Dialogos en el Averno, Opinión

Diálogos en el Averno/Simplicio quiere competir para Ministro de la Suprema Corte/Javier Ortiz de Montellano

Diálogos en el Averno

Por Javier Ortiz de Montellano

Diablo: Hola, Simplicio, ¿ya escuchaste el último chisme político?

Simplicio: No, ¿qué?

Diablo: ¡Que los jueces están en paro!

Simplicio: Mentiras tuyas, y además, estás atrasado de noticias, los que estaban en suspensión de labores eran algunos empleados del Poder Judicial, Dios sabe por qué…

Diablo: Pues Yo sí sé, resulta que el Legislativo quiere una reforma judicial para que los jueces, magistrados y hasta los Ministros de la Suprema Corte sean electos por voto popular. Imagínate: transparentes como si fueran candidatos de la Casa de los Famosos…

Simplicio: No estaría mal, pues hasta ahora el sistema judicial es sólo famoso por ser una verdadera calamidad opaca.

Diablo: Y en su lugar, los candidatos te harán saber todas sus intimidades, sus pasatiempos, sus platos favoritos, y hasta anécdotas de su infancia para ganarse el voto. Me imagino las campañas: “Voten por mí, el Ministro que siempre lleva el veredicto en el corazón”. O, “Honesto y transparente, yo siempre fallo en favor del pueblo”. O “¡ Ministro sin tecnicismos! La justicia como tú la entiendes”, y el gobierno les dirá que no se preocupen, que el pueblo votará sabiamente. Porque nada garantiza imparcialidad como una campaña con “selfies” y promesas.

Simplicio: Suena bonito, hasta me dan ganas de lanzarme como candidato a Ministro…

Diablo: ¿Quieres ser Ministro de la Suprema Corte?

Simplicio: ¡Así es, Diablo! Como recuerdas, en algún tiempo estudié para abogado militar, defensor de los soldados desprotegidos y ahora me siento listo para dar el siguiente paso. ¿Qué te parece?

Diablo: Pues… me parece que la Corte Suprema no tiene idea de lo que le espera. ¿Ya te imagino con la toga y el mazo, dándote aires de sabio… eso sí, mientras te resbalas en cada párrafo del Código Civil!

Simplicio: ¡Vamos, Diablo! Sabes que tengo experiencia. He leído la Constitución, mi librito con-sentido. Además, en la Suprema Corte están haciendo falta mentes como la mía: simples, claras y directas.

Diablo: ¿Claras y directas? ¿Y qué harás cuando te pregunten tu opinión sobre derechos humanos?

Simplicio: ¡Ah! Eso es fácil, Diablo. Primero, hago una pausa dramática, porque un poco de teatro siempre impresiona en la Corte que, además, ahora sale en televisión en su propio canal. Luego, mirando a la cámara, digo algo como: “Los derechos humanos son tan importantes como la Ley de Herodes: o te alineas, o …atente a las consecuencias”.

Diablo: ¡Eso te va a hacer ganar más enemigos que admiradores! Mira, si realmente quieres ser Ministro, necesitas algo más que malas citas de películas. Debes conocer la ley como si fuera tu propia sombra.

Simplicio: ¡Por supuesto que la conozco! ¿No te digo que he sido abogado militar? Puedo citar los artículos del Código de Justicia Militar… o bueno, casi todos.

Diablo: Pues no estoy seguro que un abogado militar pueda participar en la elección judicial…

Simplicio: Pues no está prohibido, ¿o sí? ¡Hay que improvisar cuando hace falta interpretar la ley!

Diablo: Espero que si te permiten ser parte de la tómbola de precandidatos y si llegas a ganar la elección, también improvises bien cuando te pidan redactar una sentencia… o peor, cuando te pidan interpretar algún artículo, como el Artículo 16 constitucional…

Simplicio: ¿El artículo cuál? Mira, Diablo, no me enredes con tecnicismos. Lo mío es sencillo: defender al ciudadano y simplemente hacer justicia en un santiamén.

Diablo: Claro, justicia cuasidivina al estilo Simplicio: “Oigan, señores ministros, aquí lo importante es que todos estemos de acuerdo. A votar y vámonos al bar, que ya va a empezar la Serie Mundial.”

Simplicio: ¡Ah! ¡Ahí está! ¿Ves? Ese es mi toque distintivo. Haré que la Corte sea sencillamente simple.

Diablo: Sencilla mente…mmmmm. Sólo espero que no quieras resolverlo todo tan simple-mente, en un dos por tres. Y cuéntame, ¿ya pensaste en tu campaña?

Simplicio: ¡Ya tengo el lema ideal! “Con Simplicio en la Corte, simplemente eficiencia militar.”

Diablo: Espero que entiendas que en estos tiempos “eficiencia militar” suena, cómo decirlo… un reto aterrador.

Simplicio: ¡No te preocupes! Además, siempre puedo contar con mi Ángel de la Guardia Nacional para aconsejarme cuando me quieran enredar en esos juicios interminables.

Diablo: Querido amigo, si llegas a la Suprema Corte, tú mismo serás el primer reto para la justicia…civil.

Calavera del Diablo para Simplicio Ministro

Aquí yace Simplicio, abogado feroz,
que a la misma Muerte miraba atroz.
“¡Ministro yo quiero ser!”, gritaba sin parar,
“En la Suprema Corte me quiero sentar.”

Con toga y mazo, se fue a postular,
mas la huesuda lo vino a encontrar.
“¿Ministro, Simplicio? ¡No sueñes, mortal!
Al Panteón te llevo, tu fin es legal.”

Con leyes y códigos se quiso defender,
pero la Catrina no lo dejó correr.
“Conmigo, Simplicio, no habrá apelación,
tu juicio termina, es la última ocasión.”

Ahora en la tumba, en paz descansará,
aunque en el infierno lo quieren allá.
Y mientras murmura en su eterno reposo,
la Muerte le ríe con gesto jocoso.