia experiencia y trayectoria, con independencia del partido político al que pertenezcan, no tenga usted duda porque no se improvisan, como tampoco dicho sea de paso los integrantes de los poderes Judicial y Ejecutivo en los tres niveles de gobierno. La política como actividad profesional es una cosa más seria, que no es sinónimo de solemne, y compleja de lo que comúnmente se piensa, lo que por supuesto no implica que la naturaleza representativa de todos los sectores de la sociedad no esté bien representada por los diputados federales y estatales.
Y los diputados y senadores que se limitan a jugar el papel de payasitos improvisados –los profesionales son harto respetables, nos alegran la vida y quitan tensiones–, los cada vez más juiciosos y demandantes ciudadanos no votarán nuevamente por ellos. Por supuesto, salvo su mejor opinión y experiencia.
Acuse de recibo
Daniel Morales Gómez es el maestro no el “maistro”, como algunos los llaman, que se ocupa de todos los arreglos del espacio que habito, e informa que casi todos los materiales para la construcción están a la alza en sus precios. Pretextos sobran: los aranceles hasta hoy fallidos que nos quiere imponer Donaldo Juan Trump, el primate homínido –con todo respeto por los orangutanes– yanqui, es decir, imperialista, y sobre todo el millón de viviendas que construirá en el sexenio la nacional e internacionalmente respetada e incluso admirada presidenta… Recordatorio de Elba Pérez: “Hace unas semanas falleció Sergio Gómez Montero, quien fuera militante del Partido Comunista Mexicano; estudió Ciencias y Técnicas de la Información en la Ibero, y Lengua Española y Literatura Hispanoamericana en la Universidad Nacional Autónoma de México. Escritor, periodista, docente en: la UNAM, Chapingo, la Universidad Autónoma de Sinaloa, en donde fue director de Difusión de la Cultura; investigador y analista en entidades públicas como Coplamar. Autor de numerosas publicaciones de diferente tipo. QEPD”… Coincidimos en la mejor temporada de la revista Oposición, la dirigida por Arnoldo Martínez, y en los últimos años de Forum en Línea publicaba hasta cinco textos por número debido a que eran breves, sólidos y periodísticos… Valiente y lúcido testimonio de la activista social Irina Echeverría Gaytán, https://labiblioteca.mx/llyfrgell/1775.pdf
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