¿Y por qué no?, Empresas y Comercio, Opinión

¿Y por qué no?/Disminución de aranceles, alzas en las tasas de interés y salidas de capitales ¿hacia dónde va la economía?/Vidal Ibarra puig

Por Vidal Ibarra Puig[1]

Estos últimos días supimos de dos noticias: la primera fue que el gobierno mexicano, acorde con la política neoliberal que ha practicado desde que tomó posesión, decidió eliminar los aranceles y permitir la libre entrada de productos, para así aumentar la oferta y, de acuerdo a  la ley de la oferta y la demanda, disminuir la inflación; medida idéntica que aplicaron los gobiernos neoliberales en la década de los 80s del siglo pasado (justamente cuando el actual presidente militaba en el PRI, que era el partido gobernante).

Recordemos que un arancel es un impuesto a la importación, y al aplicarse lo que hace es encarecer los productos importados, y se utilizan muchas veces estos aranceles para proteger a los productores nacionales ante las mercancías llegadas del extranjero, que pueden estar más baratas debido a subsidios en sus países de origen, entrando así con un precio más bajo y que desplaza entonces a la producción nacional.

Los productos contemplados en esta desgravación arancelaria, como también se le conoce, son: aceite de maíz, arroz, atún, carne de cerdo, carne de pollo, carne de res, cebolla, chile jalapeño, frijol, harina de maíz, harina de trigo, huevo, jabón de tocador, jitomate, leche, limón, maíz blanco, manzana, naranja, pan de caja, papa, pasta para sopa, sardina, sorgo, trigo y zanahoria. La duración de esta medida será de un año.

Pero no olvidemos que muchos de estos productos, el maíz, por ejemplo, son importados de Estados Unidos, donde tienen grandes subsidios, y en consecuencia también están subsidiados sus productos derivados. En otras palabras, productos más baratos, sí, pero que van a desplazar a los productores nacionales a los cuales el actual gobierno les quitó algunos de los apoyos que aún les quedaban (no olvidemos que actualmente, en México se consumen alrededor de 44 millones de toneladas de maíz, de las cuales solamente 28 millones se producen en el país y el resto son importadas. Ello implica que solo se produce el 63 por ciento de las necesidades de consumo, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomienda que un país produzca al menos el 75 por ciento de los alimentos).

Y fíjese usted: importaremos sin aranceles atún y sardina, como que si el país no pudiera producirlos; misma situación que la del maíz. De hecho, todos estos productos se pueden producir en México.

¿Qué está pasando entonces?

La otra noticia fue que la Junta de Gobierno del Banco de México, decidió incrementar en 50 puntos base (o sea medio punto porcentual) el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria, la TIIE, a un día a un nivel de 7.0%, con efectos a partir del 13 de mayo de 2022.

Este movimiento del Banxico responde a dos elementos: el primero es que piensan que la inflación se debe a un exceso de circulante y que, por lo tanto, este exceso de dinero en la economía se traduce en demanda que presiona al alza los precios, o sea que provoca la inflación. Esta situación no creemos que sea la que prevalezca actualmente en México (salvo productos muy esécíficos), sino que, como ya explicamos más arriba, es básicamente un problema de oferta, de falta de producción.

Y la otra razón, es que los EEUU incrementaron también su tasa de interés, y para evitar que se vayan los capitales del país, se aumentan las tasas aquí en México.

Pero la salida de capitales de nuestro país obedece no solo a la búsqueda de una rentabilidad, sino que responde también a que los inversionistas extranjeros le están perdiendo la confianza a las políticas económicas que instrumenta la actual administración, además del enrarecimiento del ambiente de negocios (más de 100,000 personas desparecidas en el actual gobierno), el no respeto al estado de derecho por parte del mismo gobierno, etcétera.

Las políticas instrumentadas en los tres últimos años ya están pasando su factura a la actual administración: al negarse a apoyar a las empresas y a las personas durante la pandemia, se disminuyó la producción y se redujo el mercado (recordemos que la caída en el Producto Interno Bruto durante 2020 fue de las más altas de toda América: – 8.2 por ciento de disminución), y la disminución de apoyos al campo llevó a que la producción cayera, a tal grado que México se ha convertido en el principal importador de maíz en el mundo, según comenta el señor Luis Fernando Haro, director del Consejo Nacional Agropecuario.

¿Qué es lo que habría que hacer entonces?

Incrementar la oferta de todos los productos que se puedan producir internamente.

Reinstaurar inmediatamente los apoyos a todo el sector agropecuario, sobre todo al campo, especialmente al maíz y el frijol. Estos apoyos deben de ser financieros, de seguros, de fertilizantes, de semillas y de capacitación en todo el sector agropecuario.

En el sector industrial, utilizar a la banca de desarrollo para que, con créditos preferenciales, puedan expandir sus plantas productivas y así aumentar la producción de diversos tipos de bienes y servicios, lo cual ayudaría al mismo tiempo a incrementar los niveles ocupacionales del país.

¿De dónde podría salir este dinero?

Pues ya estamos viendo que las grandes obras de infraestructura que se plantearon como estandarte de la actual administración, están saliendo mucho más caras de lo originalmente planeado, además de que están siendo ecológicamente desastrosas y poco funcionales. Tal vez sea necesario replantearse si es que de verdad son necesarias pare el país dichas obras. Recordemos que, desde su inicio, se plantearon muy serias dudas sobre su viabilidad e incluso real necesidad de algunas de ellas, tal como el caso del AIFA o de la refinería de Dos Bocas. ¿Por qué no se dedica ese dinero mejor para el desarrollo del país, en lugar de insistir en “querer dejar huella”?

Es de sabios rectificar. Aún se está a tiempo.

Cuiden su salud, cuiden su dinero, pues puede haber grandes sorpresas si se frena el flujo de remesas hacia el país, que son hasta ahorita la salvación de México (y de la actual administración). Usen cubrebocas, por favor.


[1] Profesor en el Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco, viip@azc.uam.mx