Por Javier Ortiz de Montellano

Simplicio: creo que voy a intentar de nuevo contactar a mi Ángel de la Guarda, a ver si ya lo encuentro…333 333 ring ring ring

Ángel: Hello, ¡Línea Celestial de Asistencia Personal! ¡Aquí su Ángel de la Guarda! Si su problema es con redes sociales, marque uno. Si es existencial, marque dos. Si simplemente necesita consuelo, marque paño de consolación y lo atenderá Verónica.

Simplicio: ¡Mi querido Ángel de la Guarda! ¡Soy yo, Simplicio! ¡Necesito ayuda urgente para enfrentar el 2025!

Ángel: Oh, Simplicio… eres tú. Está bien, dime, ¿qué te agobia esta vez? ¿El clima bipolar? ¿La inteligencia artificial? ¿O estás confundido porque Alexa ahora te da consejos matrimoniales?

Simplicio: ¡Todo eso y más! El mundo está loco, mi Ángel. ¿Por dónde empiezo?

Ángel: Bien, regla número uno para el 2025: ¡No pelees con robots! Por ejemplo, si una aspiradora inteligente te insulta y no quiere funcionar, simplemente asiente y pídele disculpas.

Simplicio: OK, evitar peleas con electrodomésticos. ¿Y qué hago si me siento abrumado por las redes sociales?

Ángel: ¡Ah, las redes! Esas trampas del siglo 21. Consejo: Si un influencer te dice que necesitas levantarte a las 4 a.m. a correr 10 kilómetros y tomar jugo de espinaca con cúrcuma para ser exitoso… ¡bloquéalo! ¡Eres Simplicio, no un ninja monje budista!

Simplicio: ¡Eso me gusta! Pero… ¿y las tentaciones? ¡Son tantas, Ángel! ¡Ofertas online, series interminables, y el dulce chocolate a medianoche!

Ángel: Simplicio, escucha con atención. Algunas tentaciones… están para disfrutarse. Pero en pequeñas dosis. ¿El chocolate? ¡Cómelo, pero no te autoengañes diciendo que son vitaminas y tienen antioxidantes! ¿La cloud de Internet? ¡Está bien, pero no te olvides de rezar a la Gran Nube Celestial, ¡recuerda que eres una criatura divina!

Simplicio: ¿Y si siento que todo está perdido, Mi Ángel?

Ángel: Simplicio, si todo parece perdido, haz lo siguiente: respira profundo, cuenta hasta tres, y apaga el Wi-Fi. Verás que el 80% de tus problemas desaparecen.

Simplicio: ¡Eres un genio, Ángel! Pero ¡Ay, Ángel! Este año va a ser todo un desafío. ¿Y si me siento solo?

Ángel: Simplicio, nunca estás solo. Yo siempre estoy aquí, aunque a veces parece que estoy en modo silencioso.

Simplicio: ¡Eso me da paz! Oye, Ángel, ¿una última sugerencia?

Ángel: ¡Claro! En el 2025, ríete mucho, duerme más, no pongas tus esperanzas en los electrodomésticos , y si te fallan… ¡hazte un sándwich sin tostar!

Simplicio: ¡Gracias, Ángel! ¡Eres el mejor para dar buenos consejos!

Ángel: ¡Cuídate, Simplicio! Y recuerda: ¡los problemas siempre parecen más grandes cuando tienes hambre! Y lo más importante: ¡No pierdas el sentido del humor!

(Se acaba la llamada. El Ángel sonríe, y murmura para sí mismo: “Otro año, otro día, otra crisis celestial resuelta, otra alma salvada…más o menos, si me hace caso”).