Por Javier Ortiz de Montellano
Diablo: Hola, Simplicio/
Simplicio: ¡Ay, Diablo Maldito, ni te me acerques que ya de por sí la cosa está que arde!
Diablo: Cierto. Últimamente me preocupa el calentamiento global en la Tierra. Parece que tu planeta está alcanzando temperaturas cada vez más elevadas.
Simplicio: ¡Por tu culpa! Nada más andas calentando las mentes y provocando polarizaciones y guerras.
Diablo: Perdón, mi Simply, pero no entiendo…Yo creí que te quejabas de las altas temperaturas que provoca el dióxido de carbono en tu planeta, del calentamiento global…
Simplicio: Qué carbono ni que nada…este calor es tu culpa por andarles calentando la mente y la lengua a la bola de cabrones (y cabronas, con honrosas excepciones) que encienden la palestra política en los medios masivos de difusión, que con tu diabólica manipulación has convertido en medios de mutua destrucción y distracción masiva.
Diablo: ¿Y Yo Por Qué?
Simplicio: Porque la polarización política que incitas a través de los medios de difusión se está calentando cada vez más. ¡Es un verdadero infierno! Por eso hace tanto calor en el mundo.
Diablo: Puede que así sea, Simplicio, pero no es mi culpa. Tus colegas terrícolas parecen estar más interesados en atacar y ridiculizar al otro, en lugar de tener un debate constructivo. Pero a mí me parece muy divertido.
Simplicio: ¡Está alcanzando niveles ridículos!
Diablo: Cierto, un verdadero kitsch político.
Simplicio: ¿Qué es eso de kitsch?
Diablo: En política, el término “kitsch” se utiliza para describir un estilo o enfoque político que se caracteriza por su superficialidad, populismo exagerado (de izquierda y derecha) y un enfoque excesivamente simplista de los problemas complejos. El kitsch político tiende a apelar a las emociones y las sensibilidades populares en lugar de abordar de manera sustantiva los problemas y desafíos políticos.
Simplicio: ¿Y de dónde salió eso?
Diablo: El concepto de kitsch se originó en el ámbito artístico y se refiere a un estilo visual o cultural que es considerado como de mal gusto o de calidad inferior. En política, el término se utiliza para calificar a los políticos vulgares o movimientos que utilizan tácticas y estrategias superficiales para ganar apoyo o manipular la opinión pública. Esto puede incluir el uso excesivo de símbolos patrióticos, retórica emocional, promesas grandiosas pero poco realistas, y una falta de sustancia en sus propuestas o políticas.
Simplicio: Eso me suena, me suena familiar…
Diablo: Claro, como que el kitsch político mexicano actual se enfoca más en el espectáculo y las imágenes del Tik Tok que en presentar soluciones para la gobernabilidad efectiva o la toma de decisiones informadas.
Simplicio: ¿Y eso te parece divertido?
Diablo: Sí, para mí es realmente un caos bien divertido…y a mí me encanta el caos.
Simplicio: Pues estarás contento porque parece que los argumentos sólidos y las ideas bien fundamentadas se han vuelto cosa del pasado. ¿No te parece irónico que, en lugar de buscar soluciones, la gente simplemente se insulte y se lance memes y Tik Toks?
Diablo: En efecto, ahora el objetivo principal es ganar seguidores y acumular likes en redes sociales, sin importar si lo que se dice tiene sentido o no, si es verdad o no, todo se vale con tal de ganar apoyo en las encuestas y a fin de cuentas obtener el triunfo en las elecciones.
Simplicio: Parece que el infierno de la manipulación se está desbordando en los medios de comunicación.
Diablo: Y se va a poner mejor para el 2024 con el uso de eso de la Inteligencia Artificial…
Simplicio: ¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Internet!
Diablo: Pero qué divertido…jajajajajajajajaja