Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático comercio internacional)
Ellos se ríen de mi porque soy diferente
Yo me río de ellos porque todos son igualitos
Anónimo
Como muchos países, México decidió utilizar al comercio exterior como palanca de su desarrollo económico. Afortunadamente, Estados Unidos, nuestro vecino más cercano se constituye como el mercado más grande del mundo, el principal país importador, con alto nivel de vida y consumo, con el que somos complementarios en numerosos aspectos de la economía y con el que firmamos un Tratado de Libre Comercio que estableció un trato preferencial para el intercambio de bienes, servicios e inversión entre ambos países y Canadá.
Estados Unidos es el principal socio comercial de México pues, en 2021, el 80.69% de las exportaciones mexicanas se dirigió hacia ese mercado, aunque sólo el 43.70% de las importaciones provino del mismo.
Conviene señalar que la mayor parte de nuestro comercio exterior se realiza por vía terrestre y que el punto de acceso al mercado norteamericano más utilizado es Laredo, Texas, con el 40% del total de nuestras exportaciones; un tránsito cotidiano de más de 15,000 camiones, con todo tipo de mercancía que requiere de una rápida expedición por la aduana mexicana y la norteamericana, especialmente, porque gran parte de los embarques es de productos perecederos.
Recientemente, el Gobernador de Texas impuso una revisión estricta a todo tipo de transporte terrestre, con el objetivo de reducir dos de los principales problemas que se enfrentan en la frontera: migración ilegal y narcotráfico. Esta medida generó enormes atascos y dilación en el despacho de mercancías hacia los Estados Unidos.
Comentarios.
En este contexto, parece que los funcionarios mexicanos no toman en serio los problemas que enfrenta el exportador mexicano pues, ante la queja de los agricultores mexicanos por la revisión extra que se realizaba en Laredo y en todas las aduanas de Texas, la Subsecretaria de Comercio Exterior, Doctora Luz María de la Mora recomendó que utilizaran algún acceso por otro estado de la Unión Americana que no fuera Texas, a fin de evitar ese problema.
Teóricamente, esa sería una solución inmediata, práctica, inteligente e ideal para eliminar fácilmente un problema de enormes dimensiones, pero, en la práctica, es todo lo contrario y, por tanto, irrealizable y con terribles consecuencias para México.
Desgraciadamente, parece que nuestros funcionarios tienen poca experiencia práctica, no saben de geografía, ni de los problemas de circulación y logística que enfrentaría un exportador mexicano al cambiar de destino para cruzar hacia los Estados Unidos, por otra aduana que no enfrente los problemas generados por la revisión estricta ordenada por el Gobernador de Texas, Gregg Abbott, que fue muy gravosa pues, se calcula que diariamente costó más de 8,000 millones US a la exportación mexicana.
También parecen ignorar que la aduana más próxima a Laredo, que no accede a Texas, es Agua Prieta y que, para llegar a la misma de manera más idónea, hay que descender hasta Torreón y subir nuevamente, por carreteras poco propicias para la circulación de camiones con mercancías, con numerosos lomeríos, algunos peajes, asaltos, secuestros, pago de derecho de piso etc., lo que también implica un recorrido de 1,533 kilómetros adicionales y 18.43 horas en coche, y el doble de tiempo para un camión que no puede circular a más de 60 km por hora, así como costos sumamente enormes, por el consumo adicional de gasolina; el sobresueldo del conductor y el exagerado tiempo que duraría el viaje por la desviación recomendada, lo que haría imposible vender el producto mexicano en óptimas condiciones de calidad y a un precio competitivo.
Parece que también desconocen que, al llegar a Agua Prieta, el problema se acrecentaría pues, en la aduana del lado mexicano, ni en el americano, existe infraestructura para tramitar los diversos tipos de carga y el volumen que eventualmente se generaría por la “recomendación”, lo que haría inútil y muy costosa la desviación que sugiere la Subsecretaria de Economía.
Conviene señalar que, a lo largo de toda la frontera mexicana, adicional a Laredo, los dos únicos puntos de cruce que cuentan con carreteras adecuadas para su acceso y para realizar trámites aduanales en gran volumen son Nogales y Tijuana, aún más lejanos a Laredo.
Además, habría que tomar en cuenta que, el destino de la mayor parte de las mercancías que se envían por Laredo va dirigida a la parte oriental de EEUU por lo que, después de cruzar la frontera por Agua Prieta, habría que considerar costos adicionales para llegar al mercado final de consumo, después de haber transitado 1,533 kilómetros y 18.43 horas hacia el Oeste, que tendrían que desandar hacia el Este.
Afortunadamente, el problema con Texas se ha solucionado, por el momento, a través de la intervención muy rápida y atinada del Gobernador de Nuevo León, el Lic. Samuel García Sepúlveda, seguida por el resto de los gobernadores mexicanos de los estados colindantes con Texas, quienes asumieron compromisos en relación con la vigilancia de la migración ilegal y el tráfico de drogas que, meramente, son problemas de jurisdicción federal, pero, que paradójicamente se solucionaron sin la intervención de los altísimos funcionarios del Gobierno Federal.
Conviene señalar que, el 11 de febrero pasado, también se presentó un problema de certificación de embarques de aguacate de Michoacán hacia Estados Unidos, por lo que se suspendió la exportación del producto durante una semana, generando pérdidas por más de 50 millones US en sólo 7 días.
Este problema se resolvió por la buena fe de las autoridades norteamericanas, quienes accedieron a reanudar las certificaciones de huertas, empacadoras y embarques ante la promesa de las autoridades mexicanas de proporcionar protección a los oficiales norteamericanos para el desarrollo de sus actividades de inspección y certificación.
Desgraciadamente, esta protección no cubre a los campesinos, obreros, empresarios, transportistas y demás mexicanos que forman parte de la planta productiva en la región, por lo que los problemas generados por los maestros de la CNTE con bloqueos de las vías de comunicación y por la delincuencia relacionados con el cobro de derecho de piso, asaltos, asesinatos, secuestros, quema de huertas etc., subsistirán en Michoacán, sin que haya visos de que en un futuro cercano se eliminen y que los agricultores, empacadores y exportadores michoacanos puedan ejercer sus actividades en una normalidad añorada profundamente.
Apuntes finales.
Ambos problemas, y las consecuencias económicas que generaron al país en sólo dos semanas, nuevamente nos deben poner en alerta sobre los problemas específicos que pueden afectar enormemente a nuestras exportaciones.
Hay que evitar pensar que estos problemas de fondo son fáciles de solucionar como lo plantean los altísimos funcionarios mexicanos, con una ligereza enorme consistente en un “simple” cambio de ruta que, en la realidad, resulta una odisea irrealizable.
La prueba más palpable de la ligereza con que se ha manejado la política de comercio exterior, así como la estrategia de promoción de las exportaciones y la inversión extranjera directa, es la reducida integración comercial y productiva que se ha alcanzado con Estados Unidos pues, nuestros teóricos y funcionarios del sector, no supieron aprovechar la calidad de socio estratégico que Canadá y Estados Unidos le concedieron a México por su “experiencia en la manufactura”, hace 30 años con la firma del TLCAN.
Se puede decir que, durante los 29 años más recientes, no hubo continuidad en las reformas que se realizaron a fines de los 80’s y principios de los 90’s, que permitieran mantener el alto nivel competitivo que se había alcanzado al entrar en vigor el TLCAN.
Esta situación se ha traducido en que, para poder exportar a nuestros socios, ahora del T-MEC, crecientemente se han venido importando bienes e insumos de otros orígenes para reexportar con reducido y decreciente valor agregado, debido a las enormes deficiencias que se propició en nuestro marco sistémico a partir de 1994, como resultado de la carencia de políticas públicas realistas y en el cual, figura como elemento fundamental, la infraestructura de todo tipo que señalo en este escrito, mismo incluye a las carreteras y las instalaciones aduanales hacia Estados Unidos, el principal mercado de exportación mexicana.
Finalmente, hay que señalar que durante los ocho días que las autoridades del estado de Texas revisaron más de cuatro mil 500 camiones de carga, luego de cruzar por la aduana de Ciudad Juárez a El Paso, Texas, no encontraron drogas o migrantes sin documentos, lo que habla de la correcta observancia de las reglas por parte de los empresarios mexicanos, entre otros elementos, por la aplicación estricta de los programas C-TPAT y OEA que se han adoptado en nuestro país.
Sin embargo, también es importante señalar que, durante el periodo de aplicación de la revisión exhaustiva, un total de 850 choferes fueron multados por falta de equipo como un extintor, otros recibieron advertencias y más de 300 amonestados verbalmente por traer alguna llanta un poco desinflada, direccionales en mal estado o fugas de aceite.
Abril 25 de 2022