Dinero Casero

Remesas: sacrificio y solidaridad migrante ante precariedad laboral y marginación social

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***Esperanza Ríos Álvarez, catedrática de economía de la FES Acatlán, asegura que el creciente flujo de divisas, más que alegrar, debe preocupar “porque a mayor monto de envíos, mayor precariedad laboral y marginación social”

***Las dos principales economías del país, CDMX y Edomex, en el top ten  de entidades con mayor variación porcentual y absoluta de remesas durante la pandemia Covid-19

***Municipios mexiquenses con más industria y comercio, los que más recibieron dólares en el 2020 y 2021

Por Alejandra Gudiño Ramírez

Valle de México, a 14 de febrero de 2022.- El creciente flujo de dólares al país mediante envíos (remesas) de mexicanos residentes en el exterior, que en los dos últimos años han alcanzado cifras históricas (más de 51 mil millones de dólares en 2021), más que alegrar a nadie debe preocupar, porque “a mayor monto de remesas, mayor precariedad laboral y mayor marginación social”, antes casi exclusivas en las zonas rurales pero ahora marcadamente extendidas a las zonas urbanas de las grandes ciudades.

En esos términos se expresó Esperanza Ríos Álvarez, profesora de Economía de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, quien destacó que las remesas han significado un sacrificio y un gesto solidario de los migrantes, pero también “es una respuesta a la crisis económica y emergencia sanitaria que vivimos”,  provocada por la pandemia Covid-19.

“Sólo demuestra que familias en México requieren más dólares de lo que requerían antes; refleja la precariedad de vida que tenemos en México; el aumento de divisas refleja las condiciones precarias en que vive una gran cantidad de familias que sólo dependen en ocasiones del ingresos de remesas”, resaltó la también maestra en Población por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Maestra Esperanza Ríos Álvarez, economista FES Acatlán.

Más remesas en ciudades, más miseria

La investigadora resaltó que focalizando el fenómeno de manera regional se pueden ir encontrando elementos que permiten concluir que “a mayor precariedad, mayor monto de remesas”, y que esto es muy evidente en los grandes conglomerados del país.

En este sentido y de acuerdo con datos del banco de México, las dos principales economías del país, las que mayor aportan a la generación de riqueza (Producto Interno Bruto, PIB), como son la Ciudad de México (15.73 por ciento) y el Estado de México (8.92 por ciento), se ubicaron en lo alto de la lista de entidades con mayor variación acumulada debido a los mayores montos de envíos remesas durante los años 2020 y 2021, marcados por la pandemia Covid-19.

Esos estados sólo fueron superados por Guanajuato, sexto en contribución al PIB nacional (4.28 por ciento), que también se colocó en el primer puesto en la variación absoluta.

En el caso específico del Estado de México y durante los años referidos, los municipios más industrializados y con mayor actividad comercial, y que según el Índice Municipal de Actividad Económica (IMAE), del Instituto de Información e Investigación Geográfica, Estadística y Catastral del Estado de México (IGECEM), representan más del 51.5 por ciento del PIB estatal, figuraron en el top ten de mayor variación porcentual y mayor variación absoluta de recepción de dólares en los dos últimos años.

Ellos son Ecatepec, que porta 9.44 por ciento al PIB mexiquense; Toluca, 9.94 por ciento; Naucalpan, 17.33 por ciento; Tlalnepantla, 12.03 por ciento y Nezahualcóyolt, con 2.81 por ciento; esto con el añadido de que la demarcación de Tultitlán, cuya aportación al PIB mexiquense es de 3.74 por ciento, se llevó el primer lugar en variación porcentual, mientras que Ecatepec estuvo muy alto en variación absoluta.

Esas localidades concentran alrededor de 5 millones 656 mil 145 habitantes (33.2 por ciento del total en la entidad, que es de 16 millones 992 mil 418, según el censo 2020, del INEGI).

Para la profesora Esperanza Ríos, el crecimiento de las remesas en estos casos es muy abrupto, es un auténtico “boom”, y sólo confirman la respuesta migrante a la emergencia económica y sanitaria ante la precariedad de las condiciones de vida de las familias.

“Ahí están como ejemplo Ecatepec y Nezahualcóyotl; sabemos que hubo una crisis de contagios por el Covid-19, especialmente el año pasado, al grado que este año en el primero se hizo obligatorio el uso de cubrebocas”, dijo, y agregó que es evidente que los migrantes no están ajenos a la situación que se vive en el país y con sus familias, incluso amigos.

Los migrantes “no están ajenos a la problemática que viven sus familias. Entonces, cuando hay problemas ellos mandan dinero; hay que imaginar a personas enfermas por Covid-19 en Ecatepec y Nezahualcóytl; llega más flujo de remesas para apoyar atención Covid-19”, sostuvo la investigadora.

Mencionó que “muchas veces se habla que la remesa es contracíclica, es decir, si estamos en problemas económicos en el país las remesas van a aumentar porque los familiares en Estados Unidos se dan cuenta que los familiares aquí tienen problemas de empleo, la vida es más cara, y entonces suelen aumentar el monto regular de remesas”.

“Esto explica que en momento de crisis, por ejemplo, veamos un crecimiento importante” de envíos de migrantes, dijo.

Precarización laboral

“Cuando escucho que las remesas aumentan, ¡híjole!, siento feo porque  digo: no inventen, están aumentando remesas… significa que la situación en México está mal, está peor de lo que nos podemos imaginar”, afirmó Esperanza Ríos.

La académica aseguró que “las remesas son la superviviencia de las familias, dependen de ellas; ni siquiera puedo decir que con eso se garantiza calidad de vida; es la supervivencia nada más”, de tal modo que el fenómeno es más para preocuparse que para otra cosa.

Expuso que al hablar del flujo de remesas que se ha estado recibiendo  es inevitable vincular la situación con la precariedad del mercado laboral prevaleciente y la falta de oportunidades, generadoras de marginación social rural y urbana.

Migrantes mexicanos en la frontera con EU. Foto: Unidad de Política Migratoria (Segob).

“¿Qué tipo de empleo se está generando y qué tipo de salarios se están pagando en nuestro país que provocan que los migrantes tengan que enviar más dólares, toda esta ayuda?”, cuestionó la profesora.

“Con esta pandemia todo mundo aplaudió, por ejemplo, el empleo de reparto mediante plataformas “Uber Eats”, “Didi Fud”, etc., pero las condiciones de trabajo de estos jóvenes es precarísima; aunque “finalmente es un empleo”, decimos;  debe verse cómo aumenta el flujo de remesas y el migratorio; hombres y mujeres migrando al mismo tiempo, cuando antes eran sólo hombres”, remarcó.

Al respecto, Esperanza Ríos enfatizó que los empleos generados, sobre todo en el último año y que rebasaron los niveles pre-pandémicos (durante los primeros 31 días del año 2022, el IMSS reportó un aumento en la creación de empleos formales ya que se registraron 142 mil 271 nuevos puestos de trabajo, la cifra más alta de la que se tiene registro), deben verse a partir de la conversión del “outsourcing” a la formalidad.

“Eso hace, en un primer efecto, que parezcan más empleos; esa es la primera causa de las estadísticas de IMSS; y otra que el gobierno está contratando a personas en gobierno federal; con programas federales estamos viendo aumento de plazas”, dijo Esperanza Ríos.

“Pero ¿qué pasa si vemos la encuesta de ingresos de los hogares? Ahí vemos qué tipos de empleos se están creando, por eso hablo de precariedad laboral”, agregó.

Sacrificio migrante

Por otro lado, la profesora Esperanza Ríos aseguró que la respuesta solidaria de los migrantes  a la emergencia económica y sanitaria no quiere decir que ellos mismos no estén pasando problemas.

“No es que los migrantes no estén padeciendo estas crisis allá, pero tienen a sus familias de este lado, y si ellos se las están viendo negras, saben que sus familias acá están peor”.

La catedrática comentó que viajó a Estados Unidos a realizar un trabajo de investigación y pudo comprobar que los migrantes, en términos generales “no viven bien, no viven en condiciones de lujo; viven muchas veces hacinados en casas, con 10 o 15 migrantes compartiendo una habitación. Los que suelen irse con la familia son los que buscan una mejor condición, una mejor oportunidad de vivir no hacinados, pero sólo los que se van con familia”.

“El resto de migrantes que llegan solos, se meten en grupos, o sea, están en grupos de migrantes y viven en casas de migrantes hacinados, cada uno con sus gastos, y allá tienen que pagar los famosos “tickets”, que son muy caros (agua, luz y en ocasiones gas, que por lo regular allá todo es eléctrico, y la comida). Eso les quita bastante de sus ingresos; realmente, si hablamos de heroísmo, el sacrificio que hacen ellos allá por más o menos mantener a su familia acá, es muy fuerte”, refirió.

Dijo que pese a ello, “desgraciadamente esto se fomenta, se promueve la migración”, aunque resaltó que “lo que es un hecho es que el trabajo que aquí los mata de hambre, allá les permite vivir, no con lujos, pero les permite salir con todos sus gastos y, además, enviar remesas a las familias”.

Categorías de migrantes

A lo anteriormente expuesto, la situación de los migrantes mexicanos en relación con sus pares de China o la India, que son potencias económicas y tecnológicas mundiales y que encabezan la lista de países receptores de remesas en el mundo (México es tercer lugar), es distinta: “hay dos tipos de migración: la indocumentada laboral, como la nuestra, y la migración por fuga de cerebros”.

“La India, que también tiene muchos pobres, igual que China porque no todos entran a las castas urbanas, le ha apostado a la profesionalización de sus jóvenes en carreras claves, relacionadas con la tecnología. Los envían a estudiar a Estados Unidos y se quedan a trabajar, igual que otros que llegan desde su país a prestar sus servicios en desarrollo tecnológico”, explicó la académica.

“Son salarios y puestos que no tienen comparación” con los que desempeñan los migrantes nacionales, cuya aportación mayor de remesas proviene de los trabajadores de la construcción (albañiles, carpinteros plomeros, etc.,), según recientes estudios publicados por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla) con base en datos de dependencias de los Estados Unidos.

Empleo migrantes
Empleo migrantes mexicanos.

En el peor de los casos y de acuerdo con lo expresado por la profesora, es más fácil ver a un ciudadano de la India conduciendo un taxi que a un mexicano. “Sí los hay, porque han conseguido documentación, pero es raro. Lo más latino en taxis te lo encuentras en Nueva York y son puertorriqueños”.

“La globalización ha originado que la migración tenga categorías y desgraciadamente nuestra migración no está entre las más altas. Son condiciones de migración totalmente distintas, además porque ellos tendrían que cruzar mucho mar y nosotros  tenemos la frontera pegadita””, subrayó.

Más empleo migrante en EU

Por otro lado, Esperanza Ríos comentó que la Ley de Infraestructura del gobierno de Estados Unidos, que implica el desarrollo de proyectos de infraestructura, carreteras, puentes, etc., sin duda va a generar más empleos entre migrantes, sobre todo mexicanos, “y eso va a permitir que aumenten sus ingresos y puedan apoyar a sus familias en México con más facilidad”.

El año pasado, según datos oficiales de los Estados Unidos, se crearon alrededor de 434 mil empleos para migrantes mexicanos.

“Hace tiempo trabajé con equipo de migración en Estados Unidos y cuando aumentaba la inversión en EU, aumentaba también remesas y flujo migratorio; y en los países que expulsaban personas aumentaba flujo de remesas”, refirió la investigadora

“Mientras más empleos haya en EU, más oportunidades a connacionales y más remesas, eso es obvio, para cubrir necesidades que no se pueden cubrir con salarios y “no empleos existentes” en nuestro país”, concluyó.