Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: Hola, Simplicio. ¿Cómo estás?
Simplicio: No asustes, Demonio, ¿de dónde sales, de dónde vienes?
Diablo: De rodear la Tierra y andar por ella…
Simplicio: Maldito inventor de la Globalización, andabas globalizando el virus, sin duda. ¿Cuándo te detendrás, Espíritu inmundo, cuándo dejarás de contagiar al género humano?
Diablo: ¿Yooooo? ¿Por qué?
Simplicio: Por expandir el mal sin contemplaciones y acabar con las esperanzas de la Humanidad de mejorar sus condiciones de vida.
Diablo: No creo que me necesiten para eso, solitos lo están haciendo.
Simplicio: Si no te entrometieras, ya se hubiera logrado la Gran Transformación.
Diablo: Yo te veía puro verde de esperanza, en pleno AMLOVEFEST desde el primero de diciembre…
Simplicio: Eso creía, pero se atravesó la Omicronomía.
Diablo: ¿La qué…? Querrás decir, la microeconomía…
Simplicio: No te hagas el que no sabes que es la Omicronomía, si tú la inventaste, ¡Tú eres el culpable!
Diablo: Me confundes, Yo creía que la culpa de todo la tenía la macroeconomía.
Simplicio: En cierto modo, sí, pero una nueva macroeconomía mundial, que a fin de cuentas le pega a la microeconomía. Los efectos de las dos constituye la nueva economía, la maldita Omicronomía o en términos simples, la Omicronomía es la Globalización Neoliberal más la Diabólica Pandemia.
Diablo: ¡Vaya simple ecuación!
Simplicio: Así de simple… y también lo es el Gran Antídoto.
Diablo: ¿Antídoto? ¿Cuál antídoto? No me digas que van a desarrollar una vacuna que acabe con la globalización neoliberal y la pandemia al mismo tiempo.
Simplicio: No, pero sí un método antiguo que podamos utilizar a gran escala para acabar de raíz con el Mal que eres Tú.
Diablo: Ay, qué miedo…¿y cuál es ese fantástico método?
Simplicio: El Exorcismo Global.
Diablo: Ay, nanita…
Simplicio: Y para comenzar, ya me inscribí en unos cursos que da la Asociación Internacional de Exorcistas, para poder crear una Guardia Nacional Espiritual en cada país, que aplique masivamente exorcismos entre los poseídos por el neoliberalismo que has esparcido por el mundo, y mediante esto salvar nuestras almas desendemoniando esas nocivas ideas, y al mismo tiempo acabar con el virus maligno con que has contagiado al planeta.
Diablo: Entonces, ¿Tú crees que ese método superará al de Abrazos, No Balazos?
Simplicio: Claro, y más te vale rendirte porque en tres años los exorcistas acabaremos con tu nociva influencia, Engendro del Mal.
Diablo: Ay, nanita…
Simplicio se despide simplemente cantando el villancico
A la nanita nana,
A la nanita nana, nanita ella, nanita ella
Mi niña tiene sueño, bendita sea, bendita sea…