Las ramificaciones de la derecha radical han llegado hasta México mediante el reciente encuentro-reunión, ¿Reconquista?, del presidente del ultraderechista partido español Vox con un grupo de senadores mexicanos his-panistas pertenecientes al PAN (Partido Acción Nacional).
Mucho se ha comentado recientemente en Mexico sobre esa reunión del presidente de Vox, Salvador Abascal, con un grupo de senadores Panistas que firmaron su Carta de Madrid: En Defensa de la Libertad y la Democracia en la Iberoesfera, un manifiesto anticomunista apoyado por diferentes líderes políticos y sociales en el mundo.
Lo que no se ha mencionado es la conexión de Steve Bannon, el peligroso ex asesor de Trump, con Vox. Bannon es el experto electoral que logró el triunfo de Trump en 2016. Como recompensa el Presidente Trump lo nombró Estratega en Jefe de su Administración. Sin embargo, por sus extremistas ideas políticas no se llevó bien con sus colegas ni con el círculo íntimo de Trump, y a los pocos meses fue separado del cargo.
Tras su despido de la Casa Blanca, Bannon se dedicó a crear un movimiento para conectar las derechas radicales populistas del mundo occidental, empezando por Europa. Pronto llegó a España y se reunió con Salvador Abascal, el presidente del Partido Vox.
Desde las elecciones de 2019 el Partido Vox, con Abascal al frente, sorprendió por el porcentaje de votos y posiciones que obtuvo. Y en este rápido triunfo de Vox, seguramente mucho ayudó la asesoría del gurú electoral Bannon que sabe combinar encuestas y datos en general para descubrir los deseos e inclinaciones de los posibles votantes e influir en sus preferencias mediante la propaganda personalizada.
Esas son dos áreas donde la colaboración entre el partido de Abascal y Bannon fue más estrecha: la metodología de la comunicación y la gestión de redes. Éstas fueron precisamente las dos armas principales que articularon la estrategia de Bannon durante la campaña de las presidenciales de 2016 en Estados Unidos. Y que Vox ha retomado en sus recientes campañas electorales para avanzar políticamente.
Y el acercamiento de Bannon con el equipo de Vox le valió al partido español de derecha radical no sólo un avance electoral significativo, sino poder darle un duro golpe al partido de izquierda Podemos, cuyo líder Pablo Iglesias -tras perder su elección en Madrid esta primavera- anunció su retiro de la política partidaria e institucional (era Vice Presidente en la coalición del gobierno socialista que encabeza Pedro Sánchez).
Esto es sólo un ejemplo de lo que las estrategias de comunicación de Bannon pueden lograr mediante el uso focalizado e intensivo de discursos extremos y beligerantes en las redes sociales digitales, pues funcionan y sirven para influenciar en el electorado y de ahí, a obtener posiciones de Poder.
Aún más, siguiendo el ejemplo de Bannon Vox ha creado «un vocabulario propio que reforma o deforma el significado de las palabras para, según convenga, calificar, ridiculizar o exaltar la realidad a la que aluden», entre las que, por dar algunos ejemplos, se encuentran PIN parental (herramienta para que los padres puedan vetar contenidos en las aulas), “feminismo supremacista”, Reconquista, dictadura progre, dictadura de género, lobby gay, etc.
La misma denominación del partido sencillamente como Vox, fácil de recordar y sin resonancias a etiquetas desprestigiadas como el Partido, ha sido lingüística y mercadotécnicamente pensada y diseñada.
Concretamente, al referirse a la “Iberoesfera”, en la Carta de Madrid se declara que “una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países. Todos ellos, bajo el paraguas del régimen cubano e iniciativas como el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder para imponer su agenda ideológica. La amenaza no se circunscribe exclusivamente a los países que sufren el yugo totalitario. El proyecto ideológico y criminal que está subyugando las libertades y derechos de las naciones tiene como objetivo introducirse en otros países y continentes con la finalidad de desestabilizar las democracias liberales y el Estado de Derecho”.
El lenguaje significa mucho en la política. Si uno sabe que el partido mexicano MORENA es parte del mencionado Foro de São Paulo, y el PRI y el PRD son formalmente parte de la Internacional Socialista, aunque en la práctica ninguno corresponda totalmente a esas etiquetas, queda claro contra quiénes están Vox y sus simpatizantes mexicanos.
Quizá por eso el PRI y el PRD no se dieron por aludidos, en cambio, la descalificación por MORENA fue inmediata. Sobre todo, por estar conscientes de que Bannon fue uno de los principales promotores de la construcción del nefasto Muro fronterizo entre Estados Unidos y México, afortunadamente inacabado desde que Biden ordenó suspenderlo en el primer día de su Administración.