Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: Hola, mi Simply, ¿cómo estás? Te veo con cara de ¡What?
Simplicio: ¿Y cómo no? Me siento abrumado.
Diablo: ¿Abrumado? ¿Será por tanta buena noticia -desde temprano en la mañana-, que te encuentras en un estado de conmoción?
Simplicio: Ni la burla perdonas, maldito demonio. Estoy agobiado, exhausto, preocupado por todo y por todos…
Diablo: Pues, ¿qué te preocupa tanto? Si ya no tienes que estresarte ni perder el tiempo para transportarte al trabajo…vives como en tu propio palacio.
Simplicio: ¿Palacio? Querrás decir como era el Palacio Negro de Lecumberri, una lóbrega prisión que duró desde el Porfiriato hasta el Echeverriato…
Diablo: No exageres…
Simplicio: ¿Te parece poco tener que pasar por esta transformación, estar confinado, teletrabajando más horas que como era normal antes de la pandemia, y estar como enjaulado la mayor parte del tiempo, aunque sea con tus seres queridos? Es peor que el Panopticon del que hablaba el sabio Foucault, esa prisión circular inventada por el capitalismo mirón para espiar permanentemente
a los presos, o la sociedad del socialismo realmente existente de vigilancia social -oficial, vecinal. Y hasta familiar-construida por los comunistas soviéticos hasta que ese “mundo feliz, felizmente se auto destruyó. Ahora , se combina el confinamiento familiar directo a lo Panopticon, con la tecnología de espionaje realmente existente en lo que podemos denominar Capitalismo de Auto Vigilancia mediante la auto exhibición de nuestra información en redes sociales, los selfies y aportando voluntariamente los secretos que a los regímenes capitalistas y socialistas les costaba trabajo extraer mediante arduos interrogatorios o terrible tortura.
Diablo: Vamos, no es para tanto, Simplicio, sólo padeces temporalmente una ligera tensión provocada por situaciones agobiantes que te rodean, pero no son tu culpa. Ya pasarán…
Simplicio: Eso espero, pero ya llevamos tres años con esta situación de depresión económica y estancamiento que no parece acabar.
Diablo: ¿Tres? La pandemia lleva sólo dos años, Simply.
Simplicio: Pero la Transformación de Régimen ya lleva tres años y en el cuarto parece seguir estancada.
Diablo: Es sólo la sensación de estancamiento, Simplicio. Las cosas se mueven, se transforman, aunque no como quieres, pero se mueven,
¡E pur si muove!
Simplicio: ¡Y con inflación! Lo único que se mueve para “arriba y adelante” son los precios, como en tiempos de Echeverría…
Diablo: No es lo mismo, no somos iguales, las cosas no son iguales. A propósito, te recomiendo el libro “La vida de un padre abrumado”, de Iñaki Echeverría, que compone una ontología de simpáticas viñetas donde representa la vida de un progenitor que se siente abrumado por tener que compaginar su trabajo desde casa con sus tareas domésticas. Por eso y también por cuidar de su hijo e hija o llevar hacia adelante su relación de pareja.
Simplicio: Sí, lo conozco, pero fue escrito en 2016, antes de la pandemia.
Prefiero leer a Rafael Echeverría…”La empresa emergente. La confianza y los desafíos de la transformación”, que propone una estimulante interpretación de la situación paradójica que enfrentan hoy las empresas, como el principal e indiscutible motor de las transformaciones históricas. Sin embargo, ello no impide que se vean desafiadas por el imperativo de su propia transformación radical. Entre los muchos cambios asociados a ella se destacan dos. En primer lugar, una profunda modificación en la figura central de autoridad que predominó en la empresa tradicional, evidenciada en la sustitución de un gerente capataz por un gerente coach, al servicio de la capacidad de desempeño de su gente. En segundo lugar, pero no menos importante, una decisiva innovación en el sustrato emocional, según la cual el miedo debe ser sustituido por la confianza.
Diablo: Eso me suena copiado de la publicidad del editor. Suena muy bien, pero ojalá lo aplicaran en las empresas mexicanas, que siguen empeñadas en el redoblado modelo Jefe Capataz.
Simplicio: Pero si con Echeverría y la ontología hemos topado, prefiero el libro “La Ontología del Lenguaje”, del mismo autor Rafael. En ese libro Echeverría El Bueno nos ofrece una nueva interpretación posmoderna de lo que significa ser humano y se basa en la tesis de que todo fenómeno social es un fenómeno lingüístico.
Diablo: ¡Pa’su mecha! ¿Y cuál es el Echeverría malo? ¿Y el feo?
Simplicio: Son el mismo, ya sabes quién, y cómo tú, más sabe por viejo que por…
Diablo: No me digas, ah, te refieres al Abuelo que cumplió 100 años y saltó por la ventana y se largó/
Simplicio: No, ese es un abuelo simpático que al cumplir 100 años escapa del asilo de ancianos y vive divertidas aventuras. No, al que me refiero es al ex presidente Echeverría que cumplió 100 años y está arraigado en su lujosa residencia desde 2006 por las acusaciones por genocidio a causa de los eventos de 1968 y que durante su mandato ocurrió “El Halconazo” o Matanza del jueves de Corpus, hecho en que una manifestación estudiantes que solicitaban la liberación de presos políticos fue reprimida con violencia mediante un grupo de choque conocido como Los Halcones (ese es el hecho retratado en la película Roma, de Alfonso Cuarón).
Diablo: Oye, y hablando de residencias lujosas, ¿qué te pareció el “Loretazo” de “La Casa Gris” de Houston?
Simplicio: Un escándalo inventado y pagado por Latinus (Madrazo Junior y yerno, y mala compañía de mexicanos corruptos y del Partido Verde y otros clandestinos financiadores y asociados), y reproducido por Aristegui Noticias y todas las “benditas-malditas” redes sociales, un ardid más de la prensa ardida que era feliz cuando era chayotera…
Diablo: De que murieron los quemados. Y sigue la mata dando…
Simplicio: Cállese, maldito demonio, que con tanto escándalo JR va a tener que pagar la renta…
Diablo: No te preocupes, que ya la nuerita va a comprar la casa de Dallas/
Simplicio: No inventes, maldito demonio, este “culebrón” viene de Houston, estás confundiendo con la viejísima serie de TV “Dallas”, que era la saga de la una familia y su inmenso imperio petrolero. El patriarca tenía tres hijos. El mayor era JR (John Ross). Menos maliciosos eran los hermanos menores…de la serie.
Diablo: Pues con esto del confina-miento el culebrón de Houston lo hacen parecer como Reality Show…
Simplicio: Es que lo produjo Latinus, del mejor alumno de García Luna Productions, hoy “confinado” en Estados Unidos, el amo del montaje televisivo, junto con Brozo, “el payaso tenebrozo” (nunca mejor definido), que en Televisa produjo el “Bejaranazo” del Señor de las Ligas y Loret hizo la superproducción franco-mexicana de el “Caso Cassez”…
Diablo: Todos Somos Loret…jajajajajajajajaja