***Max Correa Hernández, diputado de Morena, aseguró que cada vez son más violentos los fenómenos meteorológicos como huracanes y lluvias atípicas; en el caso de la Sierra de Guadalupe, resaltó la necesidad de que se ponga en operación el presupuesto etiquetado y el fideicomiso, conformado por municipios y gobierno estatal, para el cuidado de la esa zona montañosa
Tlalnepantla, a 7 de julio del 2024.- Ante los fenómenos meteorológicos como los huracanes, que durante los últimos años se fortalecen más rápido a consecuencia del cambio climático, y las cada vez más frecuentes y peligrosas lluvias atípicas, el diputado Max Correa Hernández advirtió de la necesidad de retomar la agenda legislativa que reconoce los Derechos de la Naturaleza.
Afirmó que reconocer los Derechos de la Naturaleza en nuestra Constitución permite buscar la regeneración de los ecosistemas, respetar los derechos de la biodiversidad y acceder a una serie de instrumentos legales como el Sistema Múltiple de Alertas Tempranas y Emergencias.
Este sistema, resaltó el Presidente de la Comisión de Asuntos Metropolitanos del Congreso mexiquense, “es como el que promovimos en el Código Administrativo del Estado de México para que la entidad contara con un alertamiento para sismos y lluvias atípicas que afectan a buena parte a delegaciones y municipios que se ubican en el contorno de la Sierra de Guadalupe”.
Agregó que en el caso de la Sierra de Guadalupe, es importante que se ponga en operación el presupuesto etiquetado y el fideicomiso conformado entre los Ayuntamientos y el gobierno estatal para el cuidado de la esa zona montañosa, que desde hace varias décadas sufre devastación ecológica por la acción humana, y ahora también por el cambio climática.
Tras apuntar la importancia de reconstruir en la Sierra de Guadalupe el sistema de represas de gavión, las cuales contienen y aminoran la fuerza con las que bajan las aguas broncas hacia zonas urbanas, el activista ambiental consideró que surge la necesidad de hacer una nueva gestión del agua con la participación de la ciudadanía a través de los Consejos de Cuenca, las Contralorías Sociales y la concurrencia de los tres niveles de gobierno.
“Este ejercicio de participación ciudadana habrá de traducirse también en la gestión para la disminución de riesgos de desastre, y esto es fundamental toda vez que debemos recordar que los desastres no son naturales sino que se construyen con las acciones de omisiones de la sociedad y de los gobiernos.
“Por ello, aplaudimos y reconocemos las medidas que los tres niveles de gobierno adoptaron para enfrentar el huracán Beryl, que azotó la Península de Yucatán tras retomar fuerza en el Golfo de México y volver a entrar a el continente en nuestro país”, finalizó.