Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)
Ellos se ríen de mi porque soy diferente
Yo me río de ellos porque todos son igualitos
Anónimo
En múltiples ocasiones he escuchado a los funcionarios encargados de diseñar la política de comercio exterior, así como la promoción de las exportaciones y la inversión extranjera directa, señalar las enormes bondades y los grandes beneficios que el TLCAN y, ahora, el T-MEC han generado a nuestro país.
El TLCAN era un proyecto que hubiera podido ser un gran detonador del desarrollo económico del país, pero, la cifras nos dicen que eso es incorrecto pues, la participación del bloque y sus miembros en la generación de riqueza mundial ha sido decreciente a partir del año 2001.
Si en ese año, la participación del bloque del TLCAN en el PIB Mundial fue de 35.78%, ese porcentaje se redujo a únicamente 27.74% en el 2021, es decir, una pérdida de participación de -8.04%, lo que significó una caída de -22.48% en la aportación a la generación de riqueza mundial, debido a que EEUU registro una caída de 7.1% en su participación; Canadá lo hizo en -0.06%, en tanto que México lo hizo en -0.88%.
En números relativos, la caída de EEUU fue de -22.65%; la de Canadá fue de -2.74%, en tanto que, para México, esta negativa evolución representó una pérdida de -39.29%.
Independientemente de esta situación negativa, es importante señalar que, EEUU, en el periodo 2001/2021, mantuvo su posición como primera economía mundial; que Canadá ganó dos posiciones al pasar de la 11ª a la 9ª; y que el gran perdedor en este proceso fue México pues, cayó de la 8ª a la 15ª posición al ser superados por India, Canadá, Corea, Rusia, Brasil, Australia y España.
Esta delicada situación se refleja de una manera más dramática en el PIB Per Cápita de nuestro país, en comparación con el de nuestros dos socios comerciales del T-MEC pues, si en el año 2001, el de EEUU ascendía a 35,261 US, para 2021 fue de 69,375 US, lo que representó un incremento de 97%, equivalente a 34,114 US.
Para Canadá, la situación fue también fue muy positiva pues, de 22,739 US, pasó a 52,791 US, lo que representó un crecimiento de 30,052 US más y un incremento de 132%.
En el caso de México, la situación fue verdaderamente deprimente pues, pasó de 6,218 US a 9,967 US en el periodo de referencia, es decir, un incremento de 60%, equivalente a 3,749 US en 20 años, con un promedio anual de incremento de 187 US.
Peor resulta el hecho de que, si en el año 2001, el ingreso per cápita de EEUU era equivalente a 567% del mexicano, en el año 2021, la distancia se incrementó a 696%; situación similar se registró con Canadá en donde pasó de 366% a 530%; y con el T-MEC de 547% a 679%.
Importante es señalar que, tradicionalmente, el PIB Per Cápita de México estuvo por arriba del promedio del PIB Per Cápita Mundial, sin embargo, a partir del año 2009, esta situación se revirtió y, por primera ocasión, nos ubicamos -11% por debajo, situación que se ha repetido como una constante, situándose en -19%, en el año 2021.
Históricamente hablando, el año 2014, fue aquel en que registramos el PIB Per Cápita más alto de nuestra historia con 10,846 US y, de los años más recientes, el de 2020 es el más bajo con 8,069 US, mismo que, en 2021, registró una recuperación para totalizar 9,967 US.
Comentarios
Como muchos países, México apostó al comercio exterior como palanca de su desarrollo económico por lo que su PIB Total, en un 40%, está relacionado con las exportaciones y, en un 38%, con las importaciones; es decir, un 78% del IB Total está ligado con los intercambios externos.
Después de firmar el TLCAN, en el año de 1992, lo hicieron con otros 52 países y 33 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRIS) con el objetivo de incrementar las exportaciones y captar mayor volumen de IED, crear más empleos, generar mayor valor y riqueza en nuestro territorio para proporcionar mayor bienestar a sus habitantes; sin embargo, en el periodo 2001/2020 en que, prácticamente, han estado en vigor todos estos instrumentos, las variables económicas de nuestro país han registrado enormes retrocesos.
A pesar del importante porcentaje del comercio exterior en la economía mexicana, el desarrollo de la misma ha sido muy limitado debido a un grave problema estructural, en el que el valor agregado ha sido reducido y decreciente a partir del año 1993, situación que ha sido provocada por un marco sistémico que impide producir numerosos bienes en un nivel competitivo.
Esta situación determinó que el proceso maquilador y la industrialización no se desarrollara grandemente pues, se favoreció la importación creciente de insumos para reexportar con reducido valor agregado, fundamentalmente, debido a la prevalencia de procesos básicos de manufactura que determinaron que nos volviéramos un país ensamblador
Apuntes finales.
Para algunos de los funcionarios mexicanos, pareciera que la firma de Tratados de Libre Comercio resulta suficiente para lograr el desarrollo y que la apertura comercial genere mayor competitividad porque, obligará a los empresarios mexicanos a alinear los precios de los bienes e insumos que producen en nuestro territorio con los provenientes del exterior, situación que en la realidad se ha traducido en una competencia desleal para la industria nacional pues, en estos procesos, no hubo políticas activas para favorecer el proceso de ajuste, situación que explicaría los resultados negativos del TLCAN.
Recientemente firmaron el TPP-11 mismo que, en sólo tres años de operación, ha provocado un déficit para nuestro país de 56,430 millones US, debido a la poca competitividad de la economía mexicana frente a los 6 nuevos “socios” de Asia y Oceanía que integran a ese bloque, dado que, de las 140 variables que miden la competitividad, México sólo tiene ventaja en 18 y total desventaja en 122.
En este contexto, especial referencia merece Corea, país con quien nuestros funcionarios ya están negociando un Tratado de Libre Comercio, un país cuya economía equivalía a 24.8% de la nuestra en el año 1981; a 87.68% en 1994; a 72.39 en 2001 y a 141% en el año 2021, lo que nos dice todo:
Corea tiene una economía más productiva y más competitiva que la nuestra y que, a pesar de esos elementos en contra nuestra, los funcionarios mexicanos prosiguen con su idea de negociar un TLC. Al respecto, es importante reiterar que, para lograr el desarrollo económico de México, es necesario definir una estrategia integral que incluya elementos esenciales en materia de competitividad, de fomento industrial, de comercio exterior, así como promoción de las exportaciones y de la inversión extranjera directa, con programas y proyectos apoyados por políticas públicas realistas que, permitan a nuestro país, beneficiarse del comercio internacional como muchos otros países lo han hecho.