Especiales, Opinión

Comentarios sobre las conclusiones del XXVII Congreso del Comercio Exterior Mexicano/Arnulfo R. Gómez

Comercio Exterior

Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Internacional)

Durante los días 25 y 26 de noviembre se celebró el Congreso Mexicano de Comercio Exterior, organizado por el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior. Inversión y Tecnología, (COMCE), bajo la Presidencia del Licenciado Valentín Díez Morodo.

Esta fue su Vigésimo Séptima Edición, misma que se ha vuelto una tradición anual que, sólo en el año 2020, no se verificó debido a los problemas generados por la pandemia que ha asolado a la comunidad mundial. 

A continuación, me permito incluir comentarios sobre las ideas, inquietudes y obstáculos que externaron los empresarios en relación con la evolución de nuestro comercio exterior, fuertemente condicionado por un marco sistémico deficiente que genera reducida competitividad, por la estructura de la planta productiva nacional y de las exportaciones basada en creciente importación de insumos para reexportar a través del esquema IMMEX, lo que se traduce en reducido valor agregado en nuestras ventas al exterior.

Comentarios: 

El comercio exterior de México es una actividad prioritaria de la economía mexicana, sin embargo, ha registrado enormes fluctuaciones e importante reducción en el valor de contenido nacional en los años más recientes por lo que, durante los dos días señalados, el Congreso del Comercio Exterior Mexicano, se convirtió en un centro de análisis, de discusión y de aportación de ideas y propuestas para eliminar obstáculos y lograr su desarrollo con una base sólida, estable y dinámica, 

El número de participantes en el XXVII Congreso, alcanzó un récord que incluyó a exportadores, empresarios, cuerpo diplomático acreditado en México, las representaciones diplomáticas y consulares mexicanas en el extranjero, investigadores y catedráticos de universidades nacionales y del exterior etc., que contribuyeron con sus comentarios e ideas al enriquecimiento del evento y, ojalá, de un futuro mejor del comercio exterior mexicano.

Como se señaló en las conclusiones, los empresarios han tomado una serie de  medidas que han contribuido a atenuar los problemas que sigue generando la pandemia, sin embargo, los participantes hicieron hincapié en la ausencia de ayuda e incentivos por parte de Gobierno, para solucionar sus problemas económicos, los problemas estructurales que presenta la economía mexicana y su comercio exterior, mismos que inciden de una manera muy negativa en el marco sistémico de nuestro país y que son consecuencia de la ausencia de políticas públicas idóneas y peormente aplicadas, que distorsionan, perjudican e impiden el desarrollo adecuado de las actividades productivas del país. 

Esto ha generado un enorme incremento en los precios de los insumos y bienes producidos en nuestro país, por eso, la enorme caída de México en la competitividad, en la creación de empleos y en la generación de riqueza en los años más recientes.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señaló la caída de la competitividad de México de la 30ª a la 37ª posición, en el periodo 2005/2021, en tanto que el Foro Económico Mundial (WEF) manifiesta una evolución negativa de la competitividad del 34º al 49º en el periodo 1999/2020, situación que ha hecho caer la economía mexicana del 8º al 16º lugar, y del PIB Per Cápita del 44º al 76º en el periodo 2000/2020.

Todo esto, como consecuencia de la pésima calidad de las instituciones públicas y de sus funcionarios que, por su bajo nivel, son incapaces de diseñar estrategias, con políticas públicas realistas que se traduzcan en beneficios económicos para el país.

En este sentido, quiero señalar que algunos teóricos dogmáticos que “han dirigido” la política de comercio exterior de México hablaron “de las bondades y del positivo resultado de firmar 54 TLC’s y 33 APPRIS” mismos que, en términos generales han estado en pleno vigor durante el periodo 2000/2021, sin embargo, en este periodo se presentan regresiones en todas las variables económicas de nuestro país

Lo más sorprendente e incomprensible es que, esos teóricos del comercio exterior siguen recomendando la firma de TLC´s adicionales y el incremento de estados asociados a los tratados ya existentes.

Dicha situación ha sido agravada por una apertura comercial, basada en una unilateral desgravación arancelaria que sólo ha generado una competencia desleal a la planta productiva nacional, con resultados verdaderamente negativos. Por eso el creciente déficit de México con países con los que ha firmado un TLC y, aun, con los que no tiene acuerdo alguno.

Asimismo, se cuestionó la reducida participación de las PYME´s mexicanas en el proceso exportador, señalando que solo el 5% de los envíos al exterior es realizado por este tipo de empresas. 

Esto, como resultado de que la mayor parte de la exportación mexicana es realizada por importantes empresas pertenecientes a la Gran Industria, mayormente, compañías transnacionales que realizan operaciones intrafirma muy exitosas, utilizando a nuestro país como un centro de costos a través de operaciones IMMEX, en las que la importación temporal de insumos es la base de su operación para  reexportar con reducido valor agregado; así como algunas empresas nacionales que, a base de inteligencia y productividad, han logrado superar los numerosos obstáculos que presenta el cada día más deficiente marco sistémico mexicano creado por teorías dogmáticas y enorme burocratismo.

En esencia, el reducido dinamismo de nuestras exportaciones y su valor agregado no es resultado del diseño de un plan de desarrollo y una estrategia mexicana bien definidos, con programas y políticas públicas realistas, sino que es consecuencia de la importante presencia de empresas extranjeras en nuestro territorio; así como de algunos estoicos empresarios mexicanos muy productivos, que muestran enorme fortaleza ante las dificultades que presenta un marco sistémico muy deficiente, la pésima gestión de la administración pública mexicana, la incapacidad total del Gobierno para combatir al crimen organizado, así como para evitar que los “grupos de maestros” ataquen a las vías de comunicación ya que, en este año, bloquearon durante112 días las vías del ferrocarril, únicamente, en Michoacán.

Por lo que se refiere a la inversión extranjera directa, la situación se presenta mucho peor pues, aunque se mantiene un nivel promedio de flujos hacia México de 30,000 millones US anuales, en la realidad, la IED hacia México es decreciente pues nuestra participación en la captación de flujos se ha reducido de una manera drástica ya que, del 4.8% que captamos en el año 1994, primer año de vigencia del TLCAN en que fuimos el 4º destino preferido de la IED mundial, en el año 2020 el porcentaje fue de 2.9% y caímos hasta el 10º lugar.

Esto, como consecuencia de que los flujos mundiales crecieron 290%, en tanto que hacia México solo hicieron en 164%, con el agravante de que la mayor parte de la IED registrada en nuestro país fue de operaciones de compra de activos, reinversión de utilidades y sólo un reducido porcentaje fue de Nuevas Inversiones. 

Y si este terrible deterioro no me gustó, mucho menos lo ha hecho la comparación de este  periodo que esos altísimos funcionarios llaman de auge, y que va de 1994 a 2020 pues, a pesar de que nos señalan que los TLC’s firmados con 54 países y los 33 APPRIs para promover la IED han sido muy exitosos pues, captamos el 2.12% del total mundial, la realidad es otra pues los datos nos dicen que, de 1980 a 1993, nos fue mejor sin firmar tantos TLC´s, sin tantos APPRIs y sin realizar  una alocada desgravación unilateral al captar un porcentaje mayor equivalente al 2.37% de la IED Mundial. 

Parte importante de estos retrocesos es generada, repito, por el marco sistémico deficiente que ha creado la burocracia mexicana, debiendo señalar que, cíclicamente, al inicio de los sexenios  se presenta un incremento en el monto de flujos que se captan porque los mexicanos y los inversionistas extranjeros renuevan sus esperanzas los funcionarios, pero conforme avanza el periodo y se van conociendo las reducidas capacidades de sus funcionarios, al final de dichos periodos, prácticamente sin excepción, los montos de inversión se reducen drásticamente.   

En 2019, primer de la 4ª Transformación, desgraciadamente es la primera excepción pues, caímos hasta el 16º lugar con 32,921 millones US y, para el 2020, aunque escalamos hasta el 10º lugar, el monto de IED que recibimos fue de 29,079 millones US, muy lejos del primer año de la gestión de Enrique Peña Nieto en que el monto fue de 48,054 millones US; y muy abajo del 4º lugar que se logró en el último año de Carlos Salinas de Gortari y del 5º lugar del primer año de Vicente Fox.

Sin duda alguna, la confianza es determinante en el monto de estos flujos y, los dos primeros años de la 4ª Transformación, son una muestra de la enorme desconfianza que han generado las ideas, las acciones y, sobre todo, la propuesta de Reforma Energética con la eliminación de energías limpias, que no sólo van a ser más caras y contaminantes, sino que muchos de nuestros productos de exportación se verán bloqueados en los mercados de destino porque su producción, de acuerdo con las reglas de origen, deberán cumplir con requisitos muy precisos y estrictos en relación con el uso de energías limpias para su producción, como es el caso de la industria automotriz, principal rubro de exportación mexicana a Canadá, a EEUU y al mundo

Adicional y paradójicamente, ayer, el Presidente AMLO hizo el anuncio de la legalización de los “autos chocolate”, lo que causa un perjuicio adicional enorme al mercado mexicano de la industria automotriz que ha sufrido las consecuencias de la pandemia, que también va a causar enorme daño ecológico pues los automóviles que se importan son chatarra con sistemas de operación totalmente rebasados y que consumen mayor combustible, que causan enorme daño a las carreteras y tienen mayor incidencia de accidentes por su mal estado y su antigüedad, además de que son vehículos que difícilmente encontrarán repuestos automotrices en el territorio mexicano por lo que su mantenimiento será más difícil, costoso y deficiente. 

Apuntes finales 

México, como muchos países, decidió utilizar como palanca de su desarrollo al comercio exterior. 

A continuación, presentó un cuadro sobre la evolución de las principales variables económicas de México durante el periodo 1993/2021, mismo en el que, prácticamente, han estado en vigor los TLC’s firmados con 54 países y los APPRI’s con 33 países que, en esencia, nos dicen que mucho anda mal en nuestro país pues los resultados son negativos, mismos que he marcado en amarillo.

Los problemas señalados por numerosos empresarios y exportadores mexicanos no dejan lugar a dudas de que, mucho habrá que trabajar para mejorar la competitividad del marco sistémico y definir una estrategia que permita mejorar la situación de nuestro comercio exterior y el valor de contenido nacional, incluyendo una reestructuración del esquema de promoción de las exportaciones y la inversión extranjera directa.