Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: Hola, Simplicio. Te ves muy feliz…pareces corcholata destapada.
Simplicio: Ay, canijo, Demonio, me asustaste, traes cara de pocos amigos, peor que de costumbre, si eso es posible porque no eres muy guapo que digamos.
Diablo: Condenado Simplicio, feliz infeliz, tú no eres la octava maravilla, ni que fueras el alegre destapado carnal Marcelo…
Simplicio: Bueno, Diablín, corcholatas e insultos aparte, platícame tus cuitas, ¿qué te trae mal encarado, si tienes a todo el mundo lleno de odio?
Diablo: Pues precisamente, ¿no te enteraste que la Organización de Naciones Unidas declaró el 20 de junio como el Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio? Aghhh…
Simplicio: Claro, si desde 2019 la ONU por fin aceptó mi propuesta de principios de milenio de combatir el odio y adoptar una política de la alegría, inspirada parcialmente en las ideas del filósofo catalán Pere Saborit. Pero corregidas por mí, pues él se refería en su libro de 2002 a unir la Política de la alegría a los valores de la Izquierda, pero yo propongo desde entonces también la alegría para la Derecha. Nada más que con las Guerras de los Bush y de Fox y Calderón contra Ya Sabes Quién, predomina el odio y no ha habido conciliación.
Diablo: Así que son jaladas tuyas eso de la política del amor, lo de abrazos no balazos, saludar a la mamá de los narcos en vez de mentarles la madre, y demás…
Simplicio: Bueno, no exageres, un saludo es como un vaso de agua, no se le niega a nadie”. Ya ves, a Obama hasta le dieron el Premio Nobel de la Paz…
Diablo: Lo que no le impidió cazar y borrar a Bin Laden de la faz de la Tierra y mandarlo al Infierno allá conmigo.
Simplicio: De donde nunca debió haber salido.
Diablo: No exageres, de dónde salió fue de su tierra Arabia Saudita, donde los gringos lo contrataron para combatir a los soviéticos que invadieron Afganistán.
Simplicio: Y ahora los rusos invadieron Ucrania y cómo extrañan a Bin Laden los americanos, aunque tienen a Selenski para pelear la guerra contra Rusia.
Diablo: No es igual, es similar, pero más caro…
Simplicio: A propósito, ¿ya sabes cómo define la ONU el discurso de odio?
Diablo: Ni idea.
Simplicio: Pues el discurso de odio, según ellos, es “cualquier tipo de comunicación verbal, escrita o conductual, que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio con referencia a una persona o grupo sobre la base de quiénes son, su religión o etnia”.
Diablo: ¿Y eso no va contra la Libertad de Expresión?
Simplicio: ¿Por qué? Esa definición admite que se pueden contraponer opiniones sobre algo o alguien, sin caer en el odio.
Diablo: ¿Y la Libertad de Expresión no abarca la libertad de insultar?
Simplicio: No creo…
Diablo: Pues eso me parece muy vago, no incluye nada específico sobre las discusiones políticas…distinguir amigos de enemigos.
Simplicio: Discutir no es pelear…
Diablo: Eso crees…
Simplicio: Diablo inculto, deberías leer el magnífico libro Homo offensus, Un ensayo sobre la disocialidad entre los seres humanos, de José Hernández Prado, UAM Azcapotzalco, 2021, para que dejes de fomentar el odio y aprendas a amar a los humanos.
Diablo: Pero si Yo los amo mucho, tanto que quiero tenerlos a todos conmigo allá en el Infierno por toda la eternidad, sin distinción de quiénes son, de su religión, su etnia, género, etc. Tú por delante…
Simplicio: Olvídalo. Paso. Como dice la canción: Ay! Amor ya no me quieras tanto, Ay, Diablín, olvídate de mí…
Diablo: No me canso Ganso, de esperarte, jajajajajajajaja