Opinión

Decreciente integración comercial y productiva Mexico-EU/Arnulfo R. Gómez

Comercio-Internacional

Por Arnulfo R. Gómez

(Catedrático Comercio Internacional)

arnulforgomez@outlook.com

En reciente publicación de la ONU sobre el comercio exterior de México con EEUU se señala que, en los 6 años más recientes, la participación de los insumos, partes y componentes provenientes del país vecino en los productos exportados por México pasó de 11.9% a 16.8%, por lo que se ha incrementado su integración comercial entre los dos países. 

Al respecto, debo comentar que esta aseveración y, consecuentemente, la situación que señala resulta ilógica teniendo en cuenta que la evolución histórica del comercio exterior entre ambos países nos dice todo lo contrario. 

Tomando como base el año 1993, último año sin TLCAN, la importación mexicana procedente de EEUU correspondió al 69.29% del total de bienes que nuestro país adquirió del extranjero que, en valor, ascendió a 45,295 millones US. 

Para 1996, ese porcentaje se incrementó a 75.49% (67,536 millones US), sin embargo, a partir de ese año, la importación de ese origen mostró una tendencia decreciente que, en 2020, correspondió a sólo el 43.79% de la importación total mexicana, es decir, 167,813 millones US. 

Así, para el período 1993/2020, EEUU perdió un total de participación en el mercado mexicano de importación de -25.5%, sin embargo, teniendo en cuenta que, en el año 1996, se logró el récord de participación norteamericana como proveedor de México con 75.49%, para el período 1996/2020, la pérdida de participación fue superior representando una disminución del -31.7%.

Haciendo referencia a los 6 años más recientes, que la ONU señala como periodo de crecimiento de la participación de EEUU en el mercado mexicano, su señalamiento también resulta contradictorio pues, de acuerdo con las estadísticas mexicanas, la participación de EEUU como proveedor mexicano pasó de 48.82% a sólo 43.79%, es decir, perdió una participación de -5.03% en sólo 6 años. 

Comentarios. 

Tradicionalmente, gran parte de la importación procedente de los EEUU se había realizado de una manera temporal, primero bajo un esquema de maquila y PITEX y, posteriormente, bajo el esquema IMMEX, adquiriendo partes e insumos que se utilizaban para producir y ensamblar bienes de exportación hacía ese país.

Con este esquema se buscaba cumplir con el objetivo de lograr una integración comercial y productiva entre los dos países, situación que se cumplió durante los primeros 3 años de operación del TLCAN, sin embargo, a partir del 4º año, es decir, de 1997, se presenta una situación paradójica ya que, a partir de ese año, la proporción de la importación temporal de insumos norteamericanos presenta una reducción continua, pasando de 74.68% a sólo 43.79% en el año 2020.

En este sentido, la idea de una mayor integración comercial y productiva en el área de libre comercio se vio truncada, lo que ha generado una decreciente generación de valor agregado en la región a pesar de que se supone que se establecieron normas y regulaciones para favorecer el comercio, la producción compartida transfronteriza y la cooperación económica entre los países del TLCAN, así como para generar una sana integración económica en el área de libre comercio. 

Este proceso ha sido especialmente negativo y dramático para México pues, en el periodo 2001/2020, México pasó de ser la 8ª economía mundial a la 16ª al ser superado por India, Canadá, Corea, Rusia, Brasil, Australia, España e Indonesia; situación que se refleja más crudamente en la caída de nuestro PIB Per Cápita que ahora se encuentra muy por debajo del promedio universal y en la 76ª posición mundial.

Esto, como consecuencia de un negativo proceso en el que la manufactura del área de libre comercio del TLCAN ha descendido debido al traslado de este tipo de operaciones a otras regiones pues, numerosos bienes que originalmente importábamos de nuestro principal socio norteamericano para ensamblarlos o transformarlos en nuestro territorio, ahora los importamos de Asia, continente con el que, de un total de 51 países, en el 2020 tuvimos superávit con 23 y déficit con 28, con un saldo deficitario de -122,264  millones US en este año.

Especial referencia hay que hacer a China pues es el país frente al que, México y EEUU, han perdido la mayor parte de su producción manufacturera y con el que, en el 2020, tuvimos un déficit comercial de -65,639 millones US. El déficit acumulado con el mismo país fue de -838,846 millones US, para el periodo 1993/2020.

Apuntes finales

De acuerdo con los datos que se presentan en este análisis, los comentarios incluidos en el estudio de la ONU resultan muy lejanos de la realidad, sin embargo, el elemento de fondo que subsiste es estructural, debido al reducido y decreciente valor agregado que se genera en Mexico y EEUU, como consecuencia de debido del declive enorme de la manufactura en relación con sus “socios” asiáticos que continuamente siguen ganando participación en la generación de riqueza mundial a costa nuestra.

Especial referencia habría que hacer en relación con la política y la estrategia de comercio exterior de México que, sin duda alguna, nos muestran resultados negativos que requieren ser objeto de un análisis serio, abandonando las teorías, los dogmatismos y los modelos que sólo han acarreado pobreza para nuestro país e ir a soluciones prácticas que tengan una base real para dar respuestas que atiendan a las ingentes necesidades de nuestro país y de la región.