Por Javier Ortiz de Montellano
Bernard Maris fue un paradójico disidente de su profesión que escribió numerosos libros de economía “contra los economistas”, antes de dedicarse al periodismo. Falleció en París el 7 de enero de 2015 a consecuencia del atentado terrorista perpetrado contra la revista Charlie Hebdo.
En esta ocasión queremos recordar su irónico libro Houellebecq economista, que se publicó en Francia en 2014 y en español, póstumamente, en septiembre de 2015 (Ed. Anagrama). Con nuestra advertencia de que Houellebecq no es economista, todo lo contrario, es el antieconomista por antonomasia.
Michel Houellebecq es un poeta, novelista y ensayista francés. Sus múltiples novelas describen la miseria afectiva del hombre occidental de finales del siglo 20 y comienzos del 21.
Igual que Maris, pero con la ventaja de no ser economista “de profesión”, Houellebecq tiene la lucidez para desenmascarar en sus novelas a los homo economicus de diversa calaña. Principalmente, aquellos que, bajo la bandera neoliberal de la supuesta “ciencia económica“ y su versión de la globalización, entregan los bienes de sus países a cambio de sus 30 monedas de plata. Más, por supuesto, jugosos sueldos exagerados que cobran como empleados de las grandes empresas que antes han favorecido desde su posición en los gobiernos.
Esta secta de economistas embaucadores, que se entrecruzan con especuladores bolseros, cuando se apoderan de los gobiernos les aconsejan guerras o traman burbujas bursátiles (cualquier semejanza con la realidad actual no es mera coincidencia).
Los pseudo economistas fomentan el consumismo vía endeudamiento, ayudados por la casta dañina de banqueros que se han inventado un “Nobel de Economía” para premiar a sus más innobles ejemplares, simples publicistas que sirven para hacer comprar a crédito a los que no tienen dinero, aquello que no necesitan.
El libro del malhadado Maris sobre la obra de Houellebecq cubre hasta lo publicado antes de su muerte en enero de 2015, en un lúcido recorrido escrito con el mismo humor frecuentemente negro y la misma desilusión que los libros de Houellebecq.
Houellebecq continuó su vitriólica obra publicando Sumisión en 2015 donde presagia el ascenso a la política de un partido musulmán. Sumisión había sido publicada el 7 de enero, el mismo día en el que falleció Bernard Maris y murieron 12 personas y 11 resultaron heridas cuando dos islamistas acometieron con fusiles de asalto en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo, donde trabajaba Maris.
En 2019 publicó Serotonina, nuevamente eligiendo titulares de una sola palabra, Houellebecq sigue generando polémica con sus temáticas. Serotonina es un libro sombrío y desgarrador, en el que presagia el malestar rural francés contemporáneo y narra las lamentaciones del macho occidental.
Su más reciente novela publicada el 7 de enero se llama Anéantir (Aniquilar). Editorial Anagrama la publicará en español en agosto próximo, y ya está causando revuelo en Francia. Es una ficción política que recuerda a ‘Sumisión’ con tintes de thriller geopolítico, melodrama familiar y erotismo.
Los comentaristas franceses señalan que bajo su nuevo título se abordan numerosos temas: las bambalinas del poder, el terrorismo, los grupúsculos radicales, el espionaje, la enfermedad, la muerte, el amor, la soledad, la eutanasia, el esoterismo, el islamismo, el nihilismo, el abandono de los ancianos en asilos, el malestar del hombre contemporáneo y la crisis del catolicismo y la sociedad occidental.
Mientras llega la traducción puede verse cualquiera de su vasta obra novelística y poética. De sus ensayos, si no teme al espanto, le recomendamos H.P. Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida, publicado por EditorialAnagrama, que es una fascinante puerta de entrada tanto al oscuro universo de Lovecraft como a la mordaz prosa de Michel Houellebecq. Y la cereza en el pastel: el prólogo de Stephen King.
Otros ensayos de Houellebecq se hallan reunidos en sus Intervenciones, colección de artículos actualizada hasta el 2020. En ellas se habla de arquitectura, de filosofía, de la fiesta, del feminismo, de la rehabilitación del macho francés, reaccionario y falócrata, etc.
En fin, en El mundo como supermercado Houellebecq pasea su feroz mirada sobre algunos fenómenos culturales y sociales del siglo XX: nos habla entre muchas otras cosas del narcisismo y de la muerte de Dios; del arte contemporáneo; de una visita al salón del vídeo hot y de la clonación.
El economismo pretende convertir al mundo en un supermercado global. Houellebecq sigue luchando porque no sea así, como lo expresa en su libro Poesía: Sobrevivir, El Sentido De La Lucha, La Búsqueda De La Tranquilidad, Renacimiento.
Temas todos sobre los que vale reflexionar.