¿Y por qué no?, Opinión

Comercio y desarrollo de América Latina y el Caribe de 1980 a 2020. Retrospectiva y el futuro en un mundo con Covid 19.[1]/Vidal Ibarra Puig

Comercio AL

Por Vidal I. Ibarra Puig

El fin del siglo XX fue difícil para América Latina y el Caribe, ALC. Las diversas crisis que comenzaron en el año de 1982 con la moratoria de México hacia la banca internacional, hicieron ver las debilidades de los diversos modelos de crecimiento, situación que se agravó por los altos montos de la deuda externa de los países de la región. Las posteriores crisis de los años 90 a nivel mundial, comenzando por la primera crisis del siglo XXI, la de México de 1994, evidenciaron que la fragilidad y la dependencia de la región, frente a los eventos internacionales, continuaba. En particular, el comercio exterior de los países de ALC continuaba dependiendo de las materias primas y de la volatilidad de los precios de estas últimas, lo que significaba constantes presiones sobre su balanza de pagos.

Es en este contexto que la discusión del crecimiento hacia afuera, toma una fuerte importancia en la región, y varios países comienzan procesos de apertura comercial y financiera para insertarse exitosamente en la globalización, destacando los casos de México, Argentina y Brasil. Chile fue otro ejemplo de esta apertura.

El siglo XXI parecía más prometedor. Los procesos de apertura comercial estuvieron acompañados de varios acuerdos de libre comercio, firmados especialmente con los EEUU, pero también ha habido diversas iniciativas hacia el Pacífico impulsadas por los distintos países, lo que nos hizo pensar también en una probable menor dependencia del coloso del norte y lograr, por fin, una diversificación exitosa de nuestros mercados, concretamente hacia China y el sudeste asiático. Pero una vez más la realidad nos despertó: la baja en la actividad económica de China en la segunda década de este siglo, nos sacudió además de que nos hizo ver que seguimos exportando lo mismo de hace décadas: materias primas. Finalmente, la irrupción del COVID-19 hace replantearse, desde otra perspectiva, el desarrollo de esta región.

Mientras el continente africano se enfila de hecho hacia un gran mercado común, el área latinoamericana sigue inmersa en infinitas discusiones acerca de la viabilidad, o no, de un área de libre comercio en toda América Latina. Cabe decir, en este tenor de ideas, que algunas subregiones han logrado uniones monetarias o económicas con más o menos éxito.

La problemática del desarrollo latinoamericana ha sido abordada, con muy buenos textos, por parte de la OCDE y de la CEPAL; pero no hay un enfoque independiente y crítico de las políticas económicas adoptadas en la región latinoamericana, lo cual hace necesario un texto como el presente.

De manera adicional, los escritos cumplen no solo con el rigor académico y profesional necesario, sino que contienen propuestas concretas acerca de las oportunidades de desarrollo y de negocios que existen en la región, considerando los impactos del Covid-19 ¿nos podemos imaginar por ejemplo un área del tamaño del mercado latinoamericano, sin perturbaciones del tipo de cambio, o minimizados estos efectos? ¿una región donde la infraestructura sea del primer mundo para el transporte de mercancías y viajeros, lo que elevaría el nivel del bienestar de nuestras poblaciones y abarataría los costos enormemente? ¿Está América latina preparada para una nueva pandemia? En este sentido, los textos son muy reflexivos.

Los anteriores son algunos de los elementos que justifican la elaboración del texto que nos ocupa. Participan en este esfuerzo editorial Fernando de Mateo, Pierre Salama, Carlos Braga, Lucino Gutiérrez, Elvira Buelna, Santiago Sandoval, Daniel D. Jaime, José Manuel Hernández, Daniel Romo, Ricardo Buzo, Christine Mcoy, y el que suscribe.


[1] Este texto es la Introducción al libro con dicho título, coordinado por el autor y publicado recientemente por la UAM Azcapotzalco. Al momento de estar en proceso de edición dicho libro, me enteré del fallecimiento de mi amigo y jefe por 12 años, Don Carlos Elías Rincón. Sirvan estas notas como un reconocimiento a todo lo que Don Carlos me enseñó como ser humano, como banquero y como profesional.