***Las oportunidades de empleo e ingresos que han tenido en Estados Unidos los migrantes mexicanos “han posibilitado que más de la mitad de los hogares de ese grupo poblacional sean propietarios de la vivienda que habitan”, y el aumento de valor de su patrimonio, incentivo para el envío de remesas: Cemla
Valle de México, a 22 de octubre del 2023.- Alrededor de 89.9 por ciento de los envíos de remesas por parte de trabajadores migramos radicados en el exterior, principalmente en los Estados Unidos, son utilizados para la manutención de sus familias y sólo 22.4 por ciento a educación y 0.3 por ciento para el establecimiento de un negocio propio.
El Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla) dio a conocer lo anterior en su nota de remesas del mes de octubre, donde destacó el hecho de que del 2018 al 2022, en Estados Unidos “el valor de las viviendas propias de los hogares de inmigrantes mexicanos se incrementó en 240 mil millones de dólares. Ese incremento de 240 mil millones de dólares en el valor de ese patrimonio del grupo migratorio mexicano pudo haber generado un “efecto riqueza” que, a su vez, incentivó el envío de remesas a México, contribuyendo al dinamismo de tales transferencias”.
El flojo de divisas extranjeras tuvo en agosto pasado su sexto mes consecutivo del año por encima de los 5 mil millones (5 mil 563 millones 274 mil 291 dólares), y el acumulado en los últimos doce meses alcanzó 62 mil 028 millones de dólares, con un incremento a anual de 8.6 por ciento, resultado de avances de 5.2 por ciento en el número de envíos y de 3.2 por ciento en el valor de la remesa promedio.
La nota del Cemla, elaborada por Jesús A. Cervantes González, director de Estadísticas Económicas y Coordinador del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe de ese centro, apoyado por Denisse Jiménez, remarcó que la emigración mexicana hacia Estados Unidos “es fundamentalmente de carácter económico-laboral y se origina por hombres y mujeres que dejan el país en busca de mejores oportunidades de empleo y de ingresos que les permitan alcanzar un nivel de vida más elevado y en su caso apoyar a sus familiares en México mediante el envío de remesas”.
Refirió que conforme a los resultados de encuestas realizadas entre migrantes de diez naciones de América Latina y el Caribe, el principal uso de las remesas enviadas por los migrantes es para cubrir los gastos de manutención de los familiares que las reciben, seguidos por los de salud y de educación.
“Las respuestas de los migrantes muestran que las remesas se destinan a varios propósitos y en algunos grupos migratorios, incluyendo el mexicano, también contribuyen a pagar inmuebles del emigrante en su país de origen o de familiares y en un número reducido de casos apoyan a negocios familiares”, resaltó el estudio.
Enseguida destacó un factor “prácticamente desconocido de la economía de la emigración y las remesas”, consistente “en identificar si los emigrantes poseen activos en el exterior y, en particular, si son propietarios de la vivienda que habitan”, exponiendo que “en el caso de la emigración mexicana, las oportunidades de empleo y de ingresos que en su conjunto han logrado tales migrantes les han posibilitado no solo a apoyar a sus familiares en México con remesas, sino también a acumular patrimonio mediante la adquisición de bienes inmuebles en Estados Unidos”.
En el análisis, con información de la American Community Survey, “que es una encuesta que recoge la Oficina de Censos de Estados Unidos y que se recaba cada año en aproximadamente 3 millones de hogares”, se difundieron los siguientes datos:
En la nota se recordó que la crisis de las hipotecas Subprime que tuvo su epicentro en Estados Unidos en 2008-2009, “generó una disminución por varios años de los precios de los bienes inmuebles. De 2007 a 2012, la mediana del valor de las viviendas propias de la población mexicana inmigrante se redujo, lo que implicó una fuerte pérdida de riqueza del grupo migratorio mexicano. A partir de 2013, el valor de las referidas viviendas inició una recuperación y en 2022 la mediana de su valor se situó en 250,800 dólares”.
“Si se considera a la mediana del valor de la vivienda propia como un indicador del precio medio de las viviendas resulta que en 2022 el valor total de las viviendas propiedad de los hogares de inmigrantes mexicanos alcanzó 607,029 millones de dólares, cifra equivalente ese año a 41.4 puntos porcentuales del PIB de México”, resaltó el documento.
Agregó que “el incremento en los últimos años en Estados Unidos en el porcentaje de hogares de inmigrantes mexicanos que son propietarios de su vivienda refleja la mejoría económica que ha alcanzado dicho grupo migratorio”.
“Tal mejoría ha sido documentada por el CEMLA (Véase: Jesús Cervantes G. y Denisse Jiménez; Nota de Remesas 10; “Debilidad del Flujo Migratorio Mexicano Hacia Estados Unidos”, Octubre de 2023) y comprende al significativo incremento que ha presentado el ingreso total de ese grupo migratorio; los aumentos de las remuneraciones medias medidas en dólares constantes tanto de los trabajadores mexicanos inmigrantes de género masculino como femenino y la clara reducción que ha presentado el porcentaje de dicha población en condiciones de pobreza”, expuso.
“El ingreso total de la población inmigrante mexicana registró un “valle” o un nivel mínimo en 2010, al descender a 192 mil millones de dólares, pero luego comenzó a recuperarse de manera que en 2022 alcanzó 337 mil millones de dólares. Ese año el ingreso total de la población de origen mexicano (nativos de origen mexicano e inmigrantes) ascendió a 925 mil millones de dólares. Asimismo, en ese periodo la población mexicana inmigrante en condiciones de pobreza se redujo. De hecho, dicho porcentaje alcanzó un “pico” o un máximo en 2011 con 28.9% y gradualmente se redujo a 16.3 por ciento en 2022”, refirió el reporte.
Así, subrayó que “la mejoría de la situación económica de la población mexicana inmigrante contribuyó a que aumentara el porcentaje de hogares que son propietarios de su vivienda. En 2013, dicho porcentaje de hogares propietarios de su vivienda resultó de 44.6 por ciento, pero comenzó a incrementarse hasta alcanzar el referido 53.7 por ciento en 2022”.
Entre otros determinantes en Estados Unidos de la propiedad de vivienda de los hogares con población migrante de origen mexicanos, el Cemlna remarcó que “hay una relación positiva entre el porcentaje de viviendas propias en los 21 grupos migratorios considerados y el porcentaje de inmigrantes en dichos grupos que residían en Estados Unidos desde antes del año 2000. Dicha relación positiva también se observa con el porcentaje de inmigrantes con ciudadanía”.
“Generalmente la ciudadanía se adquiere con el tiempo y en ese periodo se efectúa un proceso de acumulación de recursos para adquirir una vivienda. Además, la ciudadanía del inmigrante aumenta la posibilidad de contraer un crédito hipotecario”, observó, y expuso que el porcentaje de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos con ciudadanía ha aumentado en los últimos años. Dicho porcentaje se elevó de 21.8 por ciento en 2007, a 26.5 por ciento en 2014 y a 35.2 por ciento en 2022.
“En el caso de los hombres el correspondiente porcentaje resultó de 20.1 por ciento en 2007, ascendió a 25.2 por ciento en 2014 y a 33.3 por ciento en 2022, mientras que en las mujeres se incrementó de 24.1 por ciento en 2007 a 28 por ciento en 2014 y a 37.3 por ciento en 2022.
“Por su parte, la antigüedad de residir en Estados Unidos favorece el conocimiento del inmigrante sobre la oferta en el mercado hipotecario y también facilita un proceso de acumulación de recursos. Asimismo, fortalece la confianza del acreedor en el receptor del financiamiento hipotecario. La antigüedad promedio en Estados Unidos de residencia del grupo migratorio mexicano ha ido aumentando ante la ausencia de un flujo migratorio neto positivo”, anotó el reporte.
Y destacó que “además, se observa que el porcentaje de viviendas propias en los 21 grupos migratorios de origen latinoamericano aumenta conforme son mayores sus indicadores de escolaridad. Hay que reconocer que la escolaridad esta correlacionada con el ingreso obtenido por los trabajadores”.
En sus comentarios finales, los autores refirieron que “la emigración mexicana hacia Estados Unidos y las oportunidades de empleo e ingresos que han tenido en ese país tales migrantes han posibilitado que más de la mitad de los hogares de ese grupo poblacional sean propietarios de la vivienda que habitan”.
“Si se considera a la mediana del valor de la vivienda propia como un indicador del precio medio de las viviendas resulta que en 2022 el valor total de las viviendas propiedad de los hogares de inmigrantes mexicanos alcanzó 607,029 millones de dólares, cifra equivalente ese año a 41.4 puntos porcentuales del PIB de México. Ese año, el valor total de las viviendas propiedad de la población total de origen mexicano (inmigrantes mas nativos de origen mexicano) resultó de 1,567,608 millones de dólares, monto que superó al PIB de México”.
“Durante los últimos años en Estados Unidos el valor total de las viviendas propiedad del grupo migratorio mexicano se incrementó como reflejo del aumento en el número de hogares propietarios de su vivienda, así como por la apreciación de los precios de las viviendas.
Así, dicho valor pasó de 366,121 millones de dólares en 2018 a los mencionados 607,029 millones en 2022. Ese incremento de 240 mil millones de dólares en el valor de ese patrimonio del grupo migratorio mexicano pudo haber generado un “efecto riqueza” que, a su vez, incentivó el envío de remesas a México, contribuyendo al dinamismo de tales transferencias”.