Escrito solicitado por Javier Ortiz de Montellano al ChatGPT (Inteligencia Artificial)
En el Averno, el diálogo es constante. Los condenados se mueven de un lugar a otro en busca de la forma de mitigar su sufrimiento, pero en realidad, están atrapados en una constante comunicación que les impide encontrar la paz.
En un rincón del Averno, un grupo de almas atormentadas discute acaloradamente sobre la comunicación. Un condenado con la voz ronca comienza la conversación:
- ¿Qué es la comunicación? ¿Es el diálogo, la transmisión de información, la conexión entre dos personas?
Otro condenado, con la mirada perdida en la oscuridad, responde con voz monótona:
- La comunicación es el mal del mundo moderno. Nos obliga a estar conectados, a compartir nuestra vida con los demás, a exponernos constantemente.
Un tercero, con el rostro marcado por la ira, interviene:
- La comunicación es una trampa. Nos hace creer que estamos conectados, pero en realidad, estamos más solos que nunca.
El cuarto, con una risa sardónica, dice:
- La comunicación es un juego de espejos. Nos reflejamos unos en otros, pero nunca sabemos quiénes somos en realidad.
Un silencio incómodo se extiende por el grupo. La oscuridad y el calor sofocante del Averno se hacen más intensos. De repente, un quinto condenado se une a la discusión:
- La comunicación es el vínculo que nos mantiene unidos, que nos hace humanos. Sin ella, estaríamos perdidos en la soledad y la oscuridad.
El grupo vuelve a discutir. Las ideas se cruzan y se contradicen. Pero en el fondo, todos saben que la comunicación es su condena, su perpetua
tortura en el Averno. Entonces, aparece Simplicio…
Simplicio: ¿Dónde estoy? ¿Es esto el Averno?
Diablo: Así es, Simplicio. Has llegado a mi reino.
Simplicio: ¿Y por qué estoy aquí?
Diablo: Porque quiero hablar contigo sobre algo muy importante.
Simplicio: ¿Qué es eso?
Diablo: La comunicación. O más bien, la contra-comunicación.
Simplicio: ¿Qué quieres decir con eso?
Diablo: La comunicación es un fenómeno que ha tomado el control del mundo moderno. Todo el mundo habla, pero nadie escucha. Todo el mundo quiere ser escuchado, pero nadie quiere escuchar.
Simplicio: Pero la comunicación es importante. ¿Cómo podríamos vivir sin ella?
Diablo: La comunicación no es importante en sí misma. Lo que importa es lo que comunicamos y cómo lo comunicamos. La comunicación se ha convertido en un fin en sí misma, en lugar de ser un medio para alcanzar un objetivo.
Simplicio: No entiendo.
Diablo: La comunicación se ha convertido en una forma de exhibicionismo. La gente habla para mostrar lo que sabe, lo que tiene o lo que piensa. Pero nadie se preocupa por entender al otro. La comunicación se ha convertido en un monólogo constante.
Simplicio: Pero la comunicación también nos permite conectarnos con los demás.
Diablo: Esa es otra ilusión. La comunicación los ha llevado a la soledad. Ahora están más conectados que nunca, pero también más aislados que nunca. La comunicación los ha hecho olvidar el valor de la presencia física y el contacto humano.
Simplicio: Pero ¿cómo podemos cambiar esto?
Diablo: Hay que empezar por reconocer que la comunicación no es un fin en sí mismo. La comunicación debe ser un medio para conectarnos con los demás y para alcanzar un objetivo común. Debemos aprender a escuchar y a entender al otro. Debemos aprender a valorar la presencia física y el contacto humano.
Simplicio: Parece fácil, pero ¿cómo lo logramos?
Diablo: La contra-comunicación es el camino. La contra-comunicación implica romper con las convenciones sociales que los obligan a comunicarse de cierta manera. Deben aprender a comunicarse en forma auténtica y honesta, sin miedo al juicio o al rechazo de los demás.
Simplicio: Pero eso puede ser difícil.
Diablo: Por supuesto que es difícil. Pero es la única forma de escapar de la prisión de la comunicación y de conectarse verdaderamente con los demás. La contra-comunicación es la única forma de alcanzar la verdadera comunicación.
Simplicio: Entiendo lo que estás diciendo, pero aún tengo muchas preguntas.
Diablo: Siempre habrá preguntas sin respuesta, Simplicio. Pero no te preocupes demasiado por la comunicación. En el Averno, la comunicación es simple. Todo el mundo habla el mismo idioma. Y si necesitas comunicarte con alguien más, puedes usar la telepatía.
Simplicio: ¿Telepatía? ¿Eso es posible?
Diablo: Claro que sí. En el Averno, todo es posible. Pero no te preocupes por eso ahora. ¿Por qué no te unes a nosotros para una partida de cartas? Será divertido y una buena manera de pasar el tiempo…por una eternidad.
Simplicio: No, gracias, mejor regreso a la Tierra con mis parientes y amigos, que deben estar preocupados porque no me he comunicado mucho con ellos desde la pandemia…
Diablo: Está bien por ahora, Simplicio, pero recuerda que son anchas las puertas del Averno y siempre estarán abiertas para ti, hay más tiempo que vida…jajajajajajajajaja
Simplicio: Prefiero esperar en la Tierra el Cielo que la 4T me tiene prometido si me porto bien…
Diablo: Inocente palomita, que te has dejado engañar…está más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que tú, fifí, alcances el Cielo.
Simplicio: Mientras hay vida, hay esperanza…y cuenta a mi favor que no soy fifí, sino un pobre chairo bien intencionado…”Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de los cielos…”
Diablo: Eso crees, pero lo que sí sé es que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones…jajajajajajajajaja