por Javier Ortiz de Montellano 

El nuevo libro de Andy Robinson, Oro, Petróleo y Aguacates, las nuevas venas abiertas de América Latina(Arpa Editores, 2020), nos insta a mirar de nuevo a la región de la que Eduardo Galeano en 1971 escribió en su famoso libro Las venas abiertas de América Latina, sobre el saqueo de sus recursos naturales en el pasado.

El prestigiado periodista británico, Andy Robinson, autor de Un reportero en la montaña mágica, Cómo la élite económica de Davos hundió al mundo (Ed. Ariel, 2013), narra los encuentros del Foro Económico Mundial en Davos, esa población suiza que inspiró a Thomas Mann a escribir su gran novela La Montaña Mágica sobre los males de su época. En eso se inspiró Robinson para hacer su reportaje sobre los males endémicos del sistema actual que nos gobierna. 

Así, Robinson retoma el tema latinoamericano tras haber realizado muchos de los mismos viajes que efectuó hace medio siglo Galeano (Potosí, Minas Gerais, Zacatecas, etc.) y añadir nuevos recorridos para analizar cuál es la situación actual de las materias primas en América Latina y ver si han cambiado las cosas.

El resultado es este libro conmovedor, un ensayo en el que Robinson detalla cuáles son las nuevas riquezas de América Latina (coltán, petróleo, litio, soja, niobio, aguacates…) y otras no tan nuevas como la soya, la carne y el pollo, pero que han cobrado mayor relevancia, y en su reportaje estremecedor revela cómo una docena de materias primas explican algunos golpes de Estado, las rebeliones ciudadanas y la crisis medioambiental en el continente, especialmente las luchas por el agua y contra la deforestación.

A diferencia de las economías extractoras de azúcar, café o plátano. del siglo XVII y XVIII que Galeano describe, la nueva agroindustria de soya y carne no emplea a mucha gente. Pero desplaza a comunidades campesinas y destruye la selva, tal y como se describe en el libro.

Robinson capta que los gobiernos de “izquierda” en América Latina entendieron que era necesario nacionalizar esos recursos, pero no siempre lograron salir de la trampa de la dependencia de la exportación de materias primas, que les cobra factura cuando termina el ciclo de precios altos.

Además de la cuestión de los precios la situación es muy vulnerable en cuanto a los nuevos metales como el niobio y coltán en Brasil y Venezuela que, en el contexto de una suerte de Guerra Fría versión siglo XXI entre EE.UU. y China, se han convertido en recursos que tienen un valor geopolítico. Y explica también que el litio de Bolivia -que Evo Morales quiso industrializar para fabricar baterías y hasta coches eléctricos- acabó desempeñando un papel en el golpe de 2019. 

El criminal precio del Guacamole 

Un papel emblemático y paradójico juega el aguacate mexicano que se exporta principalmente a Estados Unidos. Se ha puesto de moda comer guacamole en los eventos transmitidos por televisión, en especial durante los juegos deportivos y muy destacadamente en el Superbowl, el partido final de la Liga Nacional de Fútbol Americano.

En el libro, en el capítulo sobre el Aguacate (cap. 11 Michoacán, México) el hot dog con guacamole, Robinson explica que es algo que tiene que ver con las modas y los caprichos, un fenómeno muy extendido en esta era de capitalismo de consumo y mercadotecnia, en que es muy fácil implantar esas modas mediante campañas de publicidad, en un país como EEUU, con una cultura culinaria limitada. 

Y añade que esa explosión de la demanda genera la oferta, y es lo que ha ocurrido en Michoacán, donde se han destruido bosques de pinos autóctonos para plantar arbustos de aguacate, al mismo tiempo que se van secando los acuíferos. En 2000 cada estadounidense consumía un kilo de aguacate al año, hoy consume 2.5 kilos. Lo cual ha encarecido el precio del “oro verde” en ambos lados de la frontera.

En el caso de Michoacán, descubre Robinson, la producción de aguacates está dominada por grupos criminales, bandas de la delincuencia organizada que han entrado en el negocio del aguacate. Son mafias muy violentas y hay unas historias espeluznantes que cuenta en ese capítulo, además del criminal precio que alcanza el aguacate.

Esto y mucho más encontrará en el libro que le recomendamos, acompañado de un rico guacamole…