Por Javier Ortiz de Montellano 

Diablo: Hola, Simplicio, te ves medio raro…

Simplicio: Ay, Maldito Demonio malas ondas, ya vienes a darme cultivo yucateco, ¿cómo que medio raro? 

Diablo: Sí, se te nota algo de desasosiego, como medio agobiado.

Simplicio: Es por el calor agobiante, ¡por tu culpa!

Diablo:¿Y Yo Por Qué?

Simplicio: ¿Y de quién es la culpa sino tuya? No le vas a echar la culpa al calentamiento global…como si tú no lo provocaras.

Diablo: Pues a mí me viene como anillo al dedo este calorcito, no sé por qué haces tanto escándalo.

Simplicio: ¿Cómo que por qué? Porque tus demonios andan más sueltos que nunca y no puede ser sino tu culpa.

Diablo: Tu injuria no me ofende; tu calumnia no me llega. Me han insultado y me han calumniado desde el principio de este sexenio y desde el principio del mundo me culpan de todo. Así es que botellita de jerez…todo lo que me digas será al revés.

Simplicio: ¡Y con razón! ¿Quién más puede organizar esta creciente ola de crímenes  sino tú?

Diablo: Los humanos…demasiado humanos.

Simplicio: Dirás los inhumanos…

Diablo: Chairos, fifíes, de izquierdas, de derechas, narcos, gangsters con sotana, políticos de todos colores, economistas, poetas, periodistas, profesores, de todo tengo allá abajo, porque en mi inframundo hay verdadera Democracia y después de muertos, todos son iguales y tratados sin contemplaciones. Es más, están muchos conocidos tuyos por allá esperándote…

Simplicio: Mentira, media verdad, porque no todos van al infierno…

Diablo: Bueno, uno que otro se va en sentido contrario…

Simplicio: Pues yo voy camino de una sesión espiritista para conversar con un viejo amigo que acaba de fallecer y del que no me pude despedir.

Diablo: ¿Viejo amigo o amigo viejo?

Simplicio: Las dos cosas.

Diablo: Si está conmigo, te puedo llevar a verlo.

Simplicio: No, gracias. Además, no creo que lo tengas, era mi Maestro, una buena persona.

Diablo: Mi Infierno está lleno de “buenas personas”, jajajajajajaja

Simplicio: Me refiero a que en vida era un espíritu ilustrado, fue profesor de Colosio y quiero contactarme con él para que me oriente sobre algunas soluciones a los tremendos problemas actuales de  México.

Diablo: Ay, Simplicio, creo que con tu reciente inclinación espiritista ya te pegó el virus del SAURINISMO y te quieres meter de lleno a la política mexicana, siguiendo los pasos del gran Francisco I. Madero. 

Simplicio: ¿Que es eso de Saurinismo?

Diablo: El término deriva de “zahorí”, que en árabe significa adivino y se trataría de una tendencia de videncia medio chamánica. Aunque Sergio González Rodríguez, el destacado periodista mexicano fallecido en 2017, hablaba de los primeros centros espíritas para 1857 en la capital de México, el historiador Antonio Saborit, nacido en Torreón, habla de Guadalajara como la cuna espiritista. Pero José Natividad Rosales, famoso periodista de la revista Siempre nacido en Parras, lleva el origen del espiritismo mexicano precisamente a Coahuila, la tierra natal de Madero, quizá la figura espírita más notable de la existencia oficial en México. Vincula el surgimiento del espiritismo con el “Saurinismo”, al cual define como “una actitud cósmica norteña, de la cual se deriva el espiritismo nacional”. 

Simplicio: ¿Así que Madero era espiritista?

Diablo: Y también Plutarco Elías Calles, y muchos otros políticos mexicanos hacían sesiones para recibir consejos de espíritus convocados a través de un médium. Fue famosa la Finca del Lago también conocida como Quinta Santa Inés que pertenecía a Calles y donde al regresar de su exilio asistía a sesiones espiritistas presididas por el Padre Carlos Heredia. Esa Quinta pasó a ser de Luis Morones, amigo de Calles y antiguo líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros Mexicanos, que también asistía. Curiosamente la Quinta de Tlalpan, un paradisíaco lugar -con lago incluido- fue después utilizada para ser la sede de la Escuela Apostólica de ‘Quinta Pacelli’, creada con oscuros fondos extraídos de ingenuas viudas ricas por el incalificable Padre Marcial Maciel para sus “retiros espirituales” con los jóvenes novicios de los que abusaba, y por eso lo tengo allá abajo refundido en el infierno.

Simplicio: Vaya, Tú sí que te sabes todos los chismes espiritistas.

Diablo: Y aún hay más: Gutierre Tibón, un destacado sabio, filólogo, antropólogo e historiador, cuando se enteró en 1942 de unas extrañas reuniones que se llevaban a cabo en la Quinta Santa Inés por Tlalpan, narra en su libro Ventana al mundo invisible, que reseña admirablemente el multifacético y brillante académico comunicador Pablo Cabañas Díaz, sobre las actas de las sesiones espiritistas que sucedieron en ese lugar, en donde participaban, entre otros personajes, Plutarco Elías Calles como ya te dije y además poetas como José Juan Tablada y Jaime Torres Bodet. Se dice que en esa casa se “aparecían fantasmas con toda la apariencia de la vida”, que se colaban a través de muros macizos y puertas cerradas.

Simplicio: ¿Cómo es que el general Calles llegó ahí? 

Diablo: Gutierre Tibón recuerda que en el otoño de 1941 había leído en la revista Newsweek un artículo sobre personajes olvidados. Se hacía referencia a Plutarco Elías Calles. Se comentaba que a raíz de su regreso a México, después de un largo exilio en Estados Unidos al ser expulsado por Lázaro Cárdenas, Calles se estaba convirtiendo al catolicismo por intermediación del sacerdote jesuita Carlos María de Heredia. El texto destacaba que Heredia era reconocido internacionalmente por la controversia que sostuvo con Sir Arthur Conan Doyle en torno al espiritismo. El creador de Sherlock Holmes defendía la posibilidad de esa experiencia, pero Heredia le había demostrado irrebatiblemente que se trataba de un conjunto de trucos y alucinaciones. Pasaron unas semanas y Gutierre Tibón se encontró con Calles en casa de un amigo. Aprovechó la oportunidad para preguntarle sobre la noticia del Newsweek. ¿Era verdad? Calles pareció divertido. Le dio una palmada cordial en el hombro y le dijo: “Confidencialmente, amigo, muy confidencialmente, le digo que hay que invertir los términos. Soy yo quien estoy convirtiendo al padre Heredia”.

Simplicio: Entonces, ¿necesito un médium para comunicarme con mi Maestro y con Colosio?

Diablo: También le llaman Padrino (o Madrina), aunque eso ya no se usa tanto porque suena a mafia…

Simplicio: Mmm, ¿no me podrás recomendar a alguien?

Diablo: No me pidas eso, va contra mis principios, yo soy Ocultista, no espiritista, mis médiums son brujos y brujas, nada que ver con comunicación con muertos. Para mí no hay mejores muertos que los muertos que tengo allá abajo, y uno de los castigos es que no se pueden comunicar con los vivos.

Simplicio: Bueno, voy a buscar a ver si en el Norte del país queda algo del Saurinismo, y alguien me pone en contacto con Colosio…

Diablo: ¿Con el padre o con el hijo?

Simplicio: Cualquiera de los dos, seguro que tendrán buenas soluciones para resolver los grandes problemas actuales de nuestro país.

Diablo: De tu país, porque yo soy cosmopolita.

Simplicio: ¡Maldito Demonio Traidor! El apellido Colosio es sinónimo de Patriota…

Diablo: Ya destapaste la corcholata, mi Simply. ¿Vas a volar a Monterrey usando el aeropuerto Felipe Ángeles, el general espiritista, fiel seguidor de Madero?

Simplicio: Me canso Ganso