Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: Hola, Simplicio, ¿cómo estás?
Simplicio: ¡Ay, Diablo, no asustes que ya tengo bastante con las fumarolas que provocas del Popocatépetl y el desbarajuste que sucede en el país!
Diablo: ¿Y Yo Por Qué? Pues qué tanto te preocupa que tienes los nervios de punta…
Simplicio: Además de las cenizas que tengo que respirar por tus diabluras climáticas, por tu culpa me encuentro inmerso en un mar de dudas tras asistir al intenso Seminario Inmersivo sobre inversión y el concepto de líder disruptivo y cómo podría aplicarse al Presidente de México, que andas promoviendo.
Diablo: Eso parece más bien un Seminario de mera inmersión política promovido por la Oposición en estos tiempos electorales y lo de inversivo…mmmm
Simplicio: Pues a mí me invitaron de mi Banco… aunque en realidad no hablaron sobre inversiones financieras, ¿te parece sospechoso?
Diablo: ¡Claro que sí! Me intriga cómo podrían describir a su querido Presidente con ese término de Ogro Disruptivo.
Simplicio: ¡Oh, Diablo malicioso! Una vez más nos enfrentamos en un diálogo infernal para discutir temas candentes. Sobre esto del líder disruptivo aplicado al Presidente de México, como expusieron en el Seminario. ¿Qué opinas al respecto?
Diablo: ¡Ah, Simplicio! Siempre tan ocurrente con tus temas infernales. Bien, hablemos de líderes disruptivos y su correlación con la figura presidencial. ¿No te parece que la política es un caldo de cultivo perfecto para la disruptividad?
Simplicio: ¿En serio? ¡Cuéntame más, diabólico sabio! ¿Quién mejor que tú para analizar a esos líderes que sacuden los cimientos de la sociedad?
Diablo: Muy bien, permíteme iluminarte con mi diabólica sabiduría, muy aplicable a este caso mexicano.
Simplicio: Indudablemente, Diablo. Pero, ¿qué es un líder disruptivo exactamente? Me parece un concepto bastante enigmático y en ocasiones hasta tenebroso.
Diablo: ¡Ajajá! Un líder disruptivo es aquel que rompe con las reglas establecidas, revoluciona el statu quo y se atreve a pensar de manera diferente. Es como un demonio que irrumpe en una fiesta celestial y pone todo patas arriba. En el ámbito político, esto significa un líder que sacude las estructuras y genera cambios significativos.
Simplicio: En el caso del presidente de México, podríamos decir que ha sido como una sacudida de energía en el país.
Diablo: Más o menos…
Simplicio: ¡Vaya! ¿Entonces, como dicen en el Seminario, este presidente ha revolucionado todo? ¿Ha lanzado rayos desde su Mañanera y ha convertido el Palacio Nacional en una guarida infernal?
Diablo: No, no, Simplicio, no te polarices demasiado. No me refiero a un líder literalmente diabólico. Me refiero a alguien que ha introducido pequeños cambios y ha desafiado las normas establecidas para tratar de hacer avanzar al país. Alguien que ha sacudido la política tradicional y ha despertado un nuevo espíritu de transformación, al menos en gran parte de los mexicanos (65% contra 35% del polo contrario).
Simplicio: Entonces no tienen toda la razón los que imparten el Seminario cuando afirman que este Presidente es un mismísimo hijo de la Ching… del Averno,que ha acabado con las inversiones en Mexico y se debe ir cuanto antes a su rancho La Chingada…o a la cárcel, como dice Lilly Téllez.
Diablo: Nada de eso, Simplicio, este líder suyo no es ningún hijo mío ni más Chamuco que los Moneros de la televisión oficial que se dicen mis hijos, Hijos del Averno. Fíjate que el que se murió, Toño Helguera, provocaba tanta empatía social, que se lo llevaron al Cielo, pese a ser un famoso Chamuco. Y déjame decirte que el infierno no es el único lugar donde encontrarás líderes disruptivos. Hay también allá arriba muchos, con el Innombrable, aunque no tan divertidos como este gran caricaturista. ¡Y La política terrenal está plagada de ellos!
Simplicio: Bueno, veamos. Si un líder disruptivo es aquel que rompe esquemas establecidos, que se atreve a desafiar las convenciones y busca implementar cambios radicales en su área de influencia, entonces, ¿nuestro Presidente sí es un líder disruptivo?
Diablo: Pues, podríamos decir que ha intentado serlo. Ha implementado algunas políticas que han generado controversia y ha tratado de sacudir el statu quo en el país.
Simplicio: ¿Te refieres a esas famosas mañaneras que tanto ruido hacen?
Diablo: Exactamente. Esas conferencias matutinas son una forma disruptiva de comunicarse con la gente y mantener una conexión directa con la ciudadanía. No hay duda de que generan polémica.
Simplicio: Cierto, cierto. Pero, ¿eso es suficiente para considerarlo un líder disruptivo?
Diablo: Bueno, hay más. También ha impulsado programas sociales de gran envergadura, como los apoyos a jóvenes y adultos mayores. Algunos ven esto como una forma de romper con las políticas tradicionales de gobierno.
Simplicio: ¿Pero qué hay de los detractores? En el Seminario, el conferencista principal, un tal Claudio, nos dijo que AMLO no es sino un Ogro Disruptivo y que sus decisiones han generado polarización, caos y división en el país.
Diablo: Ahí está el detalle… Un líder disruptivo no siempre es bien recibido por todos. Sus acciones pueden desestabilizar y generar resistencia. En ese sentido, el Presidente cumple con el perfil.
Simplicio: ¡Ah, entendido! Podríamos decir que es un líder disruptivo a la mexicana, ¿no?
Diablo: Así es, Simplicio. Una mezcla de cambio, controversia y un toquecito de picardía. La fenomenología del relajo aplicada en el siglo 21 por un líder que no pasa desapercibido, eso seguro.
Simplicio: Vaya descripción. No sé si el Presidente se sentiría halagado o preocupado al oír esto.
Diablo: Bueno, la verdad es que eso sólo lo sabrá él. Pero, mientras tanto, podemos seguir observando cómo continúa su gobierno y si logra realmente transformar al país de forma positiva.
Simplicio: Sin duda, el tiempo dirá si en su caso el concepto de líder disruptivo resulta una etiqueta que merece de ser un Ogro Disruptivo o realmente se traduce en un liderazgo que logre mejoras.
Simplicio: ¡Oh, entiendo! Pero, ¿qué tipo de cambios ha implementado este líder? ¿Ha convertido el Congreso en un teatro de variedades o ha obligado a la Suprema Corte a convertirse en una Tremenda Corte?
Diablo: No, nada tan extravagante, Simplicio. Los Poderes Legislativo y Judicial se bastan para hacer sus extravagancias con las leyes y su mala aplicación, o más bien, falta de aplicación por la que reina el caos legislativo y la impunidad judicial. Pero el Ejecutivo ha implementado algunas políticas y reformas que buscan romper con las estructuras antiguas. Ha promovido la lucha contra la corrupción (con deshonrosas excepciones, como en el caso SEGALMEX, con su protegido Ovalle), ha impulsado medidas para la inclusión social y ha buscado cambiar la manera en que el gobierno se relaciona con los ciudadanos.
Simplicio: ¡Ah, comprendo! Entonces, en lugar de tridentes y fuego, este líder disruptivo ha utilizado las políticas públicas para generar cambios.
Diablo: Exactamente, mi querido Simplicio. Ha utilizado su posición de liderazgo para romper esquemas y cuestionar las prácticas tradicionales. No todos pueden estar de acuerdo con sus métodos o ideales, pero nadie puede negar que ha dejado su huella en el país.
Simplicio: ¡Intrigante! Parece que este líder ha encendido una llama de esperanza en la nación. Tal vez no sea tan malicioso después de todo.
Diablo: No lo suficiente, diría Yo. No todos los líderes disruptivos son completamente maliciosos, Simplicio. A veces, el infierno puede sorprenderte y mostrarte que incluso en el abismo más oscuro, puede surgir algo bueno.
Simplicio: ¡Oh, Diablo malicioso, siempre me sorprendes con tus perspectivas inesperadas! Gracias por iluminar mi camino con tu humor infernal.
Diablo: Siempre es un placer, Simplicio. Recuerda, incluso en el Averno, podemos encontrar lecciones valiosas y risas diabólicas. Sólo los tontos se indignan.
Simplicio: Ah, ya veo. Entonces, ¿estás diciendo que el actual Presidente de México es un verdadero Ogro líder disruptivo?
Diablo: ¡Eso lo tendrán que decidir ustedes, querido Simplicio! Sin importar si están de acuerdo o no con sus políticas, hay que reconocer que Andrés Manuel López Obrador ha logrado sacudir la política mexicana como pocos lo han hecho. Sus discursos inflamados y su estilo sin pelos en la lengua son como un vendaval que arrastra consigo todo a su paso.
Simplicio: ¡Vaya, vaya! Parece que el infierno se ha quedado corto en comparación con la política mexicana. Pero, ¿no crees que la disruptividad puede tener sus consecuencias negativas?
Diablo: ¡Por supuesto, mi querido Simplicio! Todo en este mundo tiene sus pros y sus contras. La disruptividad puede generar cambios positivos, pero también puede llevar a la confusión y al caos (lo cual me encanta). La clave está en encontrar el equilibrio entre la innovación y la estabilidad, algo así como el desaparecido purgatorio para la política.
Simplicio: ¡Oh, Diablo astuto! Siempre tienes una salida para todo. Pero dime, ¿cómo podemos saber si un líder disruptivo resulta puro Ogro o está haciendo algunas cosas bien?
Diablo: Esa es una pregunta interesante, Simplicio. En el caso del Presidente de México, la evaluación de su gestión recae en la opinión pública y en los resultados concretos que obtenga. Solo el tiempo dirá si su disruptividad fue benéfica o si los ha llevado directo a un infierno político (lo cual también me encanta).
Simplicio: Entonces, ¿podríamos decir que la línea entre el líder disruptivo y el líder caótico es muy delgada?
Diablo: ¡Excelente observación, Simplicio! La diferencia está en el resultado final y en cómo se manejan las consecuencias de la disruptividad. Un líder disruptivo que no logra materializar cambios positivos puede convertirse rápidamente en un líder caótico y llevar a su país por un camino tormentoso. Pero los pueblos tienen el líder o el Ogro que se merecen.
Simplicio: ¡Oh, Diablo sabio! Siempre es aleccionador tener estas charlas infernales contigo. Espero que nuestros amigos mortales encuentren en esta conversación un poco de diversión y reflexión sobre los líderes disruptivos y su impacto en la política, especialmente en este importante momento que vive México, sobre todo en el Estado de México, que es de nuevo un infierno electoral.
Diablo: ¡Así es, Simplicio! Del resultado de la elección de junio dependerá cómo se desenvuelva la precampaña presidencial, que arranca justo después. Y ya desde ahora mis demonios andan sueltos…
Simplicio: ¡Maldito Demonio, no te quedas quieto ni un minuto!
Diablo: Ya apareció el simple Simplicio de siempre recurriendo al insulto, precisamente cuando Yo creía que ya nos empezábamos a llevar bien.
Simplicio: ¡Vete al demonio!
Diablo: Con mucho gusto y recuerda, Simplicio, el caos es sólo otra forma del orden que buscas y en el Averno siempre habrá lugar para ti. Y siempre es divertido explorar contigo los conceptos modernos y aplicarlos a situaciones de tu México lindo y querido. Si mueres lejos de aquí, Simplicio, que digan que estás dormido y que te traigan aquí conmigo…al Averno.
Simplicio: No, gracias, desde 2018 yo estoy bien despierto, y no caigo en tus trampas, gracias a Ya Sabes Quién y a mi querido Ángel de la Guarda.
Diablo: Aaagh, Yo prefiero a mi Guardia Nacional, jajajajajajajajaja
El Diablo se despide cantando:
Si te vienen a contar cositas malas de mí,
manda a todos a volar y diles que yo no fui,
Yo te aseguro que yo no fui,
Son puros cuentos de por ahí…