Por Arnulfo R. Gómez (Catedrático Comercio Exterior)
Ellos se ríen de mi porque soy diferente
Yo me río de ellos porque todos son igualitos
Anónimo
La Secretaría de Economía informó que, de acuerdo con cifras preliminares, en el año 2022, México captó flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) por un total de 35,292 millones de dólares, lo que representó un incremento de 12% interanual.
De la IED reportada, 48% corresponde a nuevas inversiones en México; 45% a las utilidades que no retornaron a su país de origen (reinversión de utilidades) y el restante 7% a préstamos y pagos entre compañías del mismo grupo corporativo (cuentas entre compañías).
La cifra alcanzada en 2022 se trató del tercer mayor monto de captación de IED por parte de México, superada en 2013 (48,400 millones de dólares) y 2015 (35,900 millones).
En los sectores y actividades en que los extranjeros pueden participar, la inversión extranjera debe estar inscrita en el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras (RNIE), administrado por la Dirección General de Inversión Extranjera (DGIE) de la Secretaría de Economía.
La IED registrada entre enero y diciembre de 2022 provino de 3,485 sociedades mexicanas con participación de capital extranjero, 5,739 contratos de fideicomisos y 24 personas morales extranjeras.
Los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía; de ahí su carácter preliminar y el que sufran actualizaciones en los trimestres sucesivos.
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México es un país que presenta decreciente generación de riqueza y, por tanto, reducido ahorro interno, situación que no le permite realizar inversiones para crear plantas productivas y empleos, por lo menos, en función del crecimiento de la población.
Por estas circunstancias, la Inversión Extranjera Directa resulta de vital importancia para nuestro país pues, generalmente, hay numerosas ventajas para los países receptores de la misma ya que:
- Complementa al ahorro interno y contribuye al crecimiento económico
- Impacta favorablemente la balanza de pagos, reforzando las reservas internacionales y el tipo de cambio
- Crea activos fortaleciendo a la planta productiva
- Incrementa la oferta de productos, crea mayor competencia al aumentar la eficiencia de las empresas, genera productos a precios competitivos y reduce la inflación
- Genera transferencia de tecnología en los procesos de administración y producción
- Proporciona canales de distribución en el país de origen y
- Genera empleos y ayuda a elevar el nivel de vida de la población
Por estas circunstancias, el 4º objetivo para firmar el TLCAN era promover la captación de mayores flujos de IED hacia México.
En el primer año de operación del TLCAN, parecía que ese objetivo se cumpliría con creces pues, en 1994, México tuvo el récord histórico de 4.16% de captación de los flujos de IED Mundial y se ubicó como 4º destino preferido de la IED, sin embargo, en los años posteriores, la decepción ha sido grande ya que, conforme ha pasado el tiempo, se podría decir que los montos de IED captada por México se han mantenido en un nivel constante al situarse en un promedio de alrededor de los 30,000 millones US anuales, pero, en la realidad, las situación ha sido bastante negativa pues, la proporción de los montos captados en relación con el total de flujos de la IED Mundial, ha caído más del 50%.
Así, podemos ver que el 4.16% que recibimos en 1994, se redujo a solo 1.98% en 2021, a pesar de que somos los vecinos de la principal fuente generadora de IED a nivel mundial, de que se firmó un TLC con Canadá y EEUU, de que han firmado 32 APPRIS y de que tenemos numerosas ventajas comparativas que ningún otro país puede equipar, principalmente, por la situación geográfica y el clima en relación con el mercado más grande del mundo que está constituido por nuestros del T-MEC.
A continuación, se presenta un cuadro con la evolución de los flujos de Inversión Extranjera Directa hacia México, para el periodo 1994 – 2021, en el que se corroboran los datos señalados.
Este decremento, en la proporción de IED captada, se refleja de una manera muy cruda en la posición que ocupamos en el mismo periodo pues, si en 1994 éramos el 4º destino preferido de la inversión extranjera a nivel mundial, para el 2020 caímos al 10º lugar, habiendo sido superados por Hong Kong, Singapur, India, Luxemburgo, Islas Vírgenes UK, Alemania e Irlanda.
El total de flujos percibidos por México en el periodo 1994 – 2020 es aún más deprimente pues, nos ubica en la 14ª posición al ser desplazados por Reino Unido, Hong Kong, Singapur, Alemania, Brasil, Canadá, Islas Vírgenes UK, Australia, España e Irlanda.
También conviene señalar que los objetivos de los inversionistas extranjeros, cuando se ubican en un país, incluyen el deseo de obtener ganancias al:
- Expandir el mercado externo para sus productos
- Obtener mayores ingresos de su tecnología
- De los procesos patentados
- De los equipos
- Del software
- De los métodos de administración
- De los conocimientos específicos del sector
- Así como establecer alianzas estratégicas y
- Utilizar los canales de comercialización ya existentes en el mercado de destino y en su propio país
En el caso de México, hay que señalar que repetidamente, los inversionistas extranjeros, al igual que todos los mexicanos, cada seis años renovamos nuestras esperanzas en lo que nos puede deparar un cambio de Administración y, por ello, en el primer año del periodo sexenal la situación mejora, pero, conforme avanza el periodo gubernamental, se va conociendo mejor a los funcionarios, sus deficiencias y sus grandes limitaciones, por lo que las esperanzas se pierden de tal manera que, cíclicamente se presenta una época de optimismo que, al final del periodo termina en una enorme decepción, lo que se puede ver gráficamente en el cuadro que se incluye a continuación.
Todo esto, como consecuencia de un marco sistémico que no genera mayor atractivo para las empresas extranjeras debido a la pésima calidad de las instituciones públicas y de sus funcionarios, que son incapaces de establecer un marco sistémico competitivo por lo que, producir en México, resulta más difícil y más caro que en otros países en que las empresas se pueden desarrollar dentro de un clima de negocios confortable.
Adicionalmente, la actitud mostrada por el Gobierno actual en relación con las empresas norteamericanas, españolas y canadienses, principalmente del sector energético, manifiesta un desprecio y una repulsión al estado de derecho al cambiar las normas prevalecientes en el momento en que esas empresas realizaron sus inversiones en nuestro territorio.
Apuntes finales.
Esta negativa actitud mostrada por el Gobierno Mexicano, con respecto al Estado de Derecho, adicional al marco sistémico poco favorable para la realización de las actividades de comercio y producción en nuestro país, han provocado que México se haya convertido en un destino poco atractivo para la inversión extranjera, a pesar de las enormes ventajas competitivas que poseemos.
Históricamente, dichas ventajas fueron reforzadas con la firma de un TLC trilateral con Canadá y EEUU, a través del cual logramos un acceso preferencial para nuestros productos a ambos mercados, así como un marco más favorable para promover la inversión extranjera y las alianzas estratégicas entre los tres países.
Adicionalmente, a partir del año 2012, se aprobaron 13 reforma estructurales que permitieron pensar que habría un mejor desarrollo para nuestro país, pero, la falta de una instrumentación lógica y su coherente implementación, han impedido el desarrollo que tanto deseamos en México.
Hoy, que nuevamente se presenta otra oportunidad a través del nearshoring, veo con enorme pesadumbre que, aunque hay oportunidades debido a la reestructuración que está registrando la producción mundial, el comercio internacional y la economía en general, no hay una estrategia nacional que permita aprovechar la ocasión en favor del desarrollo de México y la generación de mayor riqueza en nuestro territorio.
Al respecto, les sugiero consultar el análisis que podrán encontrar en el vínculo que incluyo a continuación.
Bajo esta perspectiva, el reto para los actuales funcionarios -encargados de la definición de la política de comercio exterior y la estrategia de promoción de las exportaciones y la inversión extranjera directa- es no ser peores que sus predecesores de los 28 años más recientes.